12.4.11

Velemos por el derecho de una Universidad libre del acoso político y mediático


Entré a laborar en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México en enero de 2005. Mi carrera académica y mi desarrollo profesional han sido paulatinos porque no sólo he transitado de lo administrativo a lo académico, sino porque también he tenido la oportunidad de moverme entre distintas academias (abarcando los diferentes programas y ciclos en los que está dividido el programa de estudios). Situación que me ha permitido conocer en distintos niveles el teje y maneje de la UACM.
En estos siete años de trabajar tiempo completo en la Universidad he vivido los atropellos mediáticos de periódicos como Reforma y La Razón, principalmente, que sin sustentar sus noticias se atreven a mancillar el nombre de quienes trabajamos en la UACM. Obviamente siguiendo una política de desprestigio encauzada por fuerzas desconocidas para mí. Sin embargo, la situación que ahora enfrenta la UACM difiere de los años anteriores puesto que es la misma rectora quien, en primer lugar, afirma que la universidad es un fracaso, entre otras cosas (La Jornada, 4 de abril de 2010), y en un momento posterior reconoce, supongo que a manera de disculpa, que no sabía que podía “herirnos” con el comunicado antes mencionado (La Jornada 12 de abril de 2010).
Sería ingenuo de mi parte creer que todo esto se debe a la falta de experiencia política por parte de la rectora, pero le daré el beneficio de la duda. En realidad lo que me preocupa es que la comunidad de la UACM se politice y pierda de vista el camino que debemos de seguir, el cual consiste, precisamente, en ofrecer educación de calidad a los estudiantes, quienes quieran que sean éstos, porque si bien es cierto que la comunidad de la UACM tiene características diferentes, no se puede generalizar el hecho de que está conformada por estudiantes que no pudieron entrar a otras universidades por su bajo nivel académico. Afortunadamente, uno de los grandes aciertos del modelo de la UACM ha sido tener la visión de encauzar la educación tanto de los más desprotegidos como de los que desean estudiar en esta Universidad porque creen en el proyecto educativo que ofrecemos.
Desde mi perspectiva, la UACM es una excelente apuesta educativa que surge para hacer contrapeso al resto de las universidades patito, e incluso a algunas otras de “gran prestigio”, que la SEP ha tenido a bien propagar y proteger, favoreciendo un sistema de enseñanza basado en competencias, que se contrapone con el sistema de pensamiento crítico, científico y humanista que ofrece esta Universidad, y que va de la mano con la política de maquilizar al país, emprendida desde hace un par de sexenios, que inhibe la investigación, innovación y desarrollo en todas las disciplinas y áreas del conocimiento.
También estoy conciente que a sus diez años de creación, la UACM no ha podido desafanarse de las prácticas burocrática-administrativas que corrompen ni del rezago educativo generalizado que inhibe el desarrollo de modelos educativos como el nuestro. Considero que mucho de lo que no se ha hecho se debe a la apatía de la comunidad universitaria en general y a la falta de un interés fidedigno en dialogar (no de imponer) un proyecto de universidad que, más allá de darnos prestigio y productividad académica, se involucre con la sociedad y con el mejoramiento de la educación en un país tan mediatizado como el nuestro.
Ahora tenemos frente a nosotros una oportunidad invaluable de cambiar el rumbo de la UACM, pero para eso debemos comprometernos con el proyecto, debemos aprender a escuchar y a dialogar entre nosotros, pero sobre todo debemos exigir a las fuerzas políticas (internas y externas) que no intervengan en los procesos de crecimiento y desarrollo universitario. Estoy convencida que, en este momento de definición y transición, la comunidad universitaria es lo suficientemente madura para tomar las decisiones que más le convenga a esta casa de estudios.

México, D.F., a 12 de abril de 2010.
Dra. Roxana Rodríguez Ortiz
Profesora/Investigadora de la Academia de Filosofía e Historia de las Ideas