28.1.16

Confundir MACBA con MUAC (#234)

Más allá del don de la ubicuidad, que no tengo, aunque mi inconsciente y mi mente piensen y actúen  como si lo tuviera, hoy decidí que iba al #MUAC. Llego al #MACBA. Cerrado. La plaza que da a la entrada, que siempre está llena de gente, vacía. Sólo algunos madrugadores la cruzan para llegar a sus trabajos. Me acerco a una policía que está cuidando el auditorio, después de darle dos vueltas al edificio. Respiro. Pienso que lo he encontrado, pero la señora no atina a decirme de qué es el evento. Se me acerca una mujer con acento portugués para preguntarme si era ponente, le digo que no. Solo asistente pero no estoy segura que sea el evento que busco. Me corrobora el error. Sigo buscando dónde pueda estar el evento. Veo a otro policía y le pregunto. Saca sus apuntes del pantalón y me dice, pues no, aquí no hay nada sobre México... Con cara de ¿qué es eso de tortura? Seguro cree que somos un país bárbaro. Y en cierta forma lo somos, los cuatro cuerpos torturados que publicó la prensa ayer dan muestra de ello. Sigo caminando. Espero a que la wifi conecte para revisar mis correos. Estoy segura que es en el MUAC, y sí, es en el MUAC. En México. Yo estoy en el MACBA. En Barcelona.

26.1.16

#233

Voy entendiendo el hacer la práctica de yoga. Girar el músculo con la respiración y no con la fuerza. Escuchar la ley de la graved y no oponerse a ella. Moverse con la exhalación y no por inercia. Abrir los canales de energía con la respiración constante y consciente. Física cuántica en su máxima expresión. A veces los viajes no sabes a dónde te llevan. El instinto te ayuda a recorrer ciertos caminos que si no estuviéramos dispuestos a ello se cerrarían. Estoy contenta porque he podido reconocer ese lugar dentro de mi propia práctica. Estoy contenta porque muchos años después de mis primeras pesquisas de Oriente en busca de los maestros, encontré en Occidente a algunos que me están enseñando que la distancia es solo geográfica entre estos dos mundos, lo que realmente importa es la voluntad de querer reconocernos. De la sesión de ayer me quedo con dos cosas: 1) en la práctica no se fuerza al cuerpo ni a la mente, es contraproducente. Hasta ayer lo entendí después de semanas de salir adolorida, molesta, cansada. He de reconocer que perdí la flexibilidad corporal y mental con el paso de los años a pesar de que durante mi infancia hice gimnasia olímpica. Y en retrospectiva, me pesa un poco reconocer que mi propia noción de sobrevivencia me haya llevado a ser tan inflexible con el paso de los años cuando de niña no lo era. Necesito tiempo para abrazar ese esfuerzo. Afortunadamente, empiezo a sentir de nuevo esa elasticidad en mis músculos. Empiezo a reconocer que mi cuerpo se tensa cada tanto, antes pensaba que era normal estar tensa todo el rato. 2) Aquí intentaré citar a quien ayer lo dijo, que es la maestra de la sesión: "La práctica de yoga sirve para querernos a nosotros mismos. Después, si lo quieres, buscas a alguien que te quiera un poco más". Ya llevaba un par de días de no sentir la ansiedad de tener que estar acompañada, cuando en México no la tenía, supongo que es parte de esa sobrevivencia que tengo tan introyectada todavía. Más allá de las palabras, que se pueden encontrar en cualquier libro, fue la entonación lo que me hizo darme cuenta de lo que he avanzado en mi práctica. La ansiedad se da cuando me cierro, cuando la energía deja de fluir, ahora que a base de disciplina o gusto por ver otros cuerpos o ganas de entender la práctica, no he dejado de asistir, observo con alegría que cambia, todo cambia, diría Mercedes Sosa.

#232

El otro día entré al cine. Uno de mis grandes placeres. El tema es no acordarme de las películas que he visto. Gustosa de conocer siempre otras culturas, voy por lo que me sea más lejano, ya sea una escritora, un cineasta, un filósofo. Así he ido trazando la topografía de mi conocimiento: por lo que me es más lejano. Bajo la premisa de que lo otro ya lo conozco. Por ejemplo, el realismo mágico no me causaba gracia cuando estudiaba, no leía con tanto gusto a García Márquez como a Kafka en la clase de ficción literaria. Como ese tengo muchos más ejemplos. Quizá a quién podría rescatar de esta lógica pudiera ser a Juan Rulfo, creo que su obra le es ajena a cualquiera. En fin, busqué la película. Un domingo por la tarde de frío, nada mejor que algo lejano. Una búlgara. ¿Cuántas películas búlgaras pude haber visto en mi vida? Pocas. Empezó la película, vi la primera escena y la reconocí. Ya la había visto. No me acordaba del nombre. Eso sí, me gustó más que la primera vez.

22.1.16

#231

Volví a la dieta de la cerveza. Dos o más al día. Siempre después del medio día. Nunca antes. El vermut no me gusta. El tinto no se me antoja, salvo en ciertas comidas. El gintonic solo para ocasiones especiales, casi siempre por la noche y para andar de chula. El tequila no lo encuentras (a menos que sea cuervo). El ron nunca me ha gustado, le tengo respeto a los que son de caña, prefiero la malta. Quiero probar con el whisky (porque me encanta Jessica Jones), pero como soy de presión baja, me da temor quedarme dormida o pasar un mal rato. Tampoco me gusta emborracharme, bebo por placer, por gusto, por la dieta.

#230

Quiero ser políglota
Conocer varias lenguas
Pero no sé por dónde empezar
Si con los besos
O con el habla.

#229

Voy de retraso... Retraso de la escritura. La regla casi siempre llega a su tiempo, aunque este mes se adelantó. Quiero pensar que fue por tanto cambio: de casa, de país, de trabajo, de actividad física (dígase ejercicio)... De estado civil no, ese lo mantengo desde hace un año y poco más. El retraso se debe a mi voracidad, quiero hacer todo: leer, escribir, escuchar, conocer gente, ver series... Aquí te da tiempo de eso y más. Así es cuando migras, te reinventas la rutina. Todavía no entiendo porqué pues en México no saldría de mi casa ni iría al museo ni vería un documental, no iría a una conferencia. Todo el mismo día, y, con tiempo de sobrar para pasarme por casa para leer a Auden (hace años que no leo poesía). Así es migrar. Buscarse la vida. Inventarse los días. Aprender a escuchar los fantasmas y a vivir con los demonios. Un aprendizaje constante. Voy de retraso porque al final del día puede más el cansancio que la necesidad de escribir. El tiempo de la escritura al migrar es asincrónico. Como también el deseo de estar en casa. Cuando me asalta la angustia, escribo. Cuando se apacigua la nostalgia, estoy. Voy de retraso, pero tampoco hay prisa.

21.1.16

#228

Lo más cerca que he estado últimamente de una relación es en mis clases de yoga. De vez en vez me tocan, respiran a mi lado, caminan cerca... Sudo. Hiperventilo. Nos despedimos... No les tengo que decir que prefiero dormir sola... Quién iba a decir que a cierta edad disfruto la yoga por la tarde. 

#227

Aparecí en la biblioteca. Busqué la más cercana a mi casa y encontré un lugar hermoso: Biblioteca Publica Episcopal del Seminari Conciliar de Barcelona. Que, entre otras, hospeda a la Facultad de Filosofía de Cataluña. Un edificio del siglo XIX, de techos muy altos, puertas de madera, patios centrales de los que se asoman las palmeras al voltear por los grandes ventanales que iluminan la biblioteca. Silencio en cuanto entras. Silencio fetichista de quienes quieren terminar algo, una idea, un texto, un ejerció de traducción. A diferencia de los cafés de autoservicio que funcionan como despacho u oficina hipster, en la biblioteca, que no ha dejado de estar de moda, hay calma. Tomé el asiento vacío, de frente al gran ventanal y con los libros de filosofía a la espalda. En realidad no iba a consultar nada, solo quería un lugar cómodo y caliente para estar, estar conmigo, estar con Derrida.

17.1.16

#226

Antojos. Ahora como por antojo. Una dieta balanceada, si se quiere ver de esa forma. Y una variedad de tipos de comida. Mi favorita, quizá por la cercanía al gusto, es la árabe. De vez en vez me paso por el raval a comerme un durum o un falafel. Luego están las croquetas. Esas las encuentras por cualquier lado y es difícil que a alguien no le queden bien. Aunque yo no las haría nunca. Está el bar de la esquina de mi casa. Un bar de barrio. De esos que prefiero. Los lugares fancy solo son para hacer relaciones, ligar gente, pasar el rato. Casi siempre la comida es mala en calidad, poca en cantidad y cara. Por eso es mejor llegar comida y solo beber. Ayer por la noche estuvimos en uno de esos. Restaurante de modernos barceloneses que me causa sensación. Camareras hipsters, guapas y muy seguras de sí. Luego están las pizzas, si son delgadas mejor. El sushi de spicytuna, hay uno en Valencia (la calle) que es bufete, puedes comer lo que quieras por trece euros. Las hamburguesas, sobre Gran Vía hay uno que de sabor me recuerda a esta cadena de hamburguesas de mi infancia: Buger Boy (desapareció del mercado con los años). Las quesadillas y sincronizadas, me las hago en casa. Dudo mucho de los restaurantes mexicanos fuera de México, sobre todo cuando mezclan el tex-mex. Mis gustos no son muy sofisticados, como se puede observar, soy de las que disfrutan lo sencillo, aunque pruebo de todo. Así también soy para escoger a mis amigos, y sobre todo mis parejas. El primer requisito indispensable es que les guste comer "-y en eso soy irreductible". No les perdono que no sepan comer... 

#225

Las galletas príncipe son mis favoritas. Me gusta comerlas en la cama con un café. Si se puede acompañada, que así fue como las descubrí, está muy bien, y si no solo bajo las cobijas, escribiendo, leyendo o viendo el techo, también se está muy bien. Eso sí, ese placer solo los fines de semana. Sábado y/o domingo, que es cuando me tengo permitido quedarme en cama, no importa si son vacaciones o estoy de sabático. Hoy es uno de esos días. Escribo bajo las colchas comiendo una galleta príncipe (las mejores son las de España y no las de Marinela) y tomando café. Es domingo y no hay prisa por salir, menos si hace frío y está la calefacción prendida. Tampoco hay prisa para estar acompañada. Menos después de ver Langosta, la película. Me la reconendaron y fui corriendo a verla. Salí girando en un tacón. Una peli inteligente, cruda y cómica al mismo tiempo. Salí sin saber si era mejor estar sola o acompañada. Es decir, si el mensaje del director era alguno de los anteriores. Luego pensé que al director no le interesaba dar ningún mensaje, por eso el final abierto. En realidad estaba buscando una respuesta a mi duda perenne de ser o estar. No lo resolví. No lo voy a resolver. No quiero resolverlo. Me gusta la gente, me gustan los abrazos y los besos, me gustan los arrumacos, me gusta dormir sola, me gusta dormir de cucharita, me gusta compartir mi vida, me gustan los silencios, me gusta la complicidad, me gusta mi vida. Esto es lo que hay. Esto es el efecto de las galletas príncipe un domingo por la mañana.

#224

Días de cine. De esas semanas que me agarra la obsesión de ver películas. No conforme con la cantidad de series que veo por mes, me dan mis temporadas de  cine. Es lo que tiene estar de sabático: hacer lo que a una se le de la gana. Eso sí, leer, poco. Aunque ayer me puse a hacer el trabajo de biblioteca digital. Las bibliotecas nunca han sido lo mío, siempre he preferido comprar mis propios libros. Me gusta el olor del papel y quitarles el selofán a los libros nuevos, es como desvestir al conocimiento. Aunque ahora de esos ya casi no compro. Puro digital. Con el kindle he ganado en posturas para leer en cama, que es donde más disfruto hacerlo, lo mismo que escribir, pensar, contemplar... Digamos que la posición horizontal es mi favorita aunque me esfuerzo en moverme hacia la vertical cada día. En fin, ayer bajé los libros que puedo leer y/o me pueden servir para mi investigación. Derrida, Butler, Benhabib, Said, Sassen, me topé con algo de Kant, Spinoza, Aristóteles y me quedé con ganas de más. Tendré que dividir mi tiempo de ahora en adelante. Supongo que eso es tener una relación equilibrada...

14.1.16

#223

Ahora que he decidido despabilar y salir a convivir con la gente, me duele explicarles México. Intento hacerlo lo menos lastimoso posible pero al final tanta realidad es abrumadora: la corrupción, el narcotráfico, la ausencia de un estado derecho, la ausencia de una base social cohesionada que vele por los derechos de la comunidad, la ausencia de partidos políticos que defiendan un proyecto social y público, la violencia introyectada en mi propia experiencia a pesar de mi posición medianamente acomodada en una sociedad desigual. Todo ello se me cruza al momento de explicar México, al final no puedo evitar sentir el sabor amargo de la vuelta. Aunque insista en vivir al día.

#222

Me he vuelto perezosa para escribir a diario, pasan los días y pienso que debo hacerlo pero no lo hago. Pensé que era el síndrome de la "hoja en blanco" pero en realidad es pereza. Pereza de no sentir que los días pasan. Pereza de hacer de este viaje un solo día. Pereza de despertar y darme cuenta que ha terminado mi sabático. La felicidad es perezosa, como también lo es la libertad. El punto es llegar ahí. 

11.1.16

#221

Días intensos de noticias: Bowie le echó a perder el teatro a Peña Nieto; su muerte superó por mucho la entrevista de Sean Penn con el "Chapo"; la ganona fue Kate del Castillo que se hizo publicidad de a gratis. Los globos de oro se los llevaron los mexicanos en el extranjero, obvio no los migrantes sino los afamados, los que hablan por los sin papeles cada vez que recogen un premio. Y en Cataluña ya se pusieron de acuerdo y hay nuevo gobernante, Carles P. (el apellido se me complica); ganó la coalición independentista y en dieciocho meses se separan de España, pero quién sabe si la Unión Europea les respaldad. A su vez, quién sabe si la Unión Europea logre cohesionarse nuevamente, Reino Unido está por decidir si permanece o no; mientras que en Alemania la extrema derecha ha usado los últimos acontecimientos de Colonia para enaltecer la xenofobia y el racismo. Merkel o cede a la presión o se va. Mientras en Grecia, los refugiados siguen llegando a mares (sentido literal y figurado). Con este recuento, que lloren los que nos quedamos porque los muertos descansan en paz.

#220

Orgasmo
Liberar 
Tensión
Afectividad
Silogismo
Deducción
Paso palabra
Un juego
Asociación
Memoria
Afección
Spinoza
Acontecimiento
Deleuze
Huella
Derrida
Paso palabra

10.1.16

#219

Llevaba horas dando vueltas a la cama sin conciliar el sueño. Había tenido una sesión intensa de cotilleo con una amiga y colega que está haciendo su doctorado en la misma universidad donde estoy haciendo la estancia de investigación. Quedamos para comer y no nos despedimos hasta después de varias horas. Haciendo un recuento de nuestras desavenencias, hilando cabos, confrontando historias, llegó un punto que sentía que la cabeza me explotaba. Cuando abrí el cajón de los recuerdos, también salieron sentimientos y emociones, de ira, frustración, decepción. Pensé que lo tenía resuelto pero claramente no era así. Nos despedimos al anochecer. Estaba agotada y sobreexcitada. De repente, sin saber porqué, escucho lo que pensé era un disparo. Después de la captura del chapo y al ser defeña, no se me ocurrió que pudieran ser juegos pirotécnicos. Abrí los ojos sin salir de la cama. Volví a escuchar otro disparo, inmediatamente pensé que era una célula de traficantes que habían sido descubiertos por la policia y estaban huyendo por los patios traseros de los edificios de la manzana. Hacia donde da mi habitación. Después escuché otro y otro y otro tronido, se empezó a iluminar la ventana con tonos azules, verdes, morados... No sabía ni la hora que era, no duró más de tres minutos y después todo volvió al silencio. Esperé un momento con el oído atento por si a lo lejos escuchaba las sirenas de la policia o las ambulancias. No pasó nada, cerré los ojos, pude dormir plácidamente. 




8.1.16

#218

La tarea pendiente del día consiste en contestar una pregunta que a la fecha no sé cómo responder: ¿por qué estudiar las fronteras? En varios momentos me lo han preguntado y en varios momentos he contestado cosas distintas, ya no sé en qué versión de respuesta estoy. Hoy que empecé (por fin) a trabajar en la presentación que tengo a finales de enero pensaba en las razones de abolir las fronteras en Europa y comparaba un mapa con otro; es decir, visualizaba la extensión territorial de México en yuxtaposición con la dimensión territorial de Europa y el resultado es una gran frontera vertical en ambos casos, una frontera administrativa. Si lo imaginamos en cuarta dimensión los resultados son abrumadores (pero estoy en ello todavía). El punto entonces es ¿por qué estudiar las fronteras? Tuve ese segundo de iluminación pero esta vez no arrojó ningún resultado creativo, como ha sucedido en otros momentos; es decir, la sinapsis no se dio, aunque la idea sigue merodeando la materia gris... Por ello decidí tomarme un respiro y caminar por el raval. Tampoco dio resultado, no tengo respuesta aún, pero sé que cuando la tenga podré resolver parte del enigma de la cuarta dimensión. Ojalá Morfeo sea benévolo conmigo (a falta de otros brazos a que asirme), y me sorprenda con una respuesta al amanecer.

7.1.16

#217

Derrida y Spinoza dialogan en mi cabeza, al primero lo he leído, al segundo de puras oídas. Todavía no he tenido el momento para leerlo. Así pasa con ciertos filósofos, si se piensa mucho en cómo o cuándo abordarlo, quizá nunca llegue ese momento. Con Derrida y Kant ha sido distinto, un concepto me llevó a ellos y no los he soltado. Ambos me gustan, creo que en algún punto también ellos dialogan. Aunque parezca que son disímiles. Ahora que lo pienso, es más fácil hacer una lista de mis filósofos favoritos a la de mis escritores favoritos, he mencionado tres y me faltan las mujeres: Arendt, Butler y Benhabib. Agregaría por último a Zizek, el rockstar. Y si me apuran incluiría a Benjamin, Balibar y Althusser. Sin duda soy eurocéntrica, aunque nunca lo he negado. El otro día leía el encabezado de una nota que decía algo así como se necesitan más filósofos en Occidente para librar los retos de las sociedades actuales. No me hace sentido, aún siendo profesora de filosofía, la aseveración de la entrevistada. En general creo que hace falta una educación humanista, en varias disciplinas, pero dudo que eso resuelva los problemas de Occidente. Habría que empezar por desenchufarnos un poco del internet e intentar contemplar sin tantos estímulos artificiales; posterior a ello quizá se de la reflexión, luego el pensamiento crítico y en algún punto la acción (ya sea teorizando, construyendo modelos de conocimiento o elaborando políticas públicas y económicas). Para todo ello no necesariamente necesitamos filósofos, necesitamos parar la rueda voraz del cotidiano y sentir-nos como una parte integral de todo aquello que cuestionamos. Quizá después podamos hacer y vivir en comunidad...

6.1.16

#216

Estimat / te estimat / amb català 
No existeix el te amo amb català...
Fui a una boda de unos amigos de mi hermano, una boda cvil, como llamamos en México. Al final de que la alcaldesa hiciera lo propio, cada uno leyó algo que le había escrito al otro. Lo de ella fue emotivo, lo de él simpático. Aunque lo que más me llamó la atención fue que en catalán no se dice te amo si no te estimo. El novio lo repitió cantidad de veces. Hasta que terminó de hablar le pregunté a quien estaba más cerca, ¿te estimat es lo más cercano a te amo? Sí, me contestó, nosotros no decimos te amo, eso es en castellano... Algo por dentro me sobrecogió, me parecío (y me sigue pareciendo) tan impersonal decir al ser con el que estás dispuesto a pasar el resto de tus días "te estimat moltíssim" en lugar de "te amo tantísimo". Lugo me dijeron, para tratar de convencerme, en italiano es casi igual, dicen ti voglio, y en inglés lo mismo, el love you se usa indistintamente. De igual, respondí, entiendo que cada lengua tiene lo suyo, pero yo uso estimado para hacer un oficio a quien no conozco de nada y solo como un protocolo de trabajo...  Me haré de una novia catalana para corroborar la hipótesis, mientras tanto prefiero el te amo, aunque no lo diga seguido...

5.1.16

#215

Mientras me bañaba, después de hacer la clase de yoga, esto es importante mencionarlo porque ahí se van fraguando muchos de mis pensamientos inconscientes que le dan rienda suelta a mis deseos, contrario a lo que supongo debe hacer el yoga, es decir, dejar de desear... En fin, mientras me bañaba pude visualizar mi futuro: ser "fichada" por una universidad cualquiera o un organismo internacional cualquiera (entiéndase fichada como fichaje de un futbolista, por ejemplo) con un contrato determinado y un sueldo asegurado por n cantidad de años para investigar, viajar, dirigir tesis, dictaminar libros, publicar, dar conferencias y todo lo demás que hace normalmente un académico, pero sin tener que estar anclada físicamente a una ciudad. Una idea estupenda, pensaba, mientras me imaginaba viajando por el mundo con todos los gastos pagados, lo que a su vez me permitiría tener tiempo para reflexionar y contemplar, hacer tertulias filosóficas y creativas con mis amigos más cercanos, intercambiar experiencias estéticas al cruzar fronteras... Salí de la regadera, me sequé, abrí los ojos y pensé, pero si es un deja vù, es justamente lo que he hecho los últimos diez años de mi vida... ¿Qué más se les puede pedir a los #reyesmagos?!!! Mmmm... Una reina!



3.1.16

#214

5:30 de la madrugada. Misma hora en la que ayer salía de la fiesta. Estoy despierta desde las cuatro. Una forma de insomnio. Se acabaron las fiestas. Los amigos empiezan a regresar a sus casas. De donde también vengo, solo que ahora yo me quedo. Pienso, mientras espero a que amanezca, en inventarme una rutina. Me niego, que siga la fiesta. Pienso, en la continuación de mi soliloquio, que debo dejar de pensar en el futuro, solo el presente y ponerme a trabajar de inmediato. Me distraigo leyendo el Facebook. Hace días que no le encuentro la gracia pero me encuentro un artículo sobre "procrastination". Traducido como dilatar. Empiezo a leerlo, centra la idea principal en el acrónimo DUST. No es lo que a mí me pasa. Lo mío es pereza. Empieza a sentirse el frío. Es curioso porque dentro de las casas el frío se instala en los techos y cae. Cae como una brisa que penetra el cuerpo lentamente hasta que te inmoviliza. Así no puedo trabajar, prefiero seguir en la cama. Hasta que amanezca. 

#213

En la tienda de la esquina le explico al dueño-dependiente en mi mexicano lo que quiero: un "convertidor" de corriente del continente americano al europeo (énfasis en continente, por aquello de que los gringos se han apropiado de "América" como nombre propio). Adaptador de corriente, me corrige. Eso, un adaptador. También quiero un cable de audio para conectar las bocinas a la computadora. Me observa y veo que no entiende lo que le pido, me traduzco: "del portátil al altavoz". Ah!, dice, ese no tengo pero es fácil de conseguir y no es caro. Mientras pago, me sonríe galantemente, y me pregunta de dónde vengo. México, contesto y le devuelvo la sonrisa. ¿Qué haces, vacaciones? Pienso en la respuesta más veloz (estaba desvelada y no tenía fuerzas para explicarle nada). De vacaciones largas, contesto con voz de mujer de mundo, rica y que se puede dar el lujo de tomarse unas "vacaciones largas". Me sorprendo del tono y del gusto que siento al decirlo. ¿Tienes familia aquí? Vuelvo a pensar la respuesta, y en el tono anterior le digo que no, amigos de la vida, solo. Eres como yo, dice. Continúa hablando pero he dejado de escucharlo porque en mi cabeza resuena "amigos de la vida". Salgo del local. 

2.1.16

#212

Hoy inicia formalmente mi periodo sabático restante, según los documentos oficiales, por ello hoy me instalé en lo que será mi hogar de aquí a junio. Al llegar a Barcelona alquilé una habitación por airbnb. Sin duda esas habitaciones, en su mayoría, están pensadas para estancias muy cortas, dos o tres noches, yo me quedé 17 días y los últimos ya me pesaban. La colchoneta, en lugar de colchón, se fue amoldando a mi cuerpo y hundiendo hasta que conforme avanzaban los días podía sentir las tablas de lo que era una cama individual. Si a eso le sumamos el espacio reducido de mi recámara, la más "económica" del piso, dos de tres, y un solo baño para cuatro personas que se conocen de nada pero que comparten el mismo recipiente del cepillo de dientes, y que además se hablan lo mínimo porque no es necesario intimar cuando se está de paso, llegó un punto que prefería andar en la calle todo el día, no en plan sacrificio, afortunadamente estaba la comunidad cercana mexicana-catalana de fiestas varias. Y supongo que ese es el negocio de quienes hacen de su casa un hostal sin necesariamente ser hospitalarios. Lo de sustituir el hotel por airbnb tiene su punto interesante en la economía pero no en la colectividad. Se hacen reglas de convivencia, se establecen límites absurdos, como cerrar las puertas de las habitaciones con llave, y se pierde cualquier oportunidad de convivir con ese otro que está de paso. Por todo lo anterior, creo que lo que inició como una apuesta interesante de competir con los hoteles se ha reducido a un esquema de alquiler caro, de poca calidad y mal regulado. Si ya desde pequeña me gustaban los hoteles, después de esta experiencia, que no es la primera, regresaré al anonimato obligado de éstos. Por lo menos ahí sí puedo andar desnuda entre la habitación y el baño o dejar la puerta abierta en la madrugada para hacer pis.

1.1.16

Año sabático (continuación)

En 2013, con el inicio de mi primer año sabático, después de seis años ininterrumpidos como docente en la #uacm, un privilegio cada vez más escaso en las instituciones de enseñanza superior en el mundo, decidí escribir diariamente, a manera de manda, por 365 días. La intención, en ese momento, consistió en narrar cómo la experiencia creativa transforma la vivencia de mi propia escritura. 
Este ejercicio, titulado "año sabático", lo realicé durante siete meses de forma disciplinada. Algunos días con más emoción que otros y siempre con la voluntad de decir-me algo. Lo que fuera. 
Después de siete meses interrumpí mi #proyectosabatico para dedicarme a una labor que en ese momento resultaba más una aportación colectiva que un proyecto en sí mismo. Una aportación que entendía como la continuidad de la lucha por sostener un proyecto educativo complejo, pero que no respondía a intereses particulares. El día 211 (de 365), el 22/20/13, fue el último día que escribí algo referente a mi #proyectosabatico:

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Han sido dias de satisfacciones, augurios, presagios. Un proyecto une espíritus: se hacen amigos, cómplices, compañeros de combate. Frente a los ojos de dionisio las personalidades más sublimes desengranan sus convicciones y sus lealtades. Cumplí 39 años. Encontré con quien hacer un hogar. Estamos en busca de una casa. La manda de escribir se ve interrumpida.

///

Cierro la página de un ejercicio lúdico de siete meses. Un ejercicio que debo rescatar, editar, publicar. Abro la puerta a otro ejercicio que debe ser igualmente lúdico, de otra forma no tendría caso emprenderlo. Un proyecto complejo, retador, enriquecedor. Un proyecto que me obliga a salir de mi soliloquio y considerar al colectivo.

///

De lo escrito arriba solo fallé al momento de "hacer un hogar" en pareja. Y digo fallé sin autoconplacencia o exigencia desmedida. Sino con la certeza de que me equivoqué en varios momentos de mi(s) relacion(es). Lo que me ha permitido, a su vez, tomar la decisión de estar un tiempo sola para escucharme nuevamente sin la madeja de susurros amorfos que fui acumulando y se fueron confundiendo con exigencias e inseguridades personales.
Ahora tengo 41 años cumplidos y estoy en crisis. Una crisis aporetica: No siento la edad que tengo, no me gusta que me vean como señora (sobre todo ahora que llevo el cabello cano), pero a la vez disfruto mucho la calma y alegría de mi propio ritmo vital. Ya no hay prisa, ya no hay que quedar bien, ya no hay que estar con alguien. Con ser una misma es suficiente.
Pasaron poco más de dos años. Dos años en los que me agoté espiritual y mentalmente. Me aboqué de lleno al trabajo administrativo, a dar lo mejor de mí a esa lucha colectiva sin cortapisas y volví a fallar. A fallarme, me perdí entre el deber ser y la condición humana. Me exigí demasiado y al final terminé harta de todos. Paradójicamente, fueron sin duda dos años de muchos logros para la colectividad, algunos se desvanecieron de forma inmediata, otros nunca se reconocerán y el resto perdurarán en el recuerdo de alguien, de alguna de esas muchas personas con las que conviví.
Han pasado un par de meses después de que dejé ese encargo y hoy retomo mi #proyectosabatico con una ilusión enorme. Con una agenda abultada de aquí a cinco meses y con la energía para recuperar la experiencia creativa que se fue secando (quizá transformando en energía de sobrevivencia) durante los últimos dos años. Hoy retomo mi AÑO SABÁTICO, en/desde Barcelona, con la luminosidad del inicio de un nuevo año: 2016.