30.4.13

Día 52

De vinos no sé nada. A veces sólo sé tomarme una copa. En contadas ocasiones me he embriagado. Ninguna con vino. Quizá con cerveza. Quizá con tequila. El vino se hizo cotidiano con los viajes. No me gustan los vinos que saben a madera ni los muy perfumados. Prefiero los españoles. Los del Penedès (o de la región catalana-valenciana) son mis favoritos, más por nostalgia que por un paladar delicado. Los australianos también ocupan un lugar privilegiado en mis visitas al súper cuando no encuentro los primeros. Los chilenos y los argentinos nunca los compro. A los mexicanos he empezado a hacerles un guiño, más por mercadotecnia que por nacionalismo. Pero como el destino es impredecible ahora reposo en un viñedo mexicano, en el valle de Guadalupe, en la Baja. De vinos no se nada pero el lugar es formidable. Es época de espera, de cuidado, de observar a la naturaleza. El cultivo de la uva está en proceso. La fiesta grande es en agosto. Ahora es tiempo de reposar. El vino se hace presente nuevamente con el viaje y con nosotras.

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La ruta del hedonismo. Una visita obligada para quienes disfrutan de los sabores, de las texturas, de los paisajes, del estar sin prisa. Una copa de vino. Una comida sin pretensiones. Un restaurante campirano. La Finca Altozano es una gran sorpresa en el Valle de Guadalupe. Me imagino que la vendimia debe ser una paleta de colores y sabores que deleitan al espíritu.

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Adema del éxtasis del paladar y el regocijo de los paisajes. Observo que en este valle hay hombres trabajando los viñedos. Situación que resulta sorprendente si consideramos que el valle de Guadalupe está a poco más de una hora de Tijuana. Porqué los hombres se quedan aquí y no se van de migrantes a Estados Unidos? De dónde son estos hombres? Dicen que de Michoacán. Quizá de otros lados. Lo cierto es que se ha invertido mucho dinero en este negocio vitivinícola y la gente decide quedarse aquí. Que pasaría si sucediera lo mismo en el resto del país? O, mejor dicho, por qué no se invierte en el campo mexicano? Quizá la migración disminuiría. A quién le conviene seguir alimentando el negocio de la migración?

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La Villa del Valle es un bed & brekfast boutique (valga la contradicción). En la casa de seis habitaciones, más la de los dueños, se respira un aire de libertad. Es un estilo de hospedaje sin pretensiones. En una casa campirana se alojan tanto las oficinas como las habitaciones. Los empleados, la dueña, hacen sentir al huésped como en su casa. Las puertas sin llave, las habitaciones minimalistas, los espacios comunes, la sala de honor, son un ejemplo de la convivencia comunitaria y del respeto mutuo sin cortapisas. Acostumbrados al confort consumista en momentos se extraña al mesero que te persigue con la mirada para ofrecerte algún refrigerio. Aún así la estancia es gozosa.

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Gracias por esta aventura de placeres. Gracias por estar en este viaje de confesiones.
Gracias por nuestros planes de vida.
Gracias por estos días de ensueño.













Día 51

Reposo. La orden desde el momento que entramos al valle fue esa. Reposo. Subimos las maletas. Nos acostamos. De pronto nos quedamos dormidas y entramos a otra dimensión. La frontera había desaparecido. El bullicio, el desasosiego, la desesperanza también. Reposo. El olor del laurel, los pájaros silbando, la sierra blanca. Color brillante. Aire. Viñedos. De Tijuana a Ensenada otra cartografía. Otra dimensión ontológica. Reposo. Un reposo obligado. Un reposo culpigeno. Un reposo hedonista. Una tautología.












28.4.13

Día 50

Me gustan los números divisibles entre cinco. La tabla de multiplicar es de las más sencillas. Me gustan los números pares. El cincuenta es un número dócil, aunque llegar a los cincuenta no es una operación matemática sino ontológica.

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Tijuana no deja de sorprenderme. Estudiantes que dan la bienvenida a quienes cruzan la garita del lado mexicano disfrazados de vacas, luchadores, personajes de caricatura. Un ambiente festivo que contrasta con la solemnidad de un cruce fronterizo donde largas filas de gente esperan en una procesión cotidiana para pasar "al otro lado". A algunos el desacato de quienes por altavoz anuncian la llegada a un país, a su país, puede ser un espectáculo grotesco o un performance fronterizo. Para los que están haciendo la fila el espectáculo es estridente, invasivo, ensordecedor. Tijuana no deja de sorprenderme.

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Esperar de pie por horas para cruzar la linea implica paciencia, destreza mental, concentración para que los elementos externos que circunscriben la espera no hagan merma en el estado anímico antes de que el agente aduanal te entreviste. Un descuido, una sonrisa en falta, una explicación de más podría ser la causante de la negativa para cruzar al otro lado.

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Cruzar es un shock anímico.
Cruzar es sentir mareo.
Cruzar es sentir alivio.
Cruzar es soltar el cuerpo.
Cruzar es una experiencia psicológica.

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Qué tan introyectado están el territorio La nacionalidad, la ciudadanía, la pertenencia a un país, la cultura... En nuestro inconsciente?
Cuales son los mecanismos mediante los cuales los estados, los gobiernos, logran la nulidad de criterio en un alto porcentaje de la población?
Por qué la sensación de llegar a "mi" país produce seguridad aunque "el" país sea completamente cuestionable?
Será que sólo los constructos socioculturales son los únicos que amalgaman la necesidad de pertenecía?

27.4.13

Día 49

Cruzar la garita se ha vuelto un ejercicio cotidiano. Esperar con paciencia a que la línea avance. Calcular el número de personas que me anteceden. Observarlas. Tomar fotografías. Tratar de recordar cada movimiento, gesto, comportamiento de quienes tienen una historia que contar. Hasta ahora no lo he logrado. Observo gente que acostumbrada a hacer largas filas para cruzar no desespera, no se inmuta frente a la anorexia de una mujer que pide dinero para su tratamiento o frente a un hombre con miembros imputados. Tampoco repara en hacer tres horas o más para cruzar un país, para estar "del otro lado". No alcanzo a percibir qué motivos tiene la gente para esperar tanto. Si me dijeran que sólo son fines económicos repararía en ello. La frontera tiene un encanto por sí sola. La realidad fronteriza ocupa tanto un espacio intervenido como un espacio de desobediencia. Intervenido por las políticas económicas de la globalización pero también por una cultura que se ha construido gracias a procesos particulares de articulación en donde la legalidad y la ilegalidad conviven al igual que la marginación y la cooperación. Es un espacio de desobediencia porque es gracias a las medidas de seguridad, a los límites físicos, a la ausencia de políticas migratorias que la frontera en sí misma es tierra de nadie. Todo está permitido. Qué esperar entonces de la frontera? Nada. La frontera siempre sorprende, es parte del impass de procesos sociohistóricos que simulan estados de excepción. La movilidad humana no puede pensarse como una condición de excepción. La frontera nunca puede pensarse como la naturalización de una forma de vida.









Día 48

La espera incomoda como incómoda puede ser la distancia, aun así al abrirse las puertas corredizas se detiene el tiempo, una mirada que busca al otro lado y se encuentra a la distancia. El tiempo se detiene en un abrazo. El tiempo se esfuma en un suspiro. Los amantes se encuentran, se hablan, se sienten. La distancia no ha causado estragos, los amantes siguen siendo cómplices.

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El hotel es para los amantes el cómplice de sus deseos.
El hotel es para los viajeros la morada de paso.
El hotel es para los amantes viajeros el no-lugar de sus recuerdos.

///

Cuánto tiempo necesitas estar con una persona para reconocerla por su olor?
A veces toda la vida, otras un descuido.

25.4.13

Día 47

Cómo evitar estar en dos lugares al mismo tiempo? Imposible. El don de la ubicuidad no lo tengo. Me quedo donde estoy en espacio y tiempo no lineal ni contingente. Aquí y ahora.

///

A los hombres del norte les cuesta trabajo platicar. Hoy un taxista tenía ganas de hablar. Yo no. Hice el intento por poner atención pero su poca elocuencia me desconcertó. Silencios, pausas, una historia. Quizá su historia. Cuando decidió contarla se acabó el recorrido. El final cada quien lo interpreta.

///

Estómago tenso por la adrenalina
Un reencuentro
El tiempo causa estragos
La distancia añoranza
Mañana estaremos juntas

24.4.13

Día 46

Tijuana no deja de sorprenderme. Cada día una historia nueva, una mirada diferente, un recorrido revelador, una coincidencia enigmática, una casualidad. Lectura a dos voces de un poema. Espacios decantados. Escritoras guerrilleras. Defensoras de la palabra. Últimas sobrevivientes de la poesía, un género que ha cedido a los influjos de lo mediático.

///

proceso creativo
golpe de suerte
obra cúspide

///

sexualidad?
deseo?
pasión?
represión?

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la libertad del ser o de ser
ontología o epistemología
Derrida nuevamente

Derrida mi referente

De la crítica literaria a la deconstrucción

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Proyecto: mi performance

///

En Tijuana los ciclos son evidentes.
En Tijuana regresas a los lugares.
En Tijuana el tiempo sorprende.
En Tijuana la vacilación no tiene cabida.

Día 45

Viajé en trolley de San Diego a Tijuana, entrando por la garita de San Isidro. Primera vez que hago el recorrido de esta forma. Primera vez que percibo la idea de que México es el "patio trasero" de Estados Unidos. Teóricamente lo tenía bastante claro, pero es muy diferente a vivir la experiencia en carne propia. La primera parte del recorrido es como estar en Epcot Center, colores brillantes, arquitectura californiana, ensoñación capitalista, una forma de vida rigurosa con matices de tolerancia, seguridad y orden. La segunda parte se percibe en color sepia, tirándole a gris. Casas uniformes en una sola línea o trailers park derruidos que abonan a la ferocidad de la globalización, grafitis a diestra y siniestra, la pesadilla de los que añoran el "sueño americano". El recorrido es un viaje en el tiempo, transita del primer mundo al tercer mundo en hora y media. Incluso los pasajeros van cambiando no solo de color, también de status social y migratorio. La idílica democracia estadounidense permite acostumbrar a la retina a una gama de minorías tolerantes entre sí, pero que enfatizan un desarraigo en común. El trolley se detienen en la estación final: la frontera internacional. La frontera que divide dos países históricamente trastocada por intereses particulares de uno y otro lado. El letrero indica: "Nueva salida peatonal", un pasillo de concreto con malla ciclónica en la parte superior. Avanzamos como en rastro, nos encaminamos al "matadero", a la dinámica voraz de las ciudades fronterizas. Al final, en el muro, la palabra M E X I C O grabada sobre el mismo concreto anuncian nuestro destino. Ningún guardia te revisa, sólo a aquellos que por azar o sospecha son detenidos. Al salir el tono sepia no solo toma una gama de colores chillantes, también sonoros. La fila para cruzar al otro lado es larguísima. Camino con paso firme. Estoy en casa.



///

La música me llama, el dibujo también.

///

Las acciones pasadas me están cobrando factura.
Tomar consciencia.
Sólo debo abrazarme.

///

Lenguaje, memoria, narración.
Performance.
Salir de la convención.

22.4.13

Día 44

Paciencia
Paciencia
Paciencia

Esperar esperar espera

Anonimato
Anonimato
Anonimato

Estar sin estar

Estar estando

Estar estar

Si la paciencia
Es esperar
Esperar es anonimato

Si la paciencia
No es esperar
Esperar es estar sin estar

Si la paciencia
Es esperar
Esperar es estar estando

Si la paciencia
No es esperar
Esperar es estar estar

Y así sucesivamente... El orden de los factores no altera el producto... Cada quien lo vive de distinta manera... Ninguna es real.

Día 43

Desde aquí no alcanzo a ver qué tan lejos está la meta. Tampoco creo que importe mucho, para eso están las pantallas. Las gradas están llenas y el sol calienta la cabeza. El ruido de los motores es ensordecedor. Dos vueltas de prueba antes de iniciar. Un espectáculo que me es completamente ajeno. Espero. La gente se para. Seguro están por cantar el himno nacional... Debería estar prohibido en cualquier espectáculo. Qué necesidad. La gente se toma muy en serio esto de la nación. Intento distraer a mi sobrina pero algo en ella la hace estar atenta. Será esta su otra paria, la que adoptó cuando la hicieron migrar? Guardo silencio. La gente canta con solemnidad el himno. Estoy incómoda. Me esta dando claustrofobia (o agorafobia). Mi sobrino insiste que nos movamos, le digo que espere. Empiezan la carrera. Dos vueltas. Nos vamos. En algo nos parecemos. Somos voluntariosos. Salimos agarrados de la mano. Yo quiero ir a leer, él a armar carros. Los demás se apasionan con el espectáculo. A veces es difícil entender las pasiones de los otros.

20.4.13

Día 42

Noise mower
Dugs run
We see each other

Tattoos as inscriptions
A language that doesn't mean anything
Except for each one

Mower cut the silence
Wake up the dreams
Remain as a long nightmare

Tattoos as a remainder
A dialogue between memory and reality
The representation of ourself

Noise mower
Volume on
Music loudly

We stay here
Thinking in ourself
The neighbor still mowing

Día 41

Hear the train
She's coming
Late again

Crave the crowds
Doesn't make sense
The crows are looking for dead

A coyote cross her way
Doesn't means anything
She's late again

Crows are near
That's the way it is
We're here for nothing

The train again
Another cycle
She left her way

Crave the crowds
Crows stay near to us
Doesn't make sense
We still life.

The coyote arrives first
She doesn't fit
The train goes its way
Cross them

18.4.13

Día 40

fff: escuchas el viento?
vvv: sí, se filtra por las paredes... es por la altura.
fff: te da miedo la altura?
vvv: me da miedo la profundidad del mar.
fff: silencio... ha parado...
vvv: va y viene. cualquiera puede volverse loco si trata de entender lo que quiere decir.
fff: el viento?
vvv: claro!
fff: que va! eso es pura faramalla esotérica new age.
vvv: qué dices! el viento dialoga con quienes están atentos a las señales divinas.
fff: ajá...
vvv: cómo crees que los nómadas o los aborígenes encontraban el camino?
fff: por el sonido del viento?
vvv: claro!
fff: y lo divino qué tiene que ver con esto?
vvv: cada quien lo entiende a su manera.
fff: bueno, el relativismo es lo tuyo...
vvv: no, es decir, cada quién piensa en lo divino según su experiencia.
fff: y los que somos ateos?
vvv: ateos gracias a dios?
fff: en cierta forma...
vvv: pues los que son ateos también escuchan el viento, quizá sólo como el sonido del viento, quizá como el lenguaje del viento.
fff: a ti te da miedo, por eso insistes en escucharlo...
vvv: me da miedo la locura.
fff: todos estamos locos, solo que algunos aprendemos a sobrellevarla.
vvv: y los que no?
fff: escuchan el viento...

17.4.13

Día 39

eee: qué se siente estar en la playa?
vvv: no estoy precisamente en la playa.
eee: entonces? en dónde estás?
vvv: trabajando.
eee: en la playa?
vvv: en una pecera...
eee: ...
vvv: estoy en una pecera de cristal. desde aquí se ve el mar.
eee: que afán de estar en el mar y no tocar el agua, sentir la arena, oler la brisa.
vvv: estoy trabajando...
eee: pero no te puedes asomar, sentir el aire en la cara, caminar descalza...
vvv: no, estoy trabajando...
eee: te tienen encerrada?, amarrada?, cautiva?
vvv: no, yo sola decidí estar aquí.
eee: ...
vvv: en cautiverio. un cerebro en cautiverio... encubando ideas...
eee: no entiendo, te autoencerraste para encubar... bien...
vvv: es una forma de estar.
eee: entiendo.
vvv: es curioso... seguro es lo que llaman posmodernidad...
eee: te estás burlando?
vvv: ...
eee: es solo una forma de estar...



Día 38

ddd: los pájaros habitan esta casa.
www: son pájaros muertos.
ddd: y los vivos?
www: volaron
ddd: y tú? volarás algún día?
www: estoy en ello, he volado muchas veces, ahora estoy en paz.
ddd: antes de los pájaros qué hubo?
www: mariposas.
ddd: otros seres que también vuelan...
www: y eso que el aire no es mi elemento. soy fuego.
ddd: quizá por ello, necesitas el aire para arder.
www: es probable... los pájaros son una metáfora
ddd: ...
www: sé que si me acerco mucho al fuego me quemo.
ddd: y los cigotos?
www: qué tienen?
ddd: qué representan?
www: lo que no pudo ser.
ddd: te lamentas?
www: de qué?
ddd: de lo que no hiciste?
www: los cigotos también son una metáfora, para eso está la poesía.

15.4.13

Día 37

un día lluviosos y frío.
no salí de casa.

Para el cansancio extremo
el reposo reparador.

///

Empiezo a ordenar los días
de atrás para delante
de adelante para atrás
...
no existe otra forma de sentir el tiempo
 que no sea
necesariamente
 la forma lógica dimensional?
...

///

Empiezo a escribir poco a poco
con soltura y sin replicas
con errores y sin ediciones
la escritura libre es ficción.
...
dónde quedó la métrica y la rima?
dónde la erudición?
qué tan bizarro es contar sin decir nada?
sin construir imágenes?
sin descripciones apabullantes?

///

Silencio

la música se escucha en la sala

los demás duermen

me gustan las tertulias después de la comida

hoy Bernardo leyó un cuento

Amaranta cocinó

Día 36

Fiesta de cumpleaños
Familia
Niños

///

Qué es tener hijos?
Por qué las madres (cambio el genérico) desarrollan esa habilidad de ser madres?
Responde a una necesidad de sobrevivencia o a una necesidad de trascendencia?

Todas somos hijas
No todas somos madres
Existe una ruptura en la continuidad de la existencia?
O es sólo otra construcción de género?

Quien quiera ser madre que lo haga bajo su propio riesgo.

///

La intimidación del otro
La tolerancia es un absurdo
En un espacio cerrado conviven los todos esos que son los otros
Tolerancia = indiferencia = invisibilidad
Por inseguridad o por ignorancia
La hospitalidad kantiana
Derrida tiene razón: no existe la hospitalidad pura.

14.4.13

Día 35

Última parada del día: casa de mi hermana. David me deja en la estación del tren. El tren ha sido uno de los grandes descubrimientos para mí en un país donde es indispensable tener un carro. Las rutas conectan varios puntos y la puntualidad es impresionante. El recorrido por la costa del pacífico es hermoso, gozoso, hipnótico. Compro el ticket en la máquina después de varios minutos de intentar descifrar el destino: Riverside o San Bernardino. Me decido por el primero por la hora de salida-llegada. Tengo tiempo. Una hora. Me acomodo en los sillones de la estación. La estación de Los Ángeles es una estación antigua con pisos de mármol, candelabros hermosos, jardín bien cuidado, madera en muchos puntos. Llaman para subir al tren, es la última vía. Camino por un largo pasillo hasta que la encuentro. Me detiene un señor, revisa mi billete y me dice que no sirve, que necesito un pase de abordar. Le contesto que no entiendo. Suben otros pasajeros y entregan una papeleta con un número. El señor me voltea a ver y me dice: "necesita uno como estos". Me desconcierto. Me queda poco tiempo. Me duele la cabeza. Tengo que regresar por donde vine. Llego a la taquilla que no había visto. La señora me dice que con eso es suficiente. Regreso a la vía desconcertada. Sigue ahí el mismo señor, le digo que no es necesario. Balbucea algo y ordena que me forme. Adelante de mí una mujer con su hijo, migrantes ambos. Atrás forma a un señor que tiene un boleto como el mío. Empiezo a sospechar que me hizo perder mi tiempo por ser mexicana. La cabeza me va explotar y el estómago se me hace nudo. Ve su reloj. Revisa sus papeles, veo las papeletas con el número de asiento. Me descoloco. Nos dice que ya podemos subir. Me entrega la papeleta con un número de asiento. Se me sube el enojo a la cabeza. Lo miro fijamente y le digo: "me pudo haber dicho esto antes de hacerme correr". Subo al tren. Por fin voy a descansar. Ubico mi lugar, una señora gorda y ansiosa es mi vecina. Lo que me faltaba. Cierro los ojos e intentó recuperar la tranquilidad. No logro dormir pero se va el dolor de cabeza. -Por qué me estreso tanto? Qué necesidad?- La señora está intranquila porque tiene miedo que la parada del tren no sea lo suficientemente larga para que le de tiempo de bajar del segundo piso. Le pregunta al que revisa los tickets qué hace si se queda atorada en la escalera. El guardia la ve con cara de asombro y le dice: "me grita". Media hora antes de abandonar el tren decide bajar sus cosas. Está parada a la altura de mi asiento. Me imagino la escena final: mujer aplastada por señora gorda en el tren. Prefiero cerrar los ojos y hacerme la dormida. Demasiada imaginación.

13.4.13

Día 34

Voy media hora tarde. El taxista que había quedado de pasar por mí no llega. Amaranta llama a otro y empiezo a inquietarme. Tengo que estar en el otro lado a las 7:30. Llega el taxista. Me despido con prisa y subo al carro. Veo el reloj. Son las 6:30. Tengo una hora para llegar a la cita y no sé cómo esté la fila. Quince minutos después estoy en la garita. Camino con paso apresurado. La curva me impide ver si hay gente haciendo fila. Veo gente que avanza apresurada y gente que viene de regreso. Ya estoy en el check point. Cruzo la puerta giratoria y avanzo. Calculo unas cien personas adelante de mí. Descanso. Empiezo a tomar fotos para mi archivo. Todo en calma. Media hora después estoy enfrente del guardia. Las preguntas obligadas: a dónde va, qué lleva, dónde vive, a qué se dedica... Casi había contestado todo con una sonrisa encantadora hasta que me pregunta si había pagado el permiso. Me quedo estupefacta. -No se paga después?- Le contesto que no. Llena una boleta y me dice: " regrese y páguelo... Luego vuelve". Lo veo con cara de asustada y emito un nooooooo. Me sonríe y me dice "pero no se vuelve a formar". Descanso. Doy la vuelta y camino a paso veloz. Llego a la oficina -que obviamente no vi en un inicio- y voy directo con el guardia. Se repite la historia: "su permiso". "No lo he pagado". "Vaya a la caja"... Pago. Me formo. Me entrevistan -ahora con más detalle-. Sonrió a la cámara y me dan el permiso. Son las 7:20. David ya está del otro lado. Le digo al guardia que controla la fila que me deje pasar, lo hace de mala gana. Cambio de guardias. Ya no está el que me atendió respiro y espero. Mi turno. Las preguntas obligadas. Ya no me preocupo por hablar en inglés. -Me ha preguntado lo mismo tres guardias.- Sólo quiero salir de ahí. Lo observo. Me observa. Me sonríe y me deja ir. Estoy del otro lado. David me espera en su carro.

Día 33

Me volví un poco inútil para moverme en ciudades que no conozco. La fuerza de la costumbre a veces es superior al deseo de conocer nuevos lugares y de repente es muy fácil sentirse como el ratón del cuento de Kafka que está acorralado por el gato y cualquier dirección que tome es una oportunidad para que el gato lo devore. Aunque en mi caso el gato es mi propia mente, mis miedos, mis inseguridades, incluso mi pereza.

///

Utilizar el transporte público en ciudades que no conozco siempre me estresa. Hoy me subí a la pesera, que en tijuana tiene otro nombre, esa van que transporta como sardinas a diez u once pasajeros, incluido el/la chofer. Ayer me equivoqué, tomé el "camión" y tuve que correr para llegar en punto al sitio donde debo tomar el bus que me lleva al colegio. Hoy me fijé en no cometer el mismo error, pero estaba tan concentrada en ello que no me fijé en que no traía cambio. Una travesía desde el inicio. Al subirme escucho una voz dulce que me dice "yo le cierro", pensé que era la acompañante del chofer, pero en realidad era una mujer chofer. Sorpresa número uno. En la Ciudad de México las mujeres conducen taxis, no he coincidido con una que conduzca pesera o micro. Ocupé el espacio vacío que quedaba. Solo me cabía media nalga. Se me ocurrió pedirle a la gente de junto que se recorriera, obvio no lo hicieron. Seguí con media nalga en el asiento. Al poco tiempo extendí mi billete de 100 pesos para pagar y me contesta la chofer-a: "doñita, no traigo cambio, les pregunté si tenían...". Silencio largo. Llegamos a la gasolinera y me dice: "doñita, bájese a ver si se lo cambian por dos de cincuenta...". Volteo con cara de asombro y hago lo que me indica la chofer-a. Segunda sorpresa. Obvio no me cambiaron, demasiado temprano para tener dinero... Le regreso el billete. Avanza. Alguien le hace la parada. otra gasolinera. Ahora es ella quien decide cambiar el billete. Tampoco se lo cambian. Le hace la parada a otra van. Los otros pasajeros ya están impacientes porque se les hace tarde y me ven con cara de enojo. Me estreso. Finalmente cambia el billete y me da mi cambio. La señorita de atrás hace la parada, yo estoy junto a la puerta y ella espera que yo la abra. No hago nada porque supongo que la chofer-a la abrirá. No lo hace, ella sólo la cierra. Pregunto si yo debo abrirla, la señorita impaciente me dice que sí. Lo intento. No lo logro. Se desespera, la abre y baja. Tercera sorpresa: me he vuelto inútil para viajar en transporte público.

///

Por qué una mujer decide convertirse en chofer-a?

///

El fin del trayecto fue más relajado. Todavía me dio tiempo de preguntarle a la chofer-a algunas cosas. Me quedé con ganas de indagar más pero se me hacia tarde para tomar el bus.

10.4.13

Día 33

Amanecí en casa de Amaranta, amiga poeta. Le escribe a los pájaros con gran devoción y vuela con ellos en los ensueños de la tinta.

///

Alguien ocupa mi casa. La otra. La que deje. Una mujer de mirada profunda.

///

"Una monja que tiene algo de estricta y austera", así describen a quien vive en esa casa. Será cierto?

///

El lenguaje es un enigma. El lenguaje construye, mitifica, desvanece, orilla, limita. Qué hacer con el lenguaje?

Día 32

Mi primer día en Tijuana:

Cuántas veces puedes pasar, sin estar perdido, por el punto donde iniciaste un recorrido en la Ciudad de México?

Ayer en dos momentos pasé por el punto donde inicié el recorrido. O Tijuana es muy predecible o las distancias son más cortas... Me quedo con la segunda.

///

En qué otro lugar del mundo la frontera (el muro que divide dos países) llega hasta la playa?

///

El absurdo de la vorágine humana es querer construir barreras donde la naturaleza por sí sola las carcome.



9.4.13

Día 31

Cambiar de residencia por unos meses.
Dejar la rutina e inventar otra.

///

Tijuana me espera y la espera no reconoce la esperanza de iniciar-terminar un proyecto académico que tienen mucho de personal. Tijuana me llamó nuevamente. La frontera me ha llamado siempre. Hace siete años vine por primera vez. En aquella ocasión empezaba a indagar algo que me era completamente ajeno. Ahora vuelvo para cerrar un ciclo.

///

He dejado mi departamento vacío con la esperanza de que alguien lo ocupe en mi ausencia. Es complicado hacer maletas nuevamente, sobre todo cuando los cambios de casa han sido una constante en mi vida. Pensaba que lo mío era la estabilidad. Ahora lo entiendo, lo mío es la movilidad, estar un tiempo acá, otro allá. Lo curioso es que soy un papalote, no un águila. Necesito sentir que hago tierra en un punto, que algo me ancla para poder volar, de otra forma el vuelo casi siempre es una simulación, como también lo es volar como papalote. Contradicciones de la vida.

///

Mi corazón no tiene clave ni llave, sólo un hilo que pende de un palo. Quien sepa estirar lo suficiente el hilo y jalar de vez en cuando me tendrá para siempre.

7.4.13

Día 30

Un mes.
Obsesión de contar el tiempo.
Necesidad de dejar registro.

///

Resaca.

///

Hoy me niego a escribir.

Día 29

Fiesta all day
Reunión de amigos
Reencuentros
Encuentros

///

Comida
Baile
Show (no mío)

///

El gintonic es la onda. La bebida de los viajes. En Barcelona la descubrí gracias a mi amigo Juan Antonio. Muy pronto le encontré el gusto. La tomaba en los antros cuando salía a bailar. Una copa toda la noche, no daba para más, era eso o dos chelas, preferí el gintonic. De vuelta en México no quise saber de nada que me recordara ese año. Mucho tiempo después mi hermano regresó con un gintonic en copa de globo y rebanada de pepino. Ahora la adopté de nuevo
Ahora me voy otra vez y es la bebida de nuestro reencuentro.



5.4.13

Día 28

Vuelvo a sentir ausencia
Las mariposas no siempre son de felicidad, también de tristeza.
Un hoyo en la panza no necesariamente es de hambre, también es de melancolía.
Las manos temblorosas no son de adrenalina, amenos que la angustia sea una de sus variantes...
Qué necesidad de esperar una llamada? Es absurdo.
El amor es absurdo.

///

El otro día mi madre me contó una historia o en realidad me contó una imagen que me parece encantadora. Dice que mi abuelo acostumbraba comprar la pierna de jamón entera y la metía en la hielera, de cuando en cuando cortaba una rebanada. Ese fue el banquete de su fiesta de quince años.

4.4.13

Día 27

Parece que hoy logramos comunicar un acuerdo.

///

Después de días complicados vuelvo a ver la luz al final del túnel.

///

Días de trabajo me esperan... Debo recordar que estoy de sabático y no llenarme de compromisos.

///

Es extraño cómo se piensa el estar.

///

Le he encontrado un gusto particular al gintonic en copa de gota y con una rebanada de pepino.

///

Me gustan las barras de los bares y los bares que están a la vuelta de mi caza. Que fortuna, con sólo caminar unas cuadras estoy bebiendo de nuevo.

Día 26

Paseo en el centro con mi hermana y mi madre. No recuerdo haber hecho este recorrido espacial ni de la memoria familiar en otro momento. Gracias a ambas por su compañía. Falta mucho por conocer de nuestra familia y por conocernos entre nosotras. No hay foto del recuerdo, pero ya tendremos otros días como éste.



2.4.13

Día 25

El silencio y el vacío no están empañados de angustia.
Hoy no tengo resaca ni ansiedad.
Habrá que dejar que el tiempo haga lo suyo para volvernos a encontrar.

///

Wanna be lonely?
Or just loneliness.
Be with you in my solitude...
Be with me in your solitude...
Be us in our solitude...
So much promises and anyone match.

///

Hacer maletas
Acomodar la casa
Guardar los recuerdos
Cerrar con llave
Viajar sin rumbo fijo.

///

Quizá la distancia nos ayude a entender lo que no pudimos hacer estando cerca.


1.4.13

Día 24

Los gatos de mi vecina son estrafalarios, como ella. Quién puede dedicarse tanto tiempo a cuidar de ellos. Los gatos necesitan atención y cariño. Son demandantes y, según el temperamento, voluntariosos. Cinco gatos en un departamento me parece un exceso. A mi vecina no le importa, si pudiera tendría más. Los gatos habitan esa casa. Mi vecina es sólo un huésped que tiene derecho de piso porque los alimenta y los procura. Quien ha tenido gatos sabe que es un animal indiscreto, husmea a hurtadillas por el refilón de la puerta, observa con desacato y mira intimidantemente a quien llega, se recuesta sin recelo en la cama y no se inmuta con la intimidad de los amantes. Mi vecina les permite eso y más. Sus extravagancias rayan en lo absurdo porque ella constantemente afirma que los animales con que mejor se lleva son los gatos, a los humanos los tolera.