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10.9.25

Repetición: el poder entrar y salir de la vida

El trabajo de análisis me ha dejado esta experiencia de la repetición. Enunciar el síntoma ha sido una práctica constante desde hace ya más de un lustro. Al principio no entendía nada, a veces pensaba que perdía el tiempo. Que la ansiedad no se iba. He sido ansiosa funcional muchos años de mi vida. Aprendí a convivir con ella. En algunos años la ansiedad se presentó en forma de ataques de pánico severos, en otros con taquicardias incontrolables. Ir a restaurantes, hacer fila, esperar me generaban no solo impaciencia, sino también angustia. Pero tenía mis antídotos, tomar un jugo azucarado, nunca una Coca-Cola. No tomar refresco fue una dieta que me impuse desde muy niña. Beberla era el síntoma de mucha enfermedad. Y yo no estaba enferma, solo tenía ansiedad. Pero la ansiedad se agravó con la muerte de mi hermano y se juntó con la depresión. No entendía nada, lo que había podido controlar se me escapaba de las manos, la vida misma entró en un bucle a veces oscuro, otras difuminado. Solo sentía tristeza, dolor y mucha ansiedad. En cada sesión de análisis repetía en diferente intensidad, con distinta convicción lo mismo que escribo ahora. El cuerpo habla, eso es innegable. Habla porque se alimenta del sujeto de lenguaje. El lenguaje afectivo. Un lenguaje que se basa en la repetición. La repetición de lo que está mal, de lo que está bien, de lo que eres, de lo que no eres, de lo que quieres ser y no puedes. Un círculo vicicoso. Yo sabía que no quería sentir ansiedad y me aislaba para no tener episodios de pánico. Después me molestaba conmigo misma por no lograr acomodar lo que sentía con mi vida. Una vida que estaba ya muy lejos de lo que recordaba, de la alegría, libertad y voluntad que había experimentado en el pasado. Me convertí en una autómata funcional. Dejé de sentir y ese fue mi goce con tal de no sentir ansiedad. Cada semana en el análisis repetía lo mismo hasta que el síntoma paulatinamente fue cediendo. La puerta giratoria del síntoma es irreconciliable con la repetición. Sales y entras, sales y entras, no te das cuenta, hasta que te das cuenta. Algunos dicen que solo es necesario parar la mente. No es tan fácil cuando el cuerpo siente, llama, llora, sufre. Sufre el sujeto de lenguaje al que le impusieron una identidad, la que no es suya, la que nunca lo fue y nunca lo será. Repetir es poder entrar y salir de la vida. La vida del sujeto de lenguaje que repite el síntoma que habita su cuerpo. Vivir nunca es sencillo, pero ahora sé que se puede decidir entrar o salir por la puerta giratoria del goce.

25.4.25

Ser de frontera

Morder el tiempo

las personas no regresan

los espacios que con tanto ahínco

te encargaste por ocupar

siguen siendo inaccesibles para ti

como inaccesible es la puerta 

para el hombre de campo en el cuento de Kafka

Ante la ley

eufemismo de la mezquindad humana

el siglo XXI se ha vuelto contra su propia humanidad

el aire se respira ominoso

y prefieres buscarte en el misticismo barroco

Sufrimiento y melancolía

preferible a frustración y desasosiego

Morder el tiempo

el aire se respira ominoso

quizá ya no sea necesario que busques dónde estar

aunque la puerta esté abierta

sabes que no podrás entrar

Ser de frontera has sido siempre

por qué querer cambiar

11.4.25

Las oscuridades que tocas durante la vida

Decidí volver a ser estudiante por unos meses y me inscribí en un seminario sobre ateologías. Cada semana debemos enviar notas de la sesión en cuestión que iré subiendo en el blog.

Primera sesión

Con la instrucción de escuchar la canción “You Want it Darker” para la primera sesión del seminario escogí a bote pronto el remix electrónico de Solomun. El remix inmediatamente me redirigió a cuando de madrugada, después de una noche de fiesta con mi hermano menor, regresábamos a la casa familiar. La oscuridad del antro donde nos hicimos cómplices de la fiesta gay durante los años noventa del siglo pasado contrastaba con las luces del amanecer y la música vibrante que nos dejaba sordos cuando prendían las luces del lugar, una vez que la fiesta terminaba. Salíamos borrachos, extenuados y extasiados de bailar sin parar, de cantar, gritar y tratar de ligar a alguien, daba igual, era de noche y todo se valía. 

Después de la primera sesión escuché la versión de la canción original. La interpretación de esta contrastaba con la dicha del recuerdo. Un canto solemne de esos a los que Leonard Cohen nos tiene acostumbradas, una voz rasposa, penetrante, una cadencia con pocas licencias y muchas texturas. La alegría del primer momento se esfumó en un segundo y me remitió a una segunda oscuridad, la de su muerte. La oscuridad del agujero negro en que se convierte la propia existencia durante el tiempo que tardas en intentar sanar del trauma (algo que creo nunca se logra), mientras haces eso que Derrida llama el trabajo de duelo. 

Durante la sesión me resultaba difícil organizar ambos sentimientos, el de una gran dicha y el de una gran tristeza. Escuchaba la interpretación de la canción y trataba de entrelazar ambos momentos, tocar ambas oscuridades mediante la mediación de una lectura completamente ajena a lo que estaba sintiendo. “Hineni hineni / I’m ready, my Lord”. Pensaba en mi hermano a quien la muerte lo sorprendió de manera violenta y pensaba en lo que he sentido los últimos seis años. Castigo, sufrimiento, aceptación no son propiamente las categorías con las que me he querido identificar estos años, pero sin duda las he transitado constantemente.

Una oración me hizo sentido mientras la sesión transcurría: el espíritu capturado por Dios se da en la oscuridad. Momento en el que pierdes el control. Tocar la oscuridad muchas veces en la vida, acostumbrarte a ella, es quizá la posibilidad de saber que estás viva, aunque alguien más ya está muerto.  


25.3.25

Pedagogía de los afectos

Aprendí actos de magia

No fue difícil darme cuenta que para existir

para ser vista

tenía que desaparecer

o por lo menos disimular que no me daba cuenta

que mi presencia incomodaba

Preferí ocultar lo que pensaba

lo que sentía

lo que deseaba

Me hice de amigos a quienes rápidamente

aprendí a copiarles el lenguaje

una sintaxis básica del estar presente

Quise parecerme a ellos

me esmeré en su cuidado

aprendí a no recibir nada

a darme por completo

Quizá si me escamoteaba

no se daban cuenta

de que algo estaba mal en mí

o eso me hicieron creer

Escamotear-me permitió sobrevivir

hasta que ya no fue posible ocultarme más

Con los años he dejado atrás amistades, parejas, familia

lo mismo que las expectativas 

de querer coincidir

Trastorno de aislamiento social

La clínica está acostumbrada a nombrar lo que incomoda

lo que no se ajusta a la norma

Hace falta una pedagogía del padecer

una pedagogía de los afectos

La memoria es un juego giratorio

La memoria es un juego giratorio

de un día para otro, con un olor, una sensación

o la secuencia final de una episodio de serie

recuerdas aquello que habías dado como verdadero:

romperte el tobillo en un juego giratorio

Las fotografías no mienten 

el tobillo está roto 

y la pierna enyesada

Cuatro años de edad como máximo

indica la fotografía con mi abuela y mi madre 

que sobre el mar de Tampico me cargan de muertiro para no mojar el yeso

Un yeso que cubre la pierna derecha por completo

y proporcionalmente es la mitad de mi estatura

Un recuerdo feliz hasta que la memoria me hace dudar

del momento en el que me lo rompí

Metí la pierna en un juego giratorio para intentar pararlo

el tobillo se partió en dos

No fue en la guardería como me dijeron

sino en el parque de la colonia

alguien no quiso bajarme a tiempo

se divertía con mi temor 

temor a la velocidad

temor al vertigo

temor a la vulnerabilidad

El temor que me ha acompañado toda la vida

La memoria es un juego giratorio

He repasado el recuerdo cientos de veces a lo largo de mi vida

Nunca fue tan nítido como ahora

la niña está sola

no hay un adulto cerca

la historia de mi vida

el abandono, la anomia, la invisibilidad

la verdad que me contaron también es mentira

como muchas otras en mi vida

La memoria es un juego giratorio

como es la propia vida

21.3.25

Siendo apenas una niña ya era rara

Entiendo el temor que les causaba mi mirada

Siendo apenas una niña ya era rara

De ojos grandes, expresivos que buscaban siempre una respuesta

La gente se sorprendía al ver por debajo del fleco esa mirada

que decía sin decir lo mucho que el mundo me apasionaba

La gente también se sorprendía cuando hablaba

tiene un micrófono incorporado, decían a manera de broma

nunca de burla

Siendo apenas niña ya era rara

Entiendo el temor que les causaba

por ello prefirieron adiestrarme 

a dejar que siendo apenas una niña brillara

No supieron qué hacer conmigo

con mi lucidez, con mi alegría, con mi inteligencia

mucho menos con mi ser rara 

La gente se sorprendía cuando siendo niña me veía jugar entre puros niños

Ahí empezaron las burlas, el descrédito, su temor de que fuera rara

o quizá lesbiana

Entiendo el temor que les causaba

y por ello prefirieron callar, ignorar, invisibilizar que fuera rara

De adulta sigo siendo rara

la gente normalmente me observa con incredulidad

a veces también con desprecio

para ellos soy rara

Entiendo el temor que les causa que de adulta siga siendo rara



19.10.24

Qué decir de cuando se llega a los 50 años

Hoy cumplo 50 años y aunque no lo creí en su momento, los 50 son los nuevos 30. Si hace 20 años no pensaba en llegar a esta edad, ahora tampoco pienso en que el pasado fue mejor. Cumplir años es superarse día día, una superación dialéctica, donde a veces avanzas un paso y retrocedes tres, hasta que te das cuenta que aquello con lo que creciste toda tu vida no es real. Te dicen que hay que buscar el amor, la felicidad, el éxito. Con los años sabes que nunca se encuentra porque nada de eso se busca, en todo caso lo procuras. Aunque parecen oraciones hechas, lugares común, eso que luego cuestiono del coaching, pues sí, ahora que cumplo 50 sé que hay muchas frases hechas que cobran sentido con el tiempo, con la edad. Una de esas, un gran aprendizaje de hecho, es que "el tiempo lo cura todo", o casi todo. Cura la tristeza, el dolor, el trauma, pero no lo cura por ósmosis, sino que, y aquí viene la parte a veces no tan divertida, hay que comprometerse y mucho. Comprometerse con conocerte a ti misma, otra frase trillada, conocer lo que duele y nombrarlo; conocer, experimentar, sentir lo que da alegría y nombrarlo; saber pedir perdón, reconocer los errores, que son muchos a lo largo de la vida, reconciliarse con la frustración, con la expectativa, con la muerte de un ser querido incluso; saber que lo que haces, dices, piensas te afecta y afecta al entorno. Con los años aprendes a cuidar las palabras para no herir-te, aprendes a escoger las batallas y a no quedarte callada, pero sobre todo aprendes a dejar ir conocidos, colegas, familia, lugares, trabajos. Soltar los silencios que incomodan, los juicios de valor y las críticas que lastiman. 

Con mis 50 años recién cumplidos abrazo a mis otras yo que he sido en cada década, a cada una de ellas las honro, las amo, las veo en la película de mi memoria y no cambio nada. Puedo decir sin temor a equivocarme que he hecho con estos 50 años lo que he querido y más de lo que he deseado, quizá, precisamente, porque nunca desee nada, nunca me imaginé llegar a esta edad, solo me dediqué a vivir al día, a viajar, a conocer el mundo, a leer, a escribir, a amar, a nadar, a jugar, a compartir. También sé que no llego sola, son muchas las personas que me han acompañado y a todas ellas les agradezco nunca soltarme, ofrecerme un lugar en su corazón, en su vida, en su estar en el mundo. 

Medio siglo se dice fácil, pero en el medio siglo de hace cien años pasaron dos guerras mundiales. A veces perdemos noción de lo que es la vida y estar vivos, por eso hago este ejercicio de escritura a manera de corte de caja. En medio siglo les cientos de libros, escribes miles de palabras, nadas n cantidad de kilómetros, duermes cantidad de horas, trabajas muchas más, respiras millones de veces, se regenera la piel, las neuronas y el alma n cantidad de veces. Con cada arruga, con cada cana, con cada lágrima derramada, con cada cicatriz, se engrosan los afectos, ya sea para que te vuelvas más o menos sensible. La sensibilidad que te permite observar las hojas que caen en otoño, escuchar el agua correr con la lluvia, reconocer la alegría del perro cuando llegas a casa y disfrutar del café en la cama. Con medio siglo detrás tienes una historia que contar, tienes una vida hecha y tienes un futuro por delante. Hoy cumplo 50 años y puedo decir, sin temor a equivocarme, que soy una mujer plena, realizada y amada. 

24.8.24

Agrado

A mi hermano le gustaba agradar

lo conseguía con su sonrisa 

Con su carisma 

Nada que ver con Agrado

El personaje de Almodovar en Todo sobre mi madre

Cuando mi hermano me preguntó por un nombre para su hotel

No dudé en decir Agrado

El nombre propio que resignificaba

La reminiscencia de nuestra estancia en Barcelona 

La dignificación de nuestro trasvestismo migrante

El agenciamiento político que vino con nuestra libertad fuera de la casa familiar 

El reconocimiento a nuestra homosexualidad 

Una recordatorio de la responsabilidad de llevar al otro

Al huésped, al solitario, al que está por venir 

Como alguien más lo hizo con nosotros 

Con su muerte, la de mi hermano,

a diferencia de lo que le sucede a Agrado,

el personaje de Almodovar,

Agrado dejó de ser un nombre propio para convertirse en un nombre común 






Creencias

Dejé de buscar respuestas en las creencias de los otros 

Por años vagué entre dogmas, cosmovisiones y relaciones diversas

Dejé el laicismo y me volví agnóstica

Dejé los rituales de iniciación 

hinduistas, budistas, cristianos, mexicas

incluso los del amor cortés

Aunque me hubiera encantado probar con los rituales 

órficos, pitagóricos y sáficos

Dejé de buscar respuestas en las creencias de los otros 

Porque me encontré conmigo

En un sueño:

Desde la orilla de la piscina cubierta de lirios observaba

A una bebé de meses que se hundía 

Me tiré al agua sin dudarlo

La tomé de las manos  

Para rescatarla del fango en el que ya reposaba inherte

Subimos a la superficie 

La recosté en mi pecho

Respiramos juntas

Dejé de buscar respuestas en las creencias de los otros 

Porque me encontré conmigo 







22.8.24

Desvanecimiento

Mi temor más profundo se hizo realidad

me desvanecí

un par de veces:

bajé el switch

El cuerpo reciente lo que no se dice

sudoración fría

palpitaciones aceleradas

El cuerpo reciente la tristeza

la mandíbula se contrae

la vista se nubla

El cuerpo reciente el trauma

no del presente

el que se hizo costra

alrededor del corazón

Respiraciones cortas

apneas incluso

no llega sangre a la cabeza

El cuerpo reciente la frustración

se desconecta

Me gusta la analogía si la pienso en inglés

un-plug

El desvanecimiento no da tregua

caes simplemente 

pierdes la conciencia en segundos

La primera vez, al volver en mí,

me rodeaban las caras de gente conocida

que entre risas, sorpresa y espanto me preguntaban 

si estaba bien

No supe qué contestar

pero a partir de ese día supe que estaba rota

Deshidratación, estrés, falta de sueño, ansiedad

posibles causas del desvanecimiento

dicen los médicos

El desvanecimiento es un síntoma

del quererse morir en vida

que el cuerpo rechaza

e inmune reacciona

hasta que de un día a otro

la misma sensación de desvanecimiento

se desvanece

Mi peor temor se hizo realidad más de una vez

y ahora sé lo que es estar viva


21.8.24

Popocatépetl

Por tus faldas rodamos

Guerrero invencible 

Risas

Infancias

Familias

Hundidas en los mantos de arena negra y fina

Vencimos al emblemático volcán de los paisajistas

Tocamos la nieve

nos asomamos por la ventana del cielo 

proyectamos un futuro 

Que se esfumó 

Con tu muerte 

La del guerrero herido 

La del hermano asesinado

La de los silencios y secretos de familia 

Contigo murió aquello que sembramos 

Empezando con el árbol de la casa de campo 

Un presagio 

Las cenizas del volcán nos cubrieron 

Ocultaron los afectos que estaban prohibidos entre hermanos 

Pero latentes como un volcán vivo

Tu muerte las dispersó

Los susurros del inframundo subieron a la Tierra 

La familia se rompió en un hechizo 

El hechizo de preferir el silencio a la justicia 

El guerrero invencible dictó sentencia 

Nunca más pudimos volver a subir a la cima

Ni ver el cielo desde la ventana del volcán 

Ni verte a ti ni a la familia que fuimos 

quedan las huellas cubiertas por la ceniza

Y nadie las quiere limpiar 



20.8.24

Amistad

Volar alto
recorrer el tiempo
reír en la arena
de los recuerdos

Infancia 
referente incondicional
de la amistad inocente
añoranza perenne
que con los años se transforma en exigencia
de aquello que no aprendimos a dar

el tiempo
los afectos
la generosidad
la hospitalidad

Vorágine de deseos condicionados

¿Dónde queda la política de la amistad?

La amistad imposible 
la amistad del tener que llevar-nos
[como Sísifo]
en la atemporalidad de cada relación
incluso cuando la amistad
se ha ido





Monotonía

Mientras camino con los perros

siento la monotonía 

mismo horario

misma rutina

Los perros son seres rutinarios

como nosotros los humanos

Mientras camino con los perros

siento la monotonía de la monogamia

del matrimonio

de compartir el día a día

de planear en conjunto

Mientras camino con los perros

siento la monotonía del paso de los años

de la estabilidad anelada

de la realización empeñada

Mientras camino con los perros

observo los árboles

siento el aire frío 

de madrugada

en la cara

habito la monotonía

como se habita el hogar




Trabajo de duelo

El tamaño del dolor

título del libro

de un escritor kosovar

ya muerto

Epitafio de un poema

¿De qué se duele

el doliente

en el duelo?

¿De la pérdida

de la tristeza

del dolor

del trauma?

Nunca se sabe

con certeza

de qué tamaño es el dolor

del doliente

salvo cuando deja

de doler

¿Es absurdo?, sí

el duelo es lo más absurdo

del estar sin estar

en vida

Puertas de nostalgia se abren

se cierran 

en cada duelo

siempre uno distinto

un dolor y un doliente nuevo

Nunca se aprende a sobrellevar el duelo

nunca llega la "pronta resignación"

es solo una frase hecha

un convencionalismo

¿De qué dimensión es el

dolor del doliente?

De la dimensión de los que ya no están

de los que están muertos.


19.8.24

Silencio

La depresión 

es silencio

que oculta

lo más doloroso

del ser siendo

La depresión

es estar

sin saber cómo

topologizar

cronometrar

el tiempo real

no así la realidad

de lo otro

La depresión

se mide

en silencio

Puedes vivir  años

sin la autoconciencia de sí

hasta que

un día

después de habitar

las ausencias

las fugas

los hoyos negros de la memoria

y la descorporización del mi

[mi cuerpo, mi goce, mi deseo]

empiezas a 

imaginar un futuro posible

también en silencio

El futuro posible de quien escribe

deja rastro

e inicia el resto del viaje

nuevamente en silencio



Piscina

Piscina:

me gusta más que

alberca

Piscina:

fonética

y morfología

del agua contenida

Piscina:

estado meditativo

contemplativo

Navegar en hipnosis

tocando los bordes

de la piscina

como pez en el agua

Una tautologia


¿Para que nos entrenamos?

Nos entrenamos para vivir

casi nunca para morir

Nos entrenamos para ser felices

sin saber mentir

Nos entrenamos para sobrevivir

incluso a costa de la libertad

Nos entrenemos en el arte de amar

sin intentar seducir

en el arte de la política

con intención de persuadir

en el arte de la amistad

sin responsabilidad

Nos entrenamos para competir

sin aprender a perder

Nos entrenamos 

¿Para que nos entrenamos?

¿Nos entrenamos 

o nos condicionamos

a ser 

lo que no somos?




Incondicionalmente

Amar incondicionalmente 
a los perros 
as amar lo que somos

Amarnos 
a través de los perros
es amarnos incondicionalmente

Los perros aman
incondicionalmente
Aman lo que son





5.8.13

Día 147. Apuntes del gay pride en Amsterdam

Viajamos a Amsterdam con el propósito de conocer la casa de Spinoza, filósofo holandés del siglo XVII, y nos topamos con el gay pride que se festeja el primer fin de semana de agosto. 


Una visita de dos noches donde yo solo era la acompañante solidaria de quien decide cerrar un proceso de muchos años entre alguien que decide estudiar con pasión un filósofo y viajar al lugar donde conformó un sistema de pensamiento importante en la tradición filosófica. Y hago énfasis en la visita filosófica porque Spinoza trabajó desde una ética sin moral las pasiones y los deseos de la condición humana. De ahí que me parezca más sorprendente la casualidad de coincidir en una fecha que se ha vuelto representativa por lo represiva que también puede ser en otros puntos del planeta salir a festejar a la calle nuestras preferencias sexuales, sean homosexuales, bisexuales, heterosexuales, intersexuales. 



Lo que pasa en Amsterdam no lo había visto en ningún otro gay pride. De entrada la locación es espectacular: a lo largo del río se montan los botes de la gente decorados con globos que desde temprano llegan a ocupar un espacio para ver el desfile que empieza pasado el medio día.


Los que no tienen bote se van acomodando también sobre la orilla del río con sus canastas de picnic, sus bebidas y la mota que es legal en los coffe shops, pero que en este día, conforme pasan las horas, el humo de la hierba sube como el alcohol en la cabeza de los que ahí festejan con júbilo no sé si el carnaval más colorido del año o sólo una fiesta más de verano.



El ambiente festivo, no pretensioso ni burlesco, como se puede respirar en otros lugares, contrasta con la seriedad de los antiguos edificios que circunscriben los ríos en un barrio que es famoso por las mujeres semidesnudas que se muestran en las vitrinas. 



Es verdad que en Amsterdam se respira y se siente un ambiente de libertad, no diría de permisibilidad ni de tolerancia (una discusión filosófica en la que se confunde el respeto con el cumplimiento del deber ser o la legalidad), donde cada quien va a lo suyo.



Conforme el día avanzó la gente se fue acomodando en los pocos huecos que había para ver pasar el desfile de los barcos decorados. Dos hombres que bailaban sobre el río empujados por la potencia del agua fueron los encargados de abrir el desfile, un espectáculo impresionante, festivo y libre reflejan parte de lo que en su momento quiso hacer Spinoza con las pasiones de la gente: entender o comprender las pasiones para encontrar la libertad. No sé si lo logró, pero lo cierto es que en Amsterdam el respeto a la diferencia se siente. No sé en qué terminó lo que pintaba para un gran bacanal porque ese mismo día viajamos para Varsovia, lo cierto es que si tienen oportunidad de ir no se lo pierdan, el gay pride en Amsterdam es la fiesta de la condición humana.


2.8.13

Día 146. Día de Spinoza

De Ámsterdam a La Haya

Este viaje estaba pensado para conocer las casas de Spinoza. Un filósofo que recién acababa de empezar a leer y me había cautivado especialmente por su glosario de los afectos. Algo inusual en la escritura de los filósofos que estaba acostumbrada a leer. Una cuestión, me parecía, de exceso didáctico para la complicación de su propia puesta en escena epistemológica.

La mayor parte de los que han escrito acerca de los afectos y la conducta humana, parecen tratar no de cosas naturales que siguen las leyes ordinarias de la naturales, sino de cosas que están fuera de ésta. Más aún: parece que conciben al hombre, dentro de la naturaleza como un imperio dentro de otro imperio. Spinoza

El recorrido empezó en La Haya, una ciudad cosmopolita, como es Ámsterdam, donde se han dado cita los grandes organismos internacionales para pensar el devenir del mundo o, por lo menos, eso hacían después de terminar la segunda guerra mundial. Lo que nos quedó claro desde que llegamos es que saber andar en bici es necesario, de otra forma no se disfruta igual.


La Haya. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.


En el mapa buscamos la dirección de la casa donde murió y vivió Spinoza (1632-1677). Esperando encontrar una casa-museo, como estamos acostumbradas a visitar en México de gente ilustre, nos topamos con una casa cerrada. Solo con cita se puede visitar, pero como era verano no se podían hacer citas de un día para otro. FrustraciónSi ya en Amsterdam no habíamos tenido suerte para encontrar el espíritu vibrante de Spinoza en la ciudad, ahora nos topábamos con pared. 

XXXII. La frustración es un deseo o apetito de poseer una cosa, alentanda por el recuerdo de esa cosa, y a la vez reprimido por el receurdo de otras que excluyen la existencia de la cosa apetecida. Spinoza.


Casa de Spinoza. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.

Me dediqué a deambular por la zona, mientras la interesada en Spinoza hacía los rituales de contemplación correspondientes. Mi sorpresa fue que un callejón de prostitutas desembocaba frente a la casa de Spinoza, el filósofo holandés que pensó en las pasiones desde una ética sin moral que sentara los principios de factibilidad para que los sujetos pudieran ser libres, se encontraba con su propia realidad siglos después. Ironías de la filosofía.


Ironías de la filosofía. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.

La mujer que se alcanza a ver en la imagen asomando la cara empezó a gritarme cuando vio que, como voyeurista que siempre he sido, observaba la dinámica en el callejón. Estos lugares me fascinan y me hubiera aventurado si hubiera visto más mujeres por ahí, pero es cosa de hombres. Hombres de todo tipo, de toda clase, algunos iban por droga, otros por sexo. ¿La mujer que me observaba, como yo a ella, sintió vergüenza o  temor?

XXXIX. El temor es el deseo de evitar, mediante un mal menor, otro mayor, al que tenemos miedo. Spinoza.

Tuvimos que abandonar la escena rápidamente porque inmediatamente salió el regenteador a encararnos. Pero ni él ni nosotras hablábamos el mismo idioma, por lo que nos subimos a la bici y seguimos con nuestro recorrido. Todavía nos faltaba una parada más. Esperábamos tener mejor suerte.

XII. La esperanza es una alegría inconstante, que brota de la idea de una cosa futura o pretérita, de cuya efectividad dudamos de algún modo. Spinoza.

Leiden, Países Bajos. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.

 De La Haya a Leiden 

Después del medio día hiciemos el viaje de La Haya a Leiden en busca de la otra casa de Spinoza, en la que vivió entre 1661 y 1663. Esta casa sí es un museo y estaba abierta. Lo malo es que nos tardamos en llegar a ella porque no había mucha información al respecto. Dimos varias vueltas en círculo y no fue hasta que le preguntamos a un hombre, que iba pasando frente a nuestra desesperación, que nos indicó dónde quedaba.

XV. La desesperación es una tristeza que surge de la idea de una cosa futura o pretérita, acerca de la cual no hay causa ya de duda. Spinoza
Casa de Rijnsburg. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.

Spinosalann es una casa del siglo XVII. Una pequeña casa de dos pisos y un jardín con plantas verdes y un busto del filósofo holandés escondido entre la maleza. En la casa se reguardan algunos libros que, se supone, pertenecieron a Spinoza. Digo se supone porque durante la Segunda Guerra Mundial fueron decomisados por el gobierno alemán y tiempo después donados a esta pequeña casa perdida en una zona habitacional de Rijnsburg, un pueblo que era intelectualmente famoso durante la época de Spinoza, ahora no es ni su sombra y puedo decir que hasta tristeza da ver tan poco entusiasmo por un filósofo tan importante en su país. 

Ejemplares de Spinoza. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.
Anotaciones. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.

Otras anotaciones. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.

En el segundo piso de la casa se encuentra el libro de visitantes. Me dediqué a ojearlo con la intención de saber si Derrida había estado ahí, si tenían esos códigos de complicidad, como los tuvo con Levinas. Pero no, no encontré su firma. Me asombró, en todo caso, encontrar la de Einstein. Y obviamente no perdí la oportunidad de dejar la mía con la ilusión de que si en algún momento me convertía en una intelectual famosa, quedara huella de mi paso por ahí.

IV. El asombro consiste en la imaginación de alguna cosa, en la que el alma queda absorta porque esa imaginación singular no tiene conexión alguna con las demás. Spinoza.

 

Praeses Honorarius. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.

Terminamos la visita. Tomamos las fotos necesarias para el archivo. Regresamos a Amsterdam.

Spinoza. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.

El contento de sí que me dejó esta visita, a pesar del cansancio, me permite concluir dos cosas:

1. Spinoza tuvo el oráculo del ser, pero quizá no hemos logrado transformar nuestras pasiones en acciones.

Así pues, si podemos ser causa adecuada de alguna de esas afecciones, entonces entiendo por «afecto»una acción; en los otros casos, una pasión. Spinoza

2. La verdad no nos hace mejores pero libera...

XXV. El contento de sí mismo es una alegría que brota de que el hombre se considera a sí mismo y considera su potencia de obrar. Spinoza.

Pd. El glosario (definiciones) de los afectos de Spinoza se encuentra en la parte tercera de la Ética y estos, a su vez, no se explican del todo si no se consideran el deseo, la alegría y la tristeza. Una metáfora de los colores primarios en el conjuro de una teoría de conjuntos spinozista. En este sentido:

I. El deseo es la escencia misma del hombre en cuanto es concebida como determinada a hacer en virtudde una afección cualquiera que se da en ella.

II. La alegría es el paso del hombre de una menor a una mayor perfección.

III. La tristeza es el paso del hombre de una mayor a una menor perfección.

Spinoza. Roxana Rodríguez Ortiz, 2013.