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15.12.25

Confinamiento

 Terror al otro

Prisión

Ppersecución

Miedo

Enfermedad

Precariedad

El confinamiento fue el golpe a los derechos gandos

ya no digamos al estado de derecho en los países

Sabemos que la violencias de género se exponencializaron

durante el confinamiento

lo mismo que la gentrificación de la ciudades

¿Nos dejo algo bueno el confinamiento?

¿Una pausa

un respiro

un tomar conciencia

de la naturaleza ?

Nuestra pequeñez humana se deja sorprender

con tanta facilidad

auqneu la repsuesta es lenta

el sentimiento de orfandad prevalece 

después del confinamiento

La vulnerabilidad de lo peor está por venir

ya lo dijo Derrida

se respira en el aire

Por ello la gente vive con miedo

y no es poca cosa 

cuando cualquiera

con un arma 

Puede matar a la gente que descansa

que disfruta de la vida

que rehace su día a día

Estamos locos

La locura del enciero

pero no el físico

sino el mental

El que no encuentra salida 

El que no cura

El que no sana

el que no se ve

El pero confinamiento es el que no se ve

pero se habita



Pandemia

 La gran epidemia del siglo XXI

es la falta de claridad en el devenir de la humanidad

Muchos avances científicos

Un exceso de información al que todas tenemos acceso

Una economía del influencer

Pero ninguno de estos nos dan certeza

La pandemia del siglo XXI no fue el covid

sino lo que el confinamiento nos dejó

nos quitó

nos anunció como un retroceso

La ultraderecha está de vuelta en América Latina

En Europa no sorprende

Perseguidos por los fantasmas del pasado

La gente quiere devuelta a sus dictadores

a sus verdugos

Aquellos que con mano dura favorecieron el orden sobre el caos

¿Es acaso el siglo XXI caótico?

o la gente lo reciente en sus bolsillos

en sus aspiraciones

en su temores

La pandemia es decidir por mantener el privilegio

sobre el bien común.

La pandemia de covid fue eso

"salvese quien pueda"

quien pueda quedarse en casa a costa del trabajo del otro

quien pueda hacer home office sin importar la precarización laboral

quien pueda ser nómada digital a costa de la gentrificación

La pandemia no es la guerra en Ucrania ni en Palestina

sino la individualización de los privilegios

Eso es lo que nos dejó la pandemia

Tolerancia

 Un concepto difícil de atender

una manera de habitar la realidad

la que nos cuentan

la que nos inventamos

para sentir que somoe mejores

a los demás

tolero a lo gays

tolero a los indígenas

tolero a los pobres

tolero a los palestinos

mientras no se metan conmigo

Tolerancia

un concepto inventado para aceptar

lo inadmisible

Una economía de la moral

de la explotación

de la omisión

de la dejadez

En México toleramos

gobiernos indolentes

omisos

corruptos

Que se burlan del dolor de las madres

que buscan a sus desparecidos

Que toleran el enriquecimiento ilícito

de quienes dicen gobernar por el pueblo bueno

Y el pueblo bueno tolera con tal de que no le quiten

que pueda igualmente robar

violar

secuestrar

extorsionar

agandallar

Tolerancia 

el gran invento del siglo XX

especialmente porque sostiene la idea de democracia


9.12.25

¿Naces o te haces?

La pregunta del millón. La que nos hacemos siempre. La que la gente evita preguntar para no parecer ignorante. ¿Naces o te haces? Ni lo uno ni lo otro. Decides. En algún momento de la vida tomas la decisión de amar a alguien. Así como decides casarte, tener hijos, trabajar, hacerte adulta, aprender un idioma. También decides amar a una mujer en lugar de a un hombre. No es genético ni social ni cultural, tampoco aprendido. Es la posibilidad que tenemos de decidir por nosotras mismas. Decidir por una misma siempre es un lujo porque nos han enseñado a sacrificarnos por lo otro: la familia, el trabajo, la sociedad. Yo nunca lo tuve claro hasta que me enamoré por primera vez de una mujer y no estuve convencida hasta que me casé. La gente puede decir que desde niña se me notaba. Pero ¿qué se me notaba? Me he preguntado. Era niña. Me gustaba jugar en la calle con mis amigos. No sabía de amor, solo de amistad. ¿Por qué la amistad también se condiciona? El disfrute, el goce, el juego están prohibidos cuando compartes tu infancia con los hombres. De adultas, cuando nos preguntan si no nos habíamos dado cuenta de que nos gustaban las mujeres, nos justificamos frente a los demás; claro, era mi amiga, pero desde entonces me gustaba estar con ella. Nos justificamos para que nos crean, nos acepten, nos respeten. A mí me gustaba mi amigo de la infancia. Y la niña que me invitaba a pasar su cumpleaños en su casa. ¿Tenía que decidir mi orientación desde los siete años? Estaba obligada a decirle a la gente que me gustaban las mujeres porque usaba jeans y jugaba fútbol. Tenía siete años y no, no sabía de amor, solo de amistad. Pero la amistad también se generifica en binomios. Si eres niña, tienes amigas, te vistes de rosa, usas vestidos, no te ensucias, esperas que el amor llegue a tu puerta. Y si no quieres enamorarte todavía, solo quieres andar en bicicleta con tus amigos. La sociedad nos obliga a sentir deseo antes de tiempo. Mejor que salga embarazada a que sea marimacha. Consuelo. Decidir es tomar postura, hacerte cargo de tus acciones, responsabilizarte. Pero tampoco nos enseñan, incluso nos da miedo decidir y preferimos que decidan por nosotras. Desde niña se le notaba. ¿Qué se me notaba? Que fui libre, que disfruté mi infancia, que aprendí a rebelarme contra una sociedad obtusa que prefiere matizar la violencia de género, guardar silencio, señalar la diferencia, a disfrutar, gozar, jugar y decidir. Entonces, ni naces ni te haces, decides por ti misma. Decides por un proyecto de vida, decides por tu bienestar, por tu futuro, por tu presente, por amar sin condición ni por condicionarte a ser amada. Decides amar a una mujer, con etiqueta o sin ella, porque el acto de amar, en sí mismo, consiste en tomar postura. Una postura política, una práctica de libertad, dignidad y justicia, especialmente cuando el amor ha sido precarizado por el deber ser heteronormado. Ser lesbiana es una ontología del género, no una construcción social, mucho menos una determinación biológica.

Biométricos

La ciencia ficción nos alcanzó

Entras a tu banca móvil con el registro de tu cara

Usas la huella para acceder a tus dispositivos electrónicos

Cruzas la frontera y te validan el iris 

Gattaca parecía un imposible a finales del siglo pasado

En un cuarto de siglo la tecnología nos dio la vuelta

El algoritmo no formaba parte de nuestra rutina

Ahora esa mente maestra decide por nosotros

Usa nuestros biométricos

Para la IA somos una estadística que se manipula

con nuestras búsquedas en la WEB


La ciencia ficción nos alcanzó

La imagen distópica se hizo realidad

Pero lo digital es una ilusión

En realidad nos estamos acabando el agua

sacando energía de las entrañas de la Tierra

para mantener encendidos los grandes servidores

que nos permiten

vivir conectados 

con cables bajo el oceano

a eso que se llama la nube

La distopía es performativa de lo análogo

Lo digital sigue siendo una ficción

Y los biométricos son una condición

para exisitr








Adultez

Siempre quise ser como Peter Pan

La eterna inmadurez

Poder viajar

Tener dónde guardar los libros

cuando no estoy o solo estoy de paso

en algún lugar

Negarme a la responsabilidad

al compromiso

a vivir pensando en el futuro

incluso en la vejez

Pero la adultez no perdona

Llega cuando menos lo esperas

con la muerte de alguien

con la de deuda de la hipoteca

con el desamor

con la inusticia

con el dolor

Siempre quise ser como Peter Pan

para evitar ser adulta

y no tener que preocuparme

por tener 

sino por estar

Pero la adultez no perdona 

y he aprendido que en la vida

debo hacer cosas

porque simple y sencillamente 

es lo que toca hacer

sin preguntarse por qué

o quizá solo por saber que me hice adulta

8.12.25

Aburrimiento

Me ha tomado tiempo reconocer 

abiertamente

mi aburrimiento

Pocas personas saben que cuando no tengo la disciplina de escribir

la escritura me aburre

y por ello prefiero pensar en lo que pudiera estar haciendo

sin necesariamente hacerlo

El aburrimiento es un estado mental

no una condición existencial

que potencializa la creatividad 

Cuando estoy aburrida me doy la oportunidad

de soñar, de imaginar, de desar

Sueño que pongo un café

Imagino que me puedo morir en cualquier momento

Deseo no tener que trabajar

El aburrimiento no distingue 

entre hacer y no hacer nada

Cuando estoy en modo aburrimiento

scrolleo infinitamente 

hasta que la pupila se dilata

Consumo contenido digital sin filtro

Automatizo los paseos de los perros

Hago de la rutina un hábito

El aburrimiento me permite desconectarme 

de la realidad que devora la exitencia

Nos han dicho que no debemos estar aburridos

Nunca he entendido cómo evitarlo

ni por qué debería no estar aburrida

La vida es aburrida

La existencia es aburrida

La gente es aburrida

¿Por qué yo no debería estar aburrida?

Cuando todo a mi alrededor está pensado para que sea aburrido

El capitalismo te obliga a ello

De otra forma no consumiríamos tanta basura

Ni tendríamos reparo por alquilarnos como mano de obra barata

Ni desearíamos un estatus que nunca alcanzaremos

El aburrimiento nos precariza

Pero solo cuando estoy aburrida

cuando toco esa existencia oscura 

es que puedo volver a la escritura





Abecedario

Escribo un abecedario

de la A a la Z

palabras

sustantivos

conceptos

categorías

experiencias

sentimientos

emociones

afectos

El acertijo de la semántica

es cíclica y asíncrónica 

a mis angustias

deseos

pasiones

Escribo un abecedario

porque he compuesto una autobiografía

con claves de existencia

de solvencia

de amor propio

De la A a la Z

escribo lo que resta 

de dicha

de vivida

Escribo un abecedario

a manera de rompecabezas

donde cada pieza es

en sí misma

un pedazo de mí misma

Referentes

Buscamos con quién identificarnos

Una tarea imposible en este siglo XXI

Alguien que nos haga sentir que no estamos en falta

Por ser mujer

Por ser lesbiana

Contrario a lo que la supuesta libertad capitalista nos ofrece

La visibilidad lésbica sigue siendo un tabú

Películas de amor heterosexuales y heteronormadas

Como si las lesbianas no amaramos

o tuvieramos prohibido amarnos en la pantalla grande

Cantantes que escriben sobre el amor entre mujeres

pero donde el género se difumina en las letras que componen

¿le habla a él o a ella? 

Futbolistas que cuesta arriba salen del closet

pero tener una familia se vuelve una exageración

para los seguidores que sin reparo ofenden 

por no seguir la regla

Marimacha o femenina

bisexual o queer

activa o pasiva

¿Cómo cogen las lesbianas?

cuando no existe un falo de por medio que de satisfacción

Ignorancia o malicia

Las lesbianas se rosan, se frontan, se masturban

¿Acaso eso es placer?

¿Acaso no responde a la gramática de la pornografía?

No hemos sabido cómo gestionar una semántica lésbica

Necesiatmoas referentes que se atrevan

No nos gusta ser las primeras

Preferimos esperar a que nos digan 

cómo ser

cómo amar

cómo desear

incluso cómo pensar

La valentía no es lo nuestro

y la rebeldía se reprime

Nos rebelamos contra el sistema

aunque deseamos que el sistema 

nos acepte

nos vea

nos reconozca

Al sistema no le importamos más que como marca registrada

LESBIANA

economía rosa

docíl

desechable

Necesitamos referentes que se atrevan

a vivir en el margen

sin sacrificar el deseo

sin sacrificarse a sí mismas



Iztapalapa

Una urbanización que creció en las faldas de los cerros

Una estrella a la que los creyentes se aferran

Una urbanización periférica

como tantas otras que conforman la zona metropolitana


El via crucis de millones de personas 

es salir a trabajar cada día sobre la serpiente dorada

La serpiente que se tragó la vida del pueblo originario 

para hacerse moderna


"De Iztapalpa para el mundo"

Si ya era famosa por sus fiestas patronales 

fue gracias a los Ángeles Azules

que se hizo mundialmente conocida


De azul no queda nada

Puro concreto sobre conceto

Iztapalapa le hace honor a su nombre en náhuatl

"lozas sobre el agua"


Adentrarse en sus entrañas es una travesía

Llevo veinte años trabjando en un rincón de Iztapalapa

en la frontera con Tlahuac

otra urbanización que se hizo moderna


El destino me botó allí

en el borde

al límite

en tierra de nadie


Informalidad

suciedad

abandono

desasosiego


En el trayecto observo la indolencia

de los habitantes que se ufanan por conqusitar la banqueta

para sacar el puesto

o acaparar el cruce de las vialidades para ganarse una moneda


La gente de a pie no reclama

el maltrato de quienes gobiernan con cinismo

aprovechan para beneficarse del abuso

"El que no transa no avanza"


Iztapalapa me desconcierta

me enfurece

me agobia

aún así entro y salgo cada día 







10.9.25

Repetición: el poder entrar y salir de la vida

El trabajo de análisis me ha dejado esta experiencia de la repetición. Enunciar el síntoma ha sido una práctica constante desde hace ya más de un lustro. Al principio no entendía nada, a veces pensaba que perdía el tiempo. Que la ansiedad no se iba. He sido ansiosa funcional muchos años de mi vida. Aprendí a convivir con ella. En algunos años la ansiedad se presentó en forma de ataques de pánico severos, en otros con taquicardias incontrolables. Ir a restaurantes, hacer fila, esperar me generaban no solo impaciencia, sino también angustia. Pero tenía mis antídotos, tomar un jugo azucarado, nunca una Coca-Cola. No tomar refresco fue una dieta que me impuse desde muy niña. Beberla era el síntoma de mucha enfermedad. Y yo no estaba enferma, solo tenía ansiedad. Pero la ansiedad se agravó con la muerte de mi hermano y se juntó con la depresión. No entendía nada, lo que había podido controlar se me escapaba de las manos, la vida misma entró en un bucle a veces oscuro, otras difuminado. Solo sentía tristeza, dolor y mucha ansiedad. En cada sesión de análisis repetía en diferente intensidad, con distinta convicción lo mismo que escribo ahora. El cuerpo habla, eso es innegable. Habla porque se alimenta del sujeto de lenguaje. El lenguaje afectivo. Un lenguaje que se basa en la repetición. La repetición de lo que está mal, de lo que está bien, de lo que eres, de lo que no eres, de lo que quieres ser y no puedes. Un círculo vicicoso. Yo sabía que no quería sentir ansiedad y me aislaba para no tener episodios de pánico. Después me molestaba conmigo misma por no lograr acomodar lo que sentía con mi vida. Una vida que estaba ya muy lejos de lo que recordaba, de la alegría, libertad y voluntad que había experimentado en el pasado. Me convertí en una autómata funcional. Dejé de sentir y ese fue mi goce con tal de no sentir ansiedad. Cada semana en el análisis repetía lo mismo hasta que el síntoma paulatinamente fue cediendo. La puerta giratoria del síntoma es irreconciliable con la repetición. Sales y entras, sales y entras, no te das cuenta, hasta que te das cuenta. Algunos dicen que solo es necesario parar la mente. No es tan fácil cuando el cuerpo siente, llama, llora, sufre. Sufre el sujeto de lenguaje al que le impusieron una identidad, la que no es suya, la que nunca lo fue y nunca lo será. Repetir es poder entrar y salir de la vida. La vida del sujeto de lenguaje que repite el síntoma que habita su cuerpo. Vivir nunca es sencillo, pero ahora sé que se puede decidir entrar o salir por la puerta giratoria del goce.

10.7.25

El oficio de escribir con pluma fuente

Nos cambiamos de casa cuando tenía siete años. A esa edad desconocía lo que implicaba mudarse, después se volvió una costumbre en mi vida. El nuevo hogar nos dio más libertad a todos, mis padres escogieron una escuela a unas cuadras para que nos pudiéramos ir caminando. Una escuela la Sallista donde además de rezar por la mañana, usábamos pluma fuente en las clases. Escribir con pluma fuente y letra manuscrita es quizá lo que definió mi vocación. Regresábamos a casa con los dedos pintados de azul porque la tinta se escurría, no importaba si la pluma era recargable o de cartuchos. 

Scheaffer o Parker eran las marcas que mis padres nos compraban, yo no supe de la Bic hasta que entré al bachillerato, cuando también cambié a letra de molde, más por pertenecer que por decisión propia. Dejar la pluma fuente fue por rebeldía y cambiar la letra una tontería. Asocié al bolígrafo con la letra de molde y la manuscrita con la fuente. Ahora tengo una letra horrible y cuando no quiero que nadie entienda lo que escribo la hago todavía más ilegible, a veces incluso para mí.

Con los años me adapté, nunca me acostumbré, al bolígrafo. Entendí con el tiempo que usar pluma fuente era una cuestión de estatus y lo que menos quería era dar una impresión de arrogancia en un bachiller de exiliados españoles, mientras me sumergía en la literatura existencialista, pero cuando escribía en mis diarios me dolía la mano, no le encontraba el toque, si presionaba mucho se quedaban las letras grabadas, si lo hacía con soltura, como si escribiera en el aire, como estaba acostumbrada con la pluma fuente, las palabras quedaban mancas. Con los años me acostumbré a escribir en computadora, luego en el celular y cuando empecé a estudiar el doctorado regresé a los cuadernos.

En las papelerías buscaba el bolígrafo de punto fino para que resbalara en el papel mientras escribía en la hoja blanca. También compraba cuadernos sin rayas, de hoja gruesa y de pasta semi dura. Pasaba por los aparadores y buscaba la pluma fuente, pensaba en comprarme la que mi papá tenía y llevaba en la bolsa de la camisa cada día que salía de casa al trabajo. Un recuerdo de niña, cuando creía que algún día sería tan importante como él y podría llevar la pluma en mis camisas. A esa edad no aspiraba a ser escritora, solo quería tener la pluma. Tampoco sabía que asociaba el ser importante con la admiración que le tenía.

Al terminar el doctorado fueron mis padres quienes me regalaron esa pluma fuente. Una Montblanc edición especial de Beethoven. Me la dieron cuando regresé de presentar mi tesis en Barcelona, una tesis sobresaliente. Ellos decidieron no ir al examen y yo vi su regalo como una manera de reconocer mi esfuerzo sin saber muy bien a qué me dedicaba. Me estaban esperando con una botella de champán y la caja de la pluma. Seguía enojada con ellos, pero no pude disimular que me habían sorprendido, que era el mejor regalo que me habían dado en muchos años y que quizá en algún momento los podría perdonar por no haberme acompañado. El perdón se tardó en llegar. Guardé la Montblanc con recelo muchos años, me daba pudor llevarla a la universidad, sacarla en mis conferencias, no quería, nuevamente, parecer arrogante. 

Con los años de usarla en el hogar, el callo del dedo índice de la mano derecha recuperó su forma, ahora está todo el rato pintado según el color de la tinta que use. Ya no tengo pudor en sacar la pluma fuente en público, como tampoco tengo pudor de escribir desde lo más íntimo. Afortunadamente el callo de la escritura es una cuestión de oficio, el oficio de escribir con pluma fuente.





25.4.25

Ser de frontera

Morder el tiempo

las personas no regresan

los espacios que con tanto ahínco

te encargaste por ocupar

siguen siendo inaccesibles para ti

como inaccesible es la puerta 

para el hombre de campo en el cuento de Kafka

Ante la ley

eufemismo de la mezquindad humana

el siglo XXI se ha vuelto contra su propia humanidad

el aire se respira ominoso

y prefieres buscarte en el misticismo barroco

Sufrimiento y melancolía

preferible a frustración y desasosiego

Morder el tiempo

el aire se respira ominoso

quizá ya no sea necesario que busques dónde estar

aunque la puerta esté abierta

sabes que no podrás entrar

Ser de frontera has sido siempre

por qué querer cambiar

19.4.25

Dejar de ver

Hoy me caché

que había dejado de ver

mientras nadaba 

En cada respiración

al sacar la cabeza

para tomar aire

cerraba los ojos

Desconozco si para evitar la luz del sol

o a la gente que antes era cercana

Clavar la mirada en el fondo de la alberca

como una tortuga que se esconde en su caparazón

resultaba más placentero 

más seguro

que ver por encima de la superficie

Perdí el sentido de la navegación

ese que tanto disfrutaba en cada brazada

Perdí el ritmo, la cadencia, el disfrute

por dejar de ver al ras del pasto 

que crece fuera de la alberca

Hoy me caché

que había dejado de ver

mientras nadaba

No sé en qué momento pasó

solo pensé que si quería volver a nadar

en mar abierto debía abrir

nuevamente los ojos

y encontrar el rumbo







Vuelta de campana

La cruz o la T

según cada quien

indica que debes dejar de respirar

tomar la distancia adecuada

hacer la maroma

girar sobre tu propio eje

mientras desde el abdomen

avientas las piernas contra la pared

Tener la pericia necesaria

para no pasarte ni quedarte corta

esperar a que las puntas de los pies

encuentren la pared 

y hacer el amortiguamiento con los talones

las rodillas

la cadera

Expulsar el cuerpo

salir nadando en flecha

sobre la línea que queda entre la superficie

y el agua

una línea imaginaria entre flotar 

o sumergirte

Soltar poco a poco el aire por la boca

hasta sentir la urgencia

de salir a respirar

Una muerte pequeña

es cada vuelta de campana

donde el mundo gira

y tú con él

como la vida misma




11.4.25

Las oscuridades que tocas durante la vida

Decidí volver a ser estudiante por unos meses y me inscribí en un seminario sobre ateologías. Cada semana debemos enviar notas de la sesión en cuestión que iré subiendo en el blog.

Primera sesión

Con la instrucción de escuchar la canción “You Want it Darker” para la primera sesión del seminario escogí a bote pronto el remix electrónico de Solomun. El remix inmediatamente me redirigió a cuando de madrugada, después de una noche de fiesta con mi hermano menor, regresábamos a la casa familiar. La oscuridad del antro donde nos hicimos cómplices de la fiesta gay durante los años noventa del siglo pasado contrastaba con las luces del amanecer y la música vibrante que nos dejaba sordos cuando prendían las luces del lugar, una vez que la fiesta terminaba. Salíamos borrachos, extenuados y extasiados de bailar sin parar, de cantar, gritar y tratar de ligar a alguien, daba igual, era de noche y todo se valía. 

Después de la primera sesión escuché la versión de la canción original. La interpretación de esta contrastaba con la dicha del recuerdo. Un canto solemne de esos a los que Leonard Cohen nos tiene acostumbradas, una voz rasposa, penetrante, una cadencia con pocas licencias y muchas texturas. La alegría del primer momento se esfumó en un segundo y me remitió a una segunda oscuridad, la de su muerte. La oscuridad del agujero negro en que se convierte la propia existencia durante el tiempo que tardas en intentar sanar del trauma (algo que creo nunca se logra), mientras haces eso que Derrida llama el trabajo de duelo. 

Durante la sesión me resultaba difícil organizar ambos sentimientos, el de una gran dicha y el de una gran tristeza. Escuchaba la interpretación de la canción y trataba de entrelazar ambos momentos, tocar ambas oscuridades mediante la mediación de una lectura completamente ajena a lo que estaba sintiendo. “Hineni hineni / I’m ready, my Lord”. Pensaba en mi hermano a quien la muerte lo sorprendió de manera violenta y pensaba en lo que he sentido los últimos seis años. Castigo, sufrimiento, aceptación no son propiamente las categorías con las que me he querido identificar estos años, pero sin duda las he transitado constantemente.

Una oración me hizo sentido mientras la sesión transcurría: el espíritu capturado por Dios se da en la oscuridad. Momento en el que pierdes el control. Tocar la oscuridad muchas veces en la vida, acostumbrarte a ella, es quizá la posibilidad de saber que estás viva, aunque alguien más ya está muerto.  


25.3.25

Pedagogía de los afectos

Aprendí actos de magia

No fue difícil darme cuenta que para existir

para ser vista

tenía que desaparecer

o por lo menos disimular que no me daba cuenta

que mi presencia incomodaba

Preferí ocultar lo que pensaba

lo que sentía

lo que deseaba

Me hice de amigos a quienes rápidamente

aprendí a copiarles el lenguaje

una sintaxis básica del estar presente

Quise parecerme a ellos

me esmeré en su cuidado

aprendí a no recibir nada

a darme por completo

Quizá si me escamoteaba

no se daban cuenta

de que algo estaba mal en mí

o eso me hicieron creer

Escamotear-me permitió sobrevivir

hasta que ya no fue posible ocultarme más

Con los años he dejado atrás amistades, parejas, familia

lo mismo que las expectativas 

de querer coincidir

Trastorno de aislamiento social

La clínica está acostumbrada a nombrar lo que incomoda

lo que no se ajusta a la norma

Hace falta una pedagogía del padecer

una pedagogía de los afectos

La memoria es un juego giratorio

La memoria es un juego giratorio

de un día para otro, con un olor, una sensación

o la secuencia final de una episodio de serie

recuerdas aquello que habías dado como verdadero:

romperte el tobillo en un juego giratorio

Las fotografías no mienten 

el tobillo está roto 

y la pierna enyesada

Cuatro años de edad como máximo

indica la fotografía con mi abuela y mi madre 

que sobre el mar de Tampico me cargan de muertiro para no mojar el yeso

Un yeso que cubre la pierna derecha por completo

y proporcionalmente es la mitad de mi estatura

Un recuerdo feliz hasta que la memoria me hace dudar

del momento en el que me lo rompí

Metí la pierna en un juego giratorio para intentar pararlo

el tobillo se partió en dos

No fue en la guardería como me dijeron

sino en el parque de la colonia

alguien no quiso bajarme a tiempo

se divertía con mi temor 

temor a la velocidad

temor al vertigo

temor a la vulnerabilidad

El temor que me ha acompañado toda la vida

La memoria es un juego giratorio

He repasado el recuerdo cientos de veces a lo largo de mi vida

Nunca fue tan nítido como ahora

la niña está sola

no hay un adulto cerca

la historia de mi vida

el abandono, la anomia, la invisibilidad

la verdad que me contaron también es mentira

como muchas otras en mi vida

La memoria es un juego giratorio

como es la propia vida

19.10.24

Qué decir de cuando se llega a los 50 años

Hoy cumplo 50 años y aunque no lo creí en su momento, los 50 son los nuevos 30. Si hace 20 años no pensaba en llegar a esta edad, ahora tampoco pienso en que el pasado fue mejor. Cumplir años es superarse día día, una superación dialéctica, donde a veces avanzas un paso y retrocedes tres, hasta que te das cuenta que aquello con lo que creciste toda tu vida no es real. Te dicen que hay que buscar el amor, la felicidad, el éxito. Con los años sabes que nunca se encuentra porque nada de eso se busca, en todo caso lo procuras. Aunque parecen oraciones hechas, lugares común, eso que luego cuestiono del coaching, pues sí, ahora que cumplo 50 sé que hay muchas frases hechas que cobran sentido con el tiempo, con la edad. Una de esas, un gran aprendizaje de hecho, es que "el tiempo lo cura todo", o casi todo. Cura la tristeza, el dolor, el trauma, pero no lo cura por ósmosis, sino que, y aquí viene la parte a veces no tan divertida, hay que comprometerse y mucho. Comprometerse con conocerte a ti misma, otra frase trillada, conocer lo que duele y nombrarlo; conocer, experimentar, sentir lo que da alegría y nombrarlo; saber pedir perdón, reconocer los errores, que son muchos a lo largo de la vida, reconciliarse con la frustración, con la expectativa, con la muerte de un ser querido incluso; saber que lo que haces, dices, piensas te afecta y afecta al entorno. Con los años aprendes a cuidar las palabras para no herir-te, aprendes a escoger las batallas y a no quedarte callada, pero sobre todo aprendes a dejar ir conocidos, colegas, familia, lugares, trabajos. Soltar los silencios que incomodan, los juicios de valor y las críticas que lastiman. 

Con mis 50 años recién cumplidos abrazo a mis otras yo que he sido en cada década, a cada una de ellas las honro, las amo, las veo en la película de mi memoria y no cambio nada. Puedo decir sin temor a equivocarme que he hecho con estos 50 años lo que he querido y más de lo que he deseado, quizá, precisamente, porque nunca desee nada, nunca me imaginé llegar a esta edad, solo me dediqué a vivir al día, a viajar, a conocer el mundo, a leer, a escribir, a amar, a nadar, a jugar, a compartir. También sé que no llego sola, son muchas las personas que me han acompañado y a todas ellas les agradezco nunca soltarme, ofrecerme un lugar en su corazón, en su vida, en su estar en el mundo. 

Medio siglo se dice fácil, pero en el medio siglo de hace cien años pasaron dos guerras mundiales. A veces perdemos noción de lo que es la vida y estar vivos, por eso hago este ejercicio de escritura a manera de corte de caja. En medio siglo les cientos de libros, escribes miles de palabras, nadas n cantidad de kilómetros, duermes cantidad de horas, trabajas muchas más, respiras millones de veces, se regenera la piel, las neuronas y el alma n cantidad de veces. Con cada arruga, con cada cana, con cada lágrima derramada, con cada cicatriz, se engrosan los afectos, ya sea para que te vuelvas más o menos sensible. La sensibilidad que te permite observar las hojas que caen en otoño, escuchar el agua correr con la lluvia, reconocer la alegría del perro cuando llegas a casa y disfrutar del café en la cama. Con medio siglo detrás tienes una historia que contar, tienes una vida hecha y tienes un futuro por delante. Hoy cumplo 50 años y puedo decir, sin temor a equivocarme, que soy una mujer plena, realizada y amada. 

24.8.24

Agrado

A mi hermano le gustaba agradar

lo conseguía con su sonrisa 

Con su carisma 

Nada que ver con Agrado

El personaje de Almodovar en Todo sobre mi madre

Cuando mi hermano me preguntó por un nombre para su hotel

No dudé en decir Agrado

El nombre propio que resignificaba

La reminiscencia de nuestra estancia en Barcelona 

La dignificación de nuestro trasvestismo migrante

El agenciamiento político que vino con nuestra libertad fuera de la casa familiar 

El reconocimiento a nuestra homosexualidad 

Una recordatorio de la responsabilidad de llevar al otro

Al huésped, al solitario, al que está por venir 

Como alguien más lo hizo con nosotros 

Con su muerte, la de mi hermano,

a diferencia de lo que le sucede a Agrado,

el personaje de Almodovar,

Agrado dejó de ser un nombre propio para convertirse en un nombre común