9.5.16

#302

La recta final de este proyecto sabático se ha complicado. Escribir cada día como manda durante 365 días seguidos es una prueba no superada. Está por terminar, ahora sí, mi año sabático y seguramente este proyecto quede inconcluso. Muchas distracciones. Mucha información en el ambiente. Mucho por hacer, por leer, por escribir. Facere es una palabra que resume esta época. El que no hace no existe. El que no es visible tampoco existe. Hay que estar todo el tiempo en el aparador y eso cansa. He de decir que yo estoy cansada de hacer, quizá por eso ahora duermo tanto y tan plácidamente. He hecho mucho en pocos años, no sé si bien hecho o no, pero hay constancia de ello. Y mucho de lo que hecho no lo recuerdo. Cuando vives pensando en hacer para el futuro no queda constancia de ello en el presente. Por lo tanto, tampoco queda constancia de ello en el recuerdo. Afortunadamente lo que mejor hago es escribir y de eso sí que he dejado un rastro (o muchos). ¿Que sería de mí sin este extraño placer que me da la escritura? (Me lo puedo imaginar). La escritura me salvó de hacer por hacer. La escritura es un hacer del recuerdo consciente la reflexión futura y no a la inversa. Quizá no logre llegar a los 365 días en tiempo y forma mas habré recuperado mi memoria.

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