Reposo. La orden desde el momento que entramos al valle fue esa. Reposo. Subimos las maletas. Nos acostamos. De pronto nos quedamos dormidas y entramos a otra dimensión. La frontera había desaparecido. El bullicio, el desasosiego, la desesperanza también. Reposo. El olor del laurel, los pájaros silbando, la sierra blanca. Color brillante. Aire. Viñedos. De Tijuana a Ensenada otra cartografía. Otra dimensión ontológica. Reposo. Un reposo obligado. Un reposo culpigeno. Un reposo hedonista. Una tautología.
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