1.9.11

lectura

Te leí como lo hizo Sherezada al príncipe,
sólo que ella quería salvar su vida.
Tú me lo pediste,
como una niña,
acostumbrada a que te lean un cuento antes de dormir,
como se debe de leer El libro de la almohada.
Shanagon repudia el mal querer y la brutalidad,
pero disfruta con gran placer las cosas sencillas,
como tú.
Quisiera leerte no sólo Las mil y una noches,
sino todas las noches que podamos estar juntas.




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