17.5.15

Los ciclos en algún punto se cierran

Hace años, más de veinte, seguramente no salía todavía del bachiller, compré El porvenir es largo. No recuerdo el momento en que me interesé por leer a Althusser o quizá solo fue por el título del libro... Compré, lo que ahora entiendo -después de leer la biografía de Derrida que escribe Benoît Peeters- es una obra autobiográfica postraumática de la crisis mental que llevó a Althusser a asesinar a su esposa. Recuerdo único que tuve del filósofo durante muchos años. No volví a comprar un libro suyo hasta hace un par de años para un seminario de Teoría Critica. Sin embargo, con la lectura de la biografía de Derrida, un texto bastante bien documentado, entiendo esta relación antagónica entre estos dos filósofos del siglo XX que comparten un origen, una lucha, un desasosiego. Cada uno con su estilo, cada uno con sus fobias. Hace veinte años yo no sabía quién era Derrida, pero sí Althusser; tampoco sabía de la cercanía entre ambos. Ahora no solo los conozco a ambos, como se conoce a alguien por sus lecturas, y no necesariamente por sus presencias, y reconozco en ambas voces ese silbído del oráculo. Un canto de sirenas que con paciencia arriba al puerto del conocimiento esperado, donde se logra la sinápsis del entendimiento. Un entendimiento no solo epistemológico, también ontológico.


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