22.8.10

Serie III: afectos

Mis afectos en la cuerda floja:

Los amigos ausentes merodean mis recuerdos.
Los hermanos de sangre deambulan en los lazos.
Los gatos lavan mis heridas.
Los padres temen hacerse viejos y no saben como dejar de ser padres.
Los tíos hacemos oídos sordos.
Los buenos deseos no bastan para mitigar el dolor ajeno.
Los sueños no alcanzan para terminar el día.

Por ahora mis afectos sólo encuentran cobijo en su hogar...

12.8.10

Serie II: absurdos

No hay nada más absurdo que perderme en la futilidad de mis creencias:

Hacer fila cuando tengo asientos numerados.
dormir con las cortinas abiertas.
Acelerar el paso cuando observo que el/la de adelante también va al banco.
soñar con la infidelidad del otro.
Entablar una conversación en un antro.
reír en un momento crítico.
Tocar la bocina del auto (salvo honrosas excepciones donde nuestra vida corra riesgo).
jugar a ser adulto.
Cruzar la avenida sin usar el puente peatonal.
vivir para trabajar.
Estacionar el carro en doble fila.
amar la soledad.
Adoctrinar al otro/a.
creer en la paz mundial.
...

no hay nada más absurdo que empeñarme en volar.

11.8.10

Serie I: miedos

Abrir el cajón de sastre de los miedos es adentrarse en un universo de complicidades mentales:

Me aterra la enfermedad,
la mía por desconfiada,
la ajena por hipocondríaca.

Me apanica viajar en avión,
ya sea por temor a las nubes aborregadas,
o por estar cerca del cielo.
(¿el Dalai Lama meditará cuando viaja?)

Me da miedo la muerte,
la mía por sentirme sola,
la ajena por perderlo todo.

Me apanican las multitudes,
ya sea por agorafobia,
o por saberme anónima.

Pero lo que mas me asusta es saber que me he vuelto mayor y miedosa.