19.6.08

entre lo público y lo privado

Dónde está la línea que divide un ámbito del otro en la era cibernética cuando todos estamos en el ojo del huracán. Llámese hi5, facebook, blog, chat, msn o una interminable lista de no-lugares, de espacio o de sitios www -habría que empezar por aclarar cada uno de estos conceptos-, desde los que es posible observar, indagar, urgar, entre otras actividades provocadas, la mayoría de la veces, por el morbo, la curiosidad y la osciosidad, en la vida de los otros.
Orwell se quedó obsoleto con su tan reconocido y comentado 1984; estamos en otro momento de la historia, no estaría muy segura de si es posmoderno o sobremoderno, de lo que sí estoy convencida es que, en la cibercultura, la tecnología nos posiciona en el aparador para hacernos visibles -o invisibles- ante los demás. Lo que era privado se ha vuleto público por la necesidad de hacernos presentes frente al otro, aunque sea de manera virtual. Por eso subimos a la red las fotos de nuestros hijos, de nuestras parejas, de nuestras mascotas, de todo lo que nos represente y tenga un vínculo afectivo. ¿En algún momento nos hemos preguntado a qué se debe o de que deviene la necesidad de mostrarnos ante el otro, de hacernos visibles en sociedad?
Evidentemente el ser humano es sociable por naturaleza pero hasta qué punto es impresindible ventilar nuestra intimidad, aun conociendo los riesgos que puede traer consigo esta actividad. Riesgos que no están contemplados en las leyes nacionales ni internacionales porque la era virtual ha propiciado un aletargamiento en la toma de decisiones con respecto a la tipificación de los delitos "cibernéticos".
En la actualidad, confundimos lo público de lo privado, lo que nos da la facultad de opinar sobre los otros gracias a que hemos hecho publica nuestra vida. Sin embargo, desconocemos el costo de la mercantilización de nuestra intimidad, lo que me intriga es por qué lo seguimos haciendo, y me incluyo.

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