16.4.17

De retiros

Tomamos carretera en caravana, sería una exageración decir que como la familia burrón porque no somos tantos, aunque el espíritu era el mismo: vacacionar en familia. El plan original consistía en ocupar las habitaciones del hotel que para ese entonces ya estaría regenteando mi hermano, pero por causas del destino (digamos de una forma esotérica) no se logró. El plan ya estaba hecho, solo nos faltaba el hospedaje. Alquilamos por airb&b una casa en San Agustín Etla, a treinta minutos de Oaxaca, y acampamos ahí por seis noches. Sobrinos, hermanos y padres, tres generaciones juntas, con las dificultades que eso significa para la convivencia entre consanguíneos que a la distancia se entienden en silencio.

A diferencia de otros intentos de juntarnos para reconocernos como familia a través de los años, esta vez pude respirar el recuerdo de la convivencia infantil en las bromas, complicidades y sincronías durante el desayuno. Y sorprendentemente también decidimos abrir la caja de Pandora y hablar de nuestras intimidades, empezó como un juego y al final resultó ser una sesión de confidencias sexuales de adultos-adolescentes. Rompimos el hielo anquilosado de nuestra memoria homosexual, heterosexual, bisexual. Así, sin etiquetas. Quien más me sorprendió fue mi madre. Estoica escuchó las aventuras de sus hijos y sus nietos sin reconocernos. Esa costumbre de hablar de nuestra sexualidad nunca la practicamos y ahora da la posibilidad de hablarnos sin prejuicios.

Regresamos ayer, volveremos a nuestras lógicas afectivas de poner distancia entre nosotros, y el recuerdo de este retiro familiar quedará en la sonrisa y en los chistes y en las burlas entre nosotros. 


8.4.17

¿Dónde quedó la app de #blogger en #IOS?

Desperté, fui al baño, como todas las mañanas, y el dolor de estómago que pensé era llanto reprimido resultó ser un cólico. Tengo la mala costumbre de no llevar la cuenta y días como hoy me alegra enormemente inferir que mi profunda tristeza de los últimos días se debe a las hormonas y no a la separación. Me vestí presurosa para salir por un café y meditar qué hacer el resto del día. En el camino, una epifanía: volver a la escritura creativa y comprar una planta (quizá debe empezar por los básicos antes de tener otra vez pareja). Pedí el desayuno, intenté bajar la app de blogspot en mi iPhone, pero ya no está disponible para IOS. Desilusión, la segunda en siete días. La primera ya forma parte de mi pasado, pero ésta es mi presente. Me acostumbré a escribir en el celular, en medio de la gente, sentada en un café o esperando en la fila del banco. Justo donde la realidad se hace ficción. Siempre digo que no hago investigación de campo, pero es falso. Escribo in situ. Ahora debo decidir si cambio de celular o de terapia de contención.

Pd. Decidí comprar dos plantas, una más complicada de cuidar que otra. Espero que ambas sobrevivan hasta (y después de) que me enamore nuevamente. También compré la app de iTunes que permite editar en iPhone porque el soporte técnico de #google #blogger es nefasto. 

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