25.7.09

Vacaciones en familia

Hace algunos meses escribí que ya no quería viajar sola, sino acompañada de gente que como yo disfrutara de una puesta de sol, de un buen café matutino, de un cena tranquila. Evidentemente esto no es posible cuando se viaja en familia, y menos a un club acuático, donde el resto de los vacacionistas también son familias con hijos, pocos o muchos, da igual. En estos seis días de "reposo" mi mente neurótica sólo pensaba en cómo se iban multiplicando el número de niños, adolescentes y adultos a mi alrededor, sin contar a mis cuatro sobrinos (que van desde los cinco hasta los veintiún años), mi hermana mayor y a mis papás.
Ahora que ya estoy en casa nuevamente, con mis cuatro gatos, y después de dormir por más de doce horas, cosa que no había podido hacer desde hace una semana, mi mente está más relajada y puedo ser más honesta conmigo y con la gente que me quiere: Verdaderamente disfruté de su compañía en estos días, a pesar de que no es el ritmo de vida al que estoy acostumbrada, me complace saber que pertenezco a un "clan" que, independientemente, de lo cercanos que estemos, podemos compartir una cena tumultuosa en un lugar ruidoso. A final de cuentas cada uno de los ahí presentes tenía una razón de por qué querer estar, para mí fue el placer de ver felices a mi sobrinos, de jugar con ellos en el agua, de comer juntos y de conocernos mutuamente.

24.7.09

Autobiografía V

La gata de Gloria tiró el vino sobre el libro de Pamuk. Fue un augurio para no terminar de leerlo, tanta descripción me tenía cansada, empezaba a leer sin atención y estaba empeñada en terminarlo. Gracias bobina por abrirme los ojos: me falta mucho por leer, mucho por escribir y mucho por vivir para poder hacer mi autobiografía. Prefiero dejar este ejercicio para un futuro y continuar escribiendo sobre mi día a día... Supongo que es una forma de ir escribiendo el pasado.