20.8.13

Día 164

Continua el insomnio. Nuevamente me desperté a las cuatro de la madrugada. Desde que llegué duermo un promedio de seis horas que para mi media (de ocho) es desastrozo pues me impide concentrarme debido a la pesadez que siento el resto del día. Casi creo que es parte de mi hipocondría o un pretexto para no ponerme a leer. Hoy por lo pronto, o de madrugada, ya tomé nuevamente a Derrida. La bestia y el soberano se llama el libro (dos tomos) que dejé a medias hace unos meses, pero cuando se lee a Derrida eso no importa, siempre encuentras el hilo conductor pues como pasa con Rayuela de Cortazar, a Derrida se debe leer sin orden ni cronología.

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Cuando la sinapsis de la memoria hace el mismo recorrido que el inconsciente:

En Berlín vive una amiga que conocí hace diez años en Barcelona, vivimos en el mismo piso varios meses, a la par dos chicos uno después de otro, también compartieron con nosotras ese piso. A uno de ellos, con el que más habíamos convivido, lo vi hace unos años por la condesa o la roma, ahora también vive en Berlin, al otro, de quien ni me acordaba, me lo encontré este fin de semana en un bar porque se hizo amigo de mi hermano. Este chico posteo recientemente un documental sobre un señor que tiene una tienda de segunda de CDs en NY, a quien se le conoce como The Birdman.  Este lugar me redirigió a la librería de segunda en la que estuvimos en Berlín hace unos días con otra amiga (amiga de mi hermano) que se hizo amiga de mi amiga. En ambos casos, tanto en la librería como en la tienda, lo que permanece es el gusto (la pasión) de los dueños por evitar que esos tesoros (libros y CDs) desaparezcan o contrarrestar la vorágine consumista de la tecnología. Se habla mucho de la desaparición física de los libros, aunque su transformación ha sido menos evidente que la de los dispositivos para almacenar música (cassette, LP, CD, USB, iTunes...), pero no había reparado en la desaparición de estos dispositivos. 
Ahora esta de moda lo Vintage y se recuperan los LP, pero los CD desaparecen poco a poco porque a diferencia de los LP no se puede experimentar con ellos manualmente como lo hacen los DJ. Ayer incluso en la depuración de mi estudio estaba pensando en deshacerme de ellos una vez que los copie a la computadora y los guarde en el disco duro externo... Después de ver el documental me parece lastimoso como el consumismo nos lleva por caminos inconscientes y de ahí que el dueño de la tienda, con sus más de setenta años, se preocupe por algo que, como el mismo dice, va a desaparecer cuando se muera, como han desaparecido las tiendas de barrio bajo la ocupación incesante de las grandes cadenas o franquicias que homologan una forma de vida, dejando a la deriva a lo alternativo, no como moda, sino también como una forma de sobre vivencia. El libro, a diferencia del CD, parece que todavía sigue vigente, aunque quizá con las nuevas generaciones que están mas acostumbradas al Kindle (entre otros), empiece a cavar su propia tumba. Ya veremos en unos años más.
En Berlín vive una amiga, ahora dos o tres o más. En México vivimos nosotros, los otros, lo que alguna vez vivimos juntos, el destino es una trampa, el inconsciente lo es aun más. Dejemos que hablen ambos, dejemos que la historia colectiva también haga un recuento de sus días. Los libros, la música, las narrativas serán lo único que nos quedará para dar cuenta de nuestra sociedad.





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La deconstrucción de la "historia única" por una novelista nigeriana que reafirma la importancia de contar nuestra propia historia (como también lo hace Benhabib desde la filosofía), de emplear las narrativas para deconstruir la hegemonía monocultural de Occidente.




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