30.8.13

Día 173

Ayer en el cine vimos la película de Hannah Arendt, el guión que está basado en el libro que escribió Arendt sobre el juicio de Eichmann (Eichmann en Jerusalén), este último integrante de la SS durante el nazismo y encargado de transportar a los judíos al campo de concentración.
Me sorprenden varias cosas no sólo de la película, en general de la noche de anoche:
1. Hace unos meses que no iba a la cineteca, sentí placer y gozo saber que existen esos espacios públicos perdidos en la ciudad (aunque la remodelación salió muy cara y todavía está en obra la construcción).
2. Después de regresar de Berlín y vivir varios días en la burbuja de la ciudad de Peter pan (vean oh boy! También del ciclo de cine alemán), espacios como la cineteca me recuerdan ese estado de ciertas personas que no tenemos prisa por vivir o somos afortunadas de tener tiempo libre y disfrutamos una película al aire libre o esperamos dos horas para ver la película que perseguimos desde que nos enteramos que ya estaba en cartelera.
3. A Hannah Arendt la conocí (lei) cuando  estudiaba el master, al principio no le hice mucho caso porque sólo era la figura de la amante de Heidegger, a quien empecé a leer por Derrida, pues en varios de sus libros se refiere a éste, sobre todo en uno llamado Aporias, donde habla de la muerte del ser. De Arendt me enamoré tiempo después, en uno de los varios viajes que he hecho a Barcelona compré varios de sus libros, una biografía y la correspondencia que mantuvo con su profesor y amante durante varios años. Los devoré, los guardé en mi librero y los consulto de vez en vez. Al poco tiempo dejé de idolatrarla como persona y la empecé a admirar como filosofa. Ahora es lectura obligada en varias de mi clases y seminarios y una referencia constante en mis investigaciones, justamente en la parte que más le ocupó en sus últimos años: la violencia y el mal. A Heidegger lo dejé de leer. A Derrida lo sigo leyendo a diario (como buena groupie).
4. La película es ilerante, fluida, bien lograda. La actriz que hace el papel de Arendt logra retratar esa parte de la constante necesidad de reflexionar, pensar, contemplar de la filósofa alemana. En una entrevista que le hicieron en los años setenta en su casa y en su casa de campo es posible advertir parte de esta característica vital. Quizá lo que es menos evidente es el parecido físico: la Arendt de la película es mucho más guapa que la Arendt de la vida real.
5. El juicio, la crítica al sionismo, las preguntas constantes al sistema, a la institución, a la legalidad en el país que la acogió después de 18 años de no tener ciudadanía ni nacionalidad, al perder sus papeles en el exilio, durante el tránsito de Alemania-Francia-EUA, fueron lo primero que me llamaron la atención de la agudeza mental de la Arendt filosofa. El guión de la película transmite la inteligencia y fortaleza espiritual, casi estoica, de esta mujer, como también transmite la segregación que vivió por su gente, sus amigos, lo más preciado para alguien que decidió no tener comunidad de sangre ni de religión, más que con los que estuvieron siempre cerca de ella.
6. El mal es superfluo dice Arendt en la película, no necesariamente es parte de la condición humana, porque los que no piensan y sólo obedecen, como Eichmann, no saben que están haciendo mal. La gran incógnita del juicio es saber si Eichmann estaba consciente de ello o era sólo el performance. Al final es juzgado y colgado: exacerbación del castigo de un sistema punitivo sobre otro más punitivo.
7. Conclusión: Arendt se murió pronto pero fue una visionaria. Cuestionar a su comunidad, la judía, le costó la vida, pero no erró en ello. Cómo debemos juzgar nosotros al pueblo judío con respecto a las masacres que ha propinado en el pueblo palestino? A quien debemos colgar por las muertes que el pueblo [cualquiera que haya incurrido en genocidio] ha cometido contra su propia comunidad o con la comunidad del otro? Se me ocurren varios nombres, incluso en mi país, pero eso no resuelve el dilema del mal. Arendt lo sabía pero no nos dejó la respuesta.



http://www.youtube.com/watch?v=dsoImQfVsO4


Eichmann en Jerusalén de HAnnah Arendt, libro en pdf: http://db.tt/kQQLV9cP









29.8.13

Día 172

Tres días de entrenamiento
Cansancio
La mente no trabaja
Pura actividad mecánica
Quizá mañana tenga voz 
O quizá hasta que mi cuerpo
Se acostumbre al rigor...

Día 171

Recién regrese a entrenar
Marchas forzadas
No aguanto los brazos
Ni el cuerpo
Cansancio 

27.8.13

Día 170

En el sueño te desvanecías
(Me desvanecía)
Como una muñeca de trapo
Dejábamos ir
Dejamos fluir
Dejábamos ser 
O de ser.
[uno de mis temores
Más mundanos
Es desvanecerme
Y que nadie me auxilie]
Tirada sobre el piso
Le pregunté a quien
Nos socorría
Cómo sabes que estamos
Vivas?
No lo sé
Sólo es cuestión de esperar.
Recuperamos el conocimiento
Respiramos con calma
Volvemos a empezar
[las veces que sea necesario]
Así es la vida
Un desvanecimiento perpetuo
Incluso hasta que la muerte
Nos alcance.



25.8.13

Día 169

Momentos de gozo
De risas
Anécdotas que nos unen
Historias que trascienden
Entre quienes se aman
Se desean
Se quieren
Se dejan
Pensar en el resto de la vida
Como un proyecto
Me asusta
Creer que es posible
Me paraliza 
Ejemplos sobran
Unos empiezan 
Y se declaran su amor
En público
Sin pudor
Con angustia
Es un proyecto ambicioso
Otros llevan años
Casi toda su vida
Juntos
Día a día
Poco a poco
Me cuesta entender
Cómo se llega a decidir
Esa empresa
O quizá no se piensa
En ello
Sólo se actúa
El performance de la vida
La actuación más importante
La que te hace trascender
En el otro
En ti
En el destino

24.8.13

Día 168

Una mirada no iracunda 
Desgarradora
Afable
Huidiza.
Un gesto de intolerancia
De astucia
De desencanto.
Huida.
Intensidad desmedida
De dos seres
Que a la deriva
Reclaman.
Qué reclaman?
Comprensión
Ternura
Libertad.
Silencio.
Un silencio prolongado
Que esconde el deseo.
Un silencio programado
Que quema en la soledad.
Un silencio respetuoso
Entre dos seres 
Que se aman 
Pero que no 
Han aprendido
A estar.

23.8.13

Día 167

Derrida dice:

"El duelo consiste siempre en intentar ontologizar restos, en hacerlos presentes, en primer lugar en identificar los despojos y en localizar a los muertos (toda ontologización, toda semantización -filosófica, hermenéutica o psicoanalítica- se encuentra presa en este trabajo de duelo pero, en tanto que tal, no lo piensa todavía..." (Espectros de Marx: 23)

22.8.13

Día 166

Llegué a la piscina con mi traje de baño blanco con naranja y mi gorra blanca que me compré durante el viaje y de la nada abordé al entrenador que estaba ahí. Un chico de buen cuerpo que había observado como también lo había hecho con los demás entrenadores mientras decidía si seguir "entrenando" por mi cuenta o incorporarme a algún equipo. Me acerqué y le dije que quería que me entrenara. Por un momento sentí que traicionaba a mi otro entrenador, luego lo pensé con calma mientras nadaba y me dije que no importaba, sólo sería un año, después de mi sabático regresaría a la rutina de antes. Falsedad. No se puede regresar a una rutina porque los que nos vamos o cuando nos vamos dejamos de ser los que fuimos. No se que pase en un año, lo cierto es que hoy cerré un ciclo y abrí otro. El sabático me llena de gozo y me hace moverme de los lugares que cómodamente he ocupado, ahora los transgredo y me gusta dejarlos a la deriva. Hoy estoy contenta por sentir nuevamente ese impulso vital de hacer cosas nuevas, de conocer gente nueva, de estar con la gente que siempre ha estado, a veces a la distancia, a veces de la mano.

21.8.13

Día 165

Ayer fue un día de sorpresas varias y de emociones encontradas. Satisfacción de logros alcanzados, de objetivos cumplidos, de observar a la distancia una trayectoria profesional exitosa, pero por un momento también sentí tristeza de "no tener con quien compartir" tanta dicha. Una falacia, enredos que me cuento. Le escribí a mi familia y lo compartí con ellos. Sentí alivió, pensé en el pasado, en los otros logros, en los logros que no he compartido. Fui por unos tacos. Revisé nuevamente las portadas de los libros y caminé a mi otra reunión. Lo éxitos, los fracasos, las tristezas, los placeres son de una misma. Compartirlas es lo de menos, en mi caso lo que importa es disfrutarlas, recordarlas a cada rato, lamerme los bigotes de esa emoción que aprieta, que ensancha el pecho, que eleva el espíritu. Al paso del día sentí cansancio. Caminé a casa después de la reunión donde me invitaron a formar parte de un proyecto en televisión y llegando me recosté. Sentí nostalgia. Llamé a una amiga para ir al teatro. Me terapeó en el carro, me dijo lo que ya sabía, me llamó la atención como lo hacen los terapeutas cuando te cuentan ejemplos de los otros con la intención de no decir las cosas directas para ver si el inconsciente o el consciente lo capta. Escuchaba, primero molesta, después entendí que no me hablaba a mí, que lo hablaba solo en voz alta, que se lo decía a ella, como muchas veces nos decimos a nosotros mismos cosas que no queremos saber. Sentí cansancio nuevamente. Esperamos a que diera la hora de entrar a la función. Dos horas nos dijeron que duraría. Dudé. Pensé en no entrar pero un amigo del elenco nos había comprado los boletos y no tenía pretexto para huir. La función comenzó y conté despacio los minutos. Dos horas repetí mentalmente. Mi amigo salió a escena. Respiré. Seguí con atención sus movimientos, sus palabras, sus gestos. Me olvidé de mi misma. La obra bien escrita, bien dirigida, bien actuada. Una especie de digresión estética que entrelaza historias de la condición humana. El arte, la belleza, la destrucción. Me acordé de Kant, de lo sublime, de lo terrorífico. Las narrativas de quienes no han sido escuchados pero que encuentran una salida a la razón por medio de la creación, de la creación poética. Un desenlace redondo, quizá sobreactuado. Silencio en el escenario. Poco después se escucharon lentamente los aplausos. Salimos y esperamos a mi amigo para felicitarlo. Lo acercamos a su casa y me dejaron en la mía. Nuevamente sola. Nuevamente el cansancio. Me recosté, cerré los ojos. Amaneció lloviendo.

///

Cielos

Información sobre la obra:
http://www.rendermagazine.com.mx/cielos-una-obra-que-lucha-contra-el-pasado/



20.8.13

Día 164

Continua el insomnio. Nuevamente me desperté a las cuatro de la madrugada. Desde que llegué duermo un promedio de seis horas que para mi media (de ocho) es desastrozo pues me impide concentrarme debido a la pesadez que siento el resto del día. Casi creo que es parte de mi hipocondría o un pretexto para no ponerme a leer. Hoy por lo pronto, o de madrugada, ya tomé nuevamente a Derrida. La bestia y el soberano se llama el libro (dos tomos) que dejé a medias hace unos meses, pero cuando se lee a Derrida eso no importa, siempre encuentras el hilo conductor pues como pasa con Rayuela de Cortazar, a Derrida se debe leer sin orden ni cronología.

///

Cuando la sinapsis de la memoria hace el mismo recorrido que el inconsciente:

En Berlín vive una amiga que conocí hace diez años en Barcelona, vivimos en el mismo piso varios meses, a la par dos chicos uno después de otro, también compartieron con nosotras ese piso. A uno de ellos, con el que más habíamos convivido, lo vi hace unos años por la condesa o la roma, ahora también vive en Berlin, al otro, de quien ni me acordaba, me lo encontré este fin de semana en un bar porque se hizo amigo de mi hermano. Este chico posteo recientemente un documental sobre un señor que tiene una tienda de segunda de CDs en NY, a quien se le conoce como The Birdman.  Este lugar me redirigió a la librería de segunda en la que estuvimos en Berlín hace unos días con otra amiga (amiga de mi hermano) que se hizo amiga de mi amiga. En ambos casos, tanto en la librería como en la tienda, lo que permanece es el gusto (la pasión) de los dueños por evitar que esos tesoros (libros y CDs) desaparezcan o contrarrestar la vorágine consumista de la tecnología. Se habla mucho de la desaparición física de los libros, aunque su transformación ha sido menos evidente que la de los dispositivos para almacenar música (cassette, LP, CD, USB, iTunes...), pero no había reparado en la desaparición de estos dispositivos. 
Ahora esta de moda lo Vintage y se recuperan los LP, pero los CD desaparecen poco a poco porque a diferencia de los LP no se puede experimentar con ellos manualmente como lo hacen los DJ. Ayer incluso en la depuración de mi estudio estaba pensando en deshacerme de ellos una vez que los copie a la computadora y los guarde en el disco duro externo... Después de ver el documental me parece lastimoso como el consumismo nos lleva por caminos inconscientes y de ahí que el dueño de la tienda, con sus más de setenta años, se preocupe por algo que, como el mismo dice, va a desaparecer cuando se muera, como han desaparecido las tiendas de barrio bajo la ocupación incesante de las grandes cadenas o franquicias que homologan una forma de vida, dejando a la deriva a lo alternativo, no como moda, sino también como una forma de sobre vivencia. El libro, a diferencia del CD, parece que todavía sigue vigente, aunque quizá con las nuevas generaciones que están mas acostumbradas al Kindle (entre otros), empiece a cavar su propia tumba. Ya veremos en unos años más.
En Berlín vive una amiga, ahora dos o tres o más. En México vivimos nosotros, los otros, lo que alguna vez vivimos juntos, el destino es una trampa, el inconsciente lo es aun más. Dejemos que hablen ambos, dejemos que la historia colectiva también haga un recuento de sus días. Los libros, la música, las narrativas serán lo único que nos quedará para dar cuenta de nuestra sociedad.





///

La deconstrucción de la "historia única" por una novelista nigeriana que reafirma la importancia de contar nuestra propia historia (como también lo hace Benhabib desde la filosofía), de emplear las narrativas para deconstruir la hegemonía monocultural de Occidente.




19.8.13

Día 163

J
E
T
L
A
G

He he hecho todo lo posible para dormir a pierna suelta y nada.

Después de voltear la casa de cabeza para reacomodar mi estudio desde las seis de la mañana, fui prudente porque me desperté desde las cuatro, a las casi diez de la mañana me muero de sueño...

Así el fin de semana: dormitar en el día, desvelarme, dormir temprano, despertar de madrugada, dormitar...

En este estado no me puedo concentrar....


18.8.13

Día 162

Reencontrarse con la familia después de días de no vernos es darse cuenta que todo sigue igual. Ninguno de nosotros hemos cambiado con la distancia ni con el tiempo. Así nos extrañamos. 

///

En el foro Hilvana vi a la China Sonidera



Me dieron ganas de ir a Oaxaca de Juárez 

Los groupies:




17.8.13

Día 161

Un día completo de viaje.

A
G
O
T
A
D
O
R

Conclusiones:

1. Los viajes trasatlánticos son una pesadilla sobre todo a la vuelta. Cuando ya el viaje en sí mismo ha causado estragos por la intensidad o
2. La ilusión de volver a casa se termina cuando la realidad se hace tan evidente y aparece de golpe
3. la realidad de nuestra cultura, la cultura mexicana, la cultura del agandalle que se hace evidente en vuelos de mexicanos que regresamos de las vacaciones en el extranjero. Inmediatamente se siente, por un lado, que estás en casa, pero por otro se respira esa necesidad de "llegar primero", "de ocupar más espacios en los compartimentos del avión que va a reventar", "de bajar antes". Ejemplos sobran y son una bocanada de nuestra realidad. Nos tratamos sin respeto porque no nos enseñaron a respetar, a respetarnos, ni a exigir respeto. Sólo hemos aprendido a ser gandallas, así es muy complicado que nuestra sociedad cambie.
4. Desconozco como funcionan los aeropuertos grandes, como Heathrow. Son una mole de fierro y concreto que albergan a millones de personas que sólo están de paso. Los aeropuertos son lugares etnográficos sin duda.
5. Las medidas de seguridad de los aeropuertos son absurdas porque niegan el derecho de movilidad pero no incurrir en ellas negaría el derecho de seguridad. Ambos una construcción dialogica.
6. Más de 10 horas en un avión es un ejercicio de paciencia, sobre todo cuando tu posibilidad de movimiento se reduce a lo que mide un cuerpo en posición sentada. 
7. Siempre que vuelvo de un viaje así pienso en no hacerlo nuevamente pero al paso de los meses me vuelvo a ir.
8. Viajar es de los placeres que más disfruto en la vida.
9. Llegar a casa es otro de esos momentos que no cambiaría por nada.
10. Viajar en compañía siempre es un viaje. Un viaje de amor.

///

Hace dos años llegué a esta casa después de haber terminado una relación. Hoy, después de un mes de viaje, de varios meses de relación, regreso a esta casa a empezar de nuevo, a sanar, a reconocer, a reconocernos. Confió en el tiempo y la distancia, en la metafísica de nuestro amor, para que nos guíen en el camino que hemos de seguir de aquí para adelante.


Día 160

Penúltimo día en Berlín.
Hacer maletas.
Cena con amigas.
No me gustan las despedidas.
A ninguna de nosotras.
Se que en el tiempo
Nos volveremos a ver
Como ahora,
Como hace diez años.
Nos encontraremos
En un café
Y haremos los mismos chistes,
Nos pondremos al día,
Nos reencontráremos en la distancia.
Me gusta cuando la intimidad
De la amistad se posiciona
En la cuarta dimensión
En la dimensión de la sensación.






Día 159

Siempre hay un momento en las vacaciones largas que se hace tedioso. Hoy fue uno de ellos, casi siempre se debe a la cercanía del regreso, a las ganas de volver a casa combinada con la negación de dejar el hedonismo en ciudades como Berlin. Aunque en mi caso el hedonismo-estoico (una aporía) afortunadamente continúa por varios meses más.

///

Viajar acompañada o en pareja es un reto enorme. Hoy nos dimos la tarde libre.

///

Cuando se es testarudo hasta darse cuenta de eso es una necedad.

///

Me senté en un café y te vi caminar hacia donde nos dejamos. Te acercaste y me reclamaste algo. Me reí de la ternura de tu gesto. Te enojaste y te fuiste de nuevo. Nos separamos para volvernos a encontrar.

13.8.13

Día 158

Se acabó la magia del verano caluroso berlinés, ahora se siente el verano de cada año, un verano lluvioso con vientos fríos y sol a ratos. Cambiamos los shorts y las chanclas por la chamarra y el paraguas porque de un rato a otro se esconde el sol y cae un aguacero que dura cinco minutos pero que moja con ganas. Así es el Berlín que conocía, con razón la gente afirmaba que era inusual tanto calor, con razón los berlineses estaban tan contentos de tener, al menos, dos o tres semanas de intenso calor. Un pretexto perfecto para salir a los lagos aledaños a refrescarse en las aguas verdes o a las albercas que están en la ciudad o a los parques a tomar el sol en bañador. Pretérito. El clima nos regresa a la realidad de las ciudades europeas con sus cuatro estaciones del año bien delimitadas. Es otro Berlin de un cielo azul intenso que se deja aborregar por las nubes que sin más lo oscurecen de repente. Así hasta el humor de la gente cambia en un plis plas. Con un clima así el meteorológico es el gurú del día a día.

///

La parte Este de Berlin es muy evidente todavía a los ojos del visitante, no sólo por la arquitectura sino también por los referentes simbólicos que los gobiernos actuales han tenido a bien mantener intactos. El primero de ellos es la antena de televisión, el edificio o la edificación más alta (cerca de 300 metros de altura), seguido por los edificios uniformes e iguales en tonos arena de la Karl-Marx-Allee, o la biblioteca que lleva el mismo nombre, más otros vestigios de edificios del régimen socialista, como el restaurante Moscú (cerrado) que se encuentra en esta misma avenida. Andar por esas calles es un viaje sin vuelta a un pasado lejano y en mi caso sólo teórico. Un paseo sin ideología sólo con el referente inmediato de otro sistema productivo que contrasta con la actual Alemania.





Día 157

Desasosiego 

11.8.13

Día 156

Hoy sólo pedaleamos de un lado para otro. Recorrer nuevamente los lugares por los que he andado para descubrir que hemos cambiado. Dos personas sostenidas una de la otra en formato de gran tamaño hecho escultura sobre el río. Una torre de televisión, el edificio más alto de Berlín. Estructuras metálicas que sostienen a manera de puentes el pase de las vías del tren. Grandes torres abandonadas en medio de una calle que seguro antes no estaba. Edificios que contrastan entre sí pero que auguran un por venir. Así es Berlin. Sorprende a la vista de quien atenta busca en los recuerdos y en los recovecos la grandilocuencia de una ciudad.






Día 155

En bici cualquier ciudad se vive diferente.


Un parque de diversiones abandonado y un documental sobre su abandono. Anduvimos por ahí entre el río y los árboles. Escalofrío. No me gustan los lugares tétricos.



Cine al aire libre en verano. Oh boy! El nombre de la película. Una película berlinesa. Blanco y negro el formato. La fotografía se vive diferente cuando es una ciudad que vives a flor de piel. La trama es absurda como absurda puede ser la vida misma.


10.8.13

Día 153 o 154

Voy perdiendo la cuenta poco a poco de los días que he pasado en Berlín. El ritmo de vida es tan hedonista cuando logras desconectar del resto del mundo. Hacemos un par de actividades al día, casi siempre lúdicas: andar en bici, parar por un café, comer, reposar a la orilla del río con una cerveza, dormir, platicar, ir al mercado, comprar algo para picar en el jardín, regresar a casa, reposar. Sin duda un ritmo de vida que en otra ciudad y en otras circunstancias es impensable.





9.8.13

Día 152

Las promesas no funcionan más. El devenir es lo que me d esperanza.

///

Andar Berlín en bici es otra perspectiva.

///

La hospitalidad de la gente es siempre generosa, no se sí incondicional. 
La hospitalidad de las amistades es un tesoro de esos que no escatiman ni en tiempo ni en espacio.
La hospitalidad no es remunerable.

 

8.8.13

Día 151

De vuelta a Berlín. Hablamos del accidente de auto que sufrimos hace diez años en la gran ciudad. Así cómo se dan las pláticas que esperan en el tiempo, también en la memoria. Recordamos ese momento en donde desde una camilla a otra nos preguntábamos si estábamos bien la una a la otra. No sabíamos a ciencia cierta lo que nos había pasado. De ese día solo recordaba el frío de la plancha de metal donde estaba recostada haciendo un recuento de mi vida en completa paz y lucidez gracias a la morfina. Pasaron diez años y un silencio inconsciente que hoy encontró salida a la orilla del río. Me abrasaste y sentí alivio. Por fin lo dije, sin cortapisas, con miedo, con la certeza de saberme viva y afortunada. Hoy Berlín me recibe con augurios en la naturaleza. Escuchar atenta al corazón es mi designio.


Día 150

No quiero ser dura con Varsovia ni con su gente, pero la visita ha sido inhospitalaria en muchos sentidos, incluyendo el hecho de que es una ciudad completamente recreada de un pasado que no se si se quiere velar o de un presente ficticio. Tendría que regresar e ir a otros sitios de Polonia, pero por ahora no me dan ganas. Es ilustrativo viajar a esos sitios distantes en la geografía mas no en la memoria de los discursos de guerra donde los perdedores y los ganadores muestran una y otra vez la cara de lo que esconden, ya sea la ambición, el resentimiento, la tristeza, el dolor, el beneplácito o sabe qué. Lo cierto es que resulta complicado indagar en quien ha decidido ponerse una careta arquitectónica para vender a una ciudad como parte del patrimonio universal a un costo social alto, donde la gente del servicio turístico, por lo menos en ciertas áreas de Varsovia, claramente no disfruta de lo que hace, como se puede observar en otros sitios de Europa, donde, por ejemplo, en Barcelona o Berlín, ser camarero o camarera es un oficio y uno bien remunerado (comparado con México). Me parece que Varsovia es un performance constante donde además los gobiernos actuales han decidido derruir lo poco que queda de sus historia (una historia desgarradora en muchos ámbitos quizá por su ubicación geopolítica, quizá por su convicción religiosa), como sucede con el barrio de Praga, donde quedaban los últimos referentes de lo que fue Varsovia antes de la guerra. De igual forma, están levantando altos rascacielos que imponen en un ciudad que es bastante extensa. Edificios superiores a los que edificó el régimen socialista (casas habitación) que se quedan relegados, a pesar de ser estos edificios lo más original de lo que ha sido su historia. En fin, la sensación que me da Polonia en lo poco que pude ver de las cinco (o diez) horas de tren y los tres días en Varsovia es que le pasa lo mismo que a México, es el patio trasero de Alemania: el patio trasero de uno de los países más poderosos del mundo y así, difícilmente, se puede ser objetivo y crítico.














5.8.13

Día 149

La moraleja de las virtudes 

I. La agonía 





II. La destreza






III. La compasión




IV. La libertad



Las fotos las tomé en Varsovia.

Día 148

Dejamos Amsterdam con las ganas de quedarnos para festejar y reventar en el gay pride pero dadas las circunstancias del momento tomamos el tren que nos llevaría primero a Berlín y finalmente a Varsovia, una viaje de más de veinte horas debido a nuestra inexperiencia de viajar por tren en Europa. Un viaje cansado no sólo por los tiempos de espera sino también por las condiciones del mismo. Paciencia fue la consigna y al final llegamos a Varsovia. En el camino me cuestionaba Mariela "por qué Varsovia?, que hay en esa ciudad que reclama tu atención para hacer un viaje tan largo?". La intuición, le contesté. nunca lo había pensado sólo quería conocer más allá de lo conocido por mí hasta ahora. Quería conocer la Europa lejana.
El mismo viaje fue una locura en sí, dos chicos coreanos fueron nuestros compañeros de viaje en la primera etapa, unos chicos ansiosos de conocer Europa en 22 días. Sólo de pensarlo estaba agotada. Para no aburrirnos hicimos las preguntas obligadas de cuando recién conoces alguien y después intercambiamos nuestra lengua. Aprendimos a contar del uno al diez en la lengua del otro. Una empresa complicada el coreano pero con un buen maestro resultó divertida. Llegó la noche, hicimos las camas y dormimos. Nosotras debíamos de bajar a las cuatro de la mañana pero el tren se retrasó un par de horas. Comimos algo en Berlín y esperamos el tren que nos traería a Varsovia. 


Encaminadas dormitamos y observamos un paisaje bastante similar a lo que se puede apreciar en México, campo en largas extensiones de tierra, zonas boscosas, fábricas. Mientras nos adentrábamos más observamos edificaciones muy antiguas, algunas completamente abandonas, otras con vestigios de las guerras, las más de una época comunista. 



Llegamos por fin a la estación de Varsovia central. 



Primera sorpresa, tienen una moneda diferente al euro; segunda sorpresa, es un país muy barato; tercera sorpresa, me sentí muy ignorante; cuarta sorpresa; el peso mexicano está sobre valuado, la vida en México es muy cara y perdemos piso con respecto a lo que sucede en otros países; quinta sorpresa, Varsovia es un lugar encantador que seguramente en pocos años se lo comerá el turismo a un costo social muy alto como ha pasado en España o está sucediendo en Berlín.



Día 147

Apuntes del gay pride en Amsterdam
Por Mariela Oliva y Roxana Rodríguez 

Viajamos a Amsterdam con el propósito de conocer la casa de Spinoza, filósofo holandés del siglo XVII, y nos topamos con el gay pride que se festeja el primer fin de semana de agosto. 


Una visita de dos noches donde yo solo era la acompañante solidaria de quien decide cerrar un proceso de muchos años entre alguien que decide estudiar con pasión un filósofo y viajar al lugar donde conformó un sistema de pensamiento importante en la tradición filosófica. Y hago énfasis en la visita filosófica porque Spinoza trabajó desde una ética sin moral las pasiones y los deseos de la condición humana. De ahí que me parezca más sorprendente la casualidad de coincidir en una fecha que se ha vuelto representativa por lo represiva que también puede ser en otros puntos del planeta salir a festejar a la calle nuestras preferencias sexuales, sean homosexuales, bisexuales, heterosexuales, intersexuales. 



Lo que pasa en Amsterdam no lo había visto en ningún otro gay pride. De entrada la locación es espectacular: a lo largo del río se montan los botes de la gente decorados con globos que desde temprano llegan a ocupar un espacio para ver el desfile que empieza pasado el medio día.


Los que no tienen bote se van acomodando también sobre la orilla del río con sus canastas de picnic, sus bebidas y la mota que es legal en los coffe shops, pero que en este día, conforme pasan las horas, el humo de la hierba sube como el alcohol en la cabeza de los que ahí festejan con júbilo no sé si el carnaval más colorido del año o sólo una fiesta más de verano.



El ambiente festivo, no pretensioso ni burlesco, como se puede respirar en otros lugares, contrasta con la seriedad de los antiguos edificios que circunscriben los ríos en un barrio que es famoso por las mujeres semidesnudas que se muestran en las vitrinas. 



Es verdad que en Amsterdam se respira y se siente un ambiente de libertad, no diría de permisibilidad ni de tolerancia (una discusión filosófica en la que se confunde el respeto con el cumplimiento del deber ser o la legalidad), donde cada quien va a lo suyo.



Conforme el día avanzó la gente se fue acomodando en los pocos huecos que había para ver pasar el desfile de los barcos decorados. Dos hombres que bailaban sobre el río empujados por la potencia del agua fueron los encargados de abrir el desfile, un espectáculo impresionante, festivo y libre reflejan parte de lo que en su momento quiso hacer Spinoza con las pasiones de la gente: entender o comprender las pasiones para encontrar la libertad. No sé si lo logró, pero lo cierto es que en Amsterdam el respeto a la diferencia se siente. No sé en qué terminó lo que pintaba para un gran bacanal porque ese mismo día viajamos para Varsovia, lo cierto es que si tienen oportunidad de ir no se lo pierdan, el gay pride en Amsterdam es la fiesta de la condición humana.


2.8.13

Día 146





Día de Spinoza:

De Amsterdam a La Haya:

Ironías de la filosofía: un callejón de prostitutas desemboca frente a la casa de Spinoza. El filósofo holandés que  pensó en las pasiones desde una ética sin moral que sentara los principios de factibilidad para que los sujetos pudieran ser libres. Spinoza tuvo el oráculo del ser, pero quizá no hemos logrado transformar nuestras pasiones en acciones.


Pd. La mujer que asoma la cara empezó a gritarme cuando vio que muy atenta observaba la dinámica del callejón. Estos lugares me fascinan y me hubiera aventurado si hubiera visto mujeres por ahí, pero es sólo cosa de hombres. Hombres de todo tipo, de toda clase, algunos van por droga, otros por un rapidin.

///

De La Haya a Leiden (Spinosalann): una casa del siglo XVII que resguarda algunos libros que se supone pertenecieron al filósofo. Digo se supone porque durante la Segunda Guerra Mundial fueron decomisados por el gobierno alemán y tiempo después donados a esta pequeña casa perdida en una zona habitacional (Rijnsburg) de un pueblo que era intelectualmente famoso durante la época de Spinoza, ahora no es ni su sombra y puedo decir que hasta tristeza da ver tan poco entusiasmo por un filósofo tan importante en su país.





///

La verdad no nos hace mejores pero libera...