7.9.11

Lectura II

Desde que vivo sin tele 
Me dedico a releer mis libros viejos.
Libros que he cargado en cada mudanza
como un señuelo de paz.
Pero solo ahora que volví a empacar
me di tiempo de revisar los títulos,
para hacer una selección, 
antes de donarlos todos,
antes de mudarme otra vez.
Escogí mis favoritos:
Libros de pocas hojas.
Libros de bolsillo.
Libros que hablen del ser y su existencia.
Da igual si es ficción o autobiografía.
Al final lo único que importa
es leerlos como si fuera la primera vez.
(Como se debería amar también.)

Insomnio II

Llevo días despertando a la misma hora.
3.33 de la madrugada.
Abro los ojos,
intento cerrarlos,
pero ya es tarde,
estoy consciente
Escucho la noche,
el correr del agua por la tubería vecina,
los autos por la avenida,
las sirenas desesperanzadas.
Hoy no llueve
pero el viento ha enfriado las sabanas.
Se respira otoño.
Me cuesta conciliar el sueño.
Pienso en ti con ilusión
Pero me da miedo construir castillos en el aire.
Prefiero seguir soñando,
aunque esté amaneciendo.

1.9.11

meditación

Pedir perdón al universo y dar gracias a la vida.
Respirar sn aflicción y con mesura.
Liberar a la mente de los pensamientos y emociones.
Llorar en paz.
Me falta camino por recorrer, hoy sólo me pude sentar...

lectura

Te leí como lo hizo Sherezada al príncipe,
sólo que ella quería salvar su vida.
Tú me lo pediste,
como una niña,
acostumbrada a que te lean un cuento antes de dormir,
como se debe de leer El libro de la almohada.
Shanagon repudia el mal querer y la brutalidad,
pero disfruta con gran placer las cosas sencillas,
como tú.
Quisiera leerte no sólo Las mil y una noches,
sino todas las noches que podamos estar juntas.




escritura

Escribir lo que pienso
y lo que siento
es un remanso de paz.
Estos días
mi cabeza no ha logrado
convencer al corazón
que esté tranquilo,
como si realmente pudiera diseccionar las partes,
o como si pudiera razonar con él.
Siento lo que no debería de sentir
y pienso lo que debería de hacer
pero no me atrevo.
Al final sólo me queda escribir para acallar al corazón,
que dice sentir un gran vacío,
no sólo por la pérdida,
sino también por el encuentro,
no sólo por la nostalgia
sino por el devenir.