24.6.08

10km

[competencia: 10 km en relevos de 7, o lo que es igual a un aproximado de 30 clavados y mil 500 metros por persona.]

tiempo del recorrido: más de dos horas y media.
promedio en cada 50: cincuenta segundos.

conclusiones:

no pensar en el trayecto, sino en el fin, facilita la obtención del objetivo.
no anhelar el triunfo, sino probarme en la competencia, elimina la angustia.
no precipitarme en el arranque, sino llevar timing, asegura el desenlace.
no desertar cuando dejo de sentir los brazos, sino estirar más, emancipa a la mente del cuerpo, o lo que es lo mismo a alcanzar el grado máximo de liviandad aunque dure tan sólo un segundo.

19.6.08

entre lo público y lo privado

Dónde está la línea que divide un ámbito del otro en la era cibernética cuando todos estamos en el ojo del huracán. Llámese hi5, facebook, blog, chat, msn o una interminable lista de no-lugares, de espacio o de sitios www -habría que empezar por aclarar cada uno de estos conceptos-, desde los que es posible observar, indagar, urgar, entre otras actividades provocadas, la mayoría de la veces, por el morbo, la curiosidad y la osciosidad, en la vida de los otros.
Orwell se quedó obsoleto con su tan reconocido y comentado 1984; estamos en otro momento de la historia, no estaría muy segura de si es posmoderno o sobremoderno, de lo que sí estoy convencida es que, en la cibercultura, la tecnología nos posiciona en el aparador para hacernos visibles -o invisibles- ante los demás. Lo que era privado se ha vuleto público por la necesidad de hacernos presentes frente al otro, aunque sea de manera virtual. Por eso subimos a la red las fotos de nuestros hijos, de nuestras parejas, de nuestras mascotas, de todo lo que nos represente y tenga un vínculo afectivo. ¿En algún momento nos hemos preguntado a qué se debe o de que deviene la necesidad de mostrarnos ante el otro, de hacernos visibles en sociedad?
Evidentemente el ser humano es sociable por naturaleza pero hasta qué punto es impresindible ventilar nuestra intimidad, aun conociendo los riesgos que puede traer consigo esta actividad. Riesgos que no están contemplados en las leyes nacionales ni internacionales porque la era virtual ha propiciado un aletargamiento en la toma de decisiones con respecto a la tipificación de los delitos "cibernéticos".
En la actualidad, confundimos lo público de lo privado, lo que nos da la facultad de opinar sobre los otros gracias a que hemos hecho publica nuestra vida. Sin embargo, desconocemos el costo de la mercantilización de nuestra intimidad, lo que me intriga es por qué lo seguimos haciendo, y me incluyo.

13.6.08

desde mi ventana

Clementeco es mi callejón, San Pablo Tepetlapa mi barrio y Coyoacán el centro de reunión por mucho tiempo. Llevo un par de años viviendo en el 9-3, y he de confesar que me encanta mi barrio: la tortillería en la esquina del callejón saliendo a mano derecha, la carnicería a lado; caminando por la izquierda está la "tiendita", la cremería, la vidriería, la papelería y una estética. Por las noches algunas señoras abren sus portones y las calles se transforman en un corredor gastronómico: quesadillas, sopes, tacos en todas su modalidades, pozole, tostadas, entre otras delicias que se puedan degustar en cualquier temporada del año.
Lo mejor del hogar es disfrutar de las risas de los chiquillos que no dejan de jugar hasta que los mandan a dormir; sentir el amanecer desde mi balcón, los rayos de sol que se asoman y se pierden entre los cables de luz; y observar desde la ventana del estudio los tendederos de mis vecinas (tender la ropa en mi barrio sigue siendo una labor de mujeres). Nunca pensé decir esto pero cuando nuestras miradas se encuentran, ellas tendiendo la ropa y yo escribiendo en la computadora, existe cierto grado de complicidad, ninguna de nostras quisiera intercambiar de roles, mas sentimos la satisfacción de estar haciendo lo que nos corresponde, y no podemos evitar hacer como que no nos vemos aunque sabemos que estamos aquí.
Son las seis de la tarde y desde mi ventana veo el ocaso, queda poca ropa en los mecates, pronto subirá alguna de ellas a quitar las prendas restantes antes de que empiece a llover.

12.6.08

Levanto la huelga

Gracias a la alberca vuelvo a tener claridad.
Hoy por fin pude "navegar", sentir las olas al ras de mi respiración , observar como cambia el color de las bollas conforme mi cuerpo avanza, jugar con las nubes del cielo que me indican el camino del refugio, del remanso de paz que dura lo mismo que un suspiro. Ojalá algún día pueda lograr que el navegar sea tan fluido como luchar; que pueda andar-nadar-gozar sin clavar el brazo como espada, en un claro afán de cortar el agua o de limitar su cauce.
Hasta hoy endentí lo que es navegar: es fluir con la cadencia del ritmo que marca la velocidad de mi marcha.