8.1.16

#218

La tarea pendiente del día consiste en contestar una pregunta que a la fecha no sé cómo responder: ¿por qué estudiar las fronteras? En varios momentos me lo han preguntado y en varios momentos he contestado cosas distintas, ya no sé en qué versión de respuesta estoy. Hoy que empecé (por fin) a trabajar en la presentación que tengo a finales de enero pensaba en las razones de abolir las fronteras en Europa y comparaba un mapa con otro; es decir, visualizaba la extensión territorial de México en yuxtaposición con la dimensión territorial de Europa y el resultado es una gran frontera vertical en ambos casos, una frontera administrativa. Si lo imaginamos en cuarta dimensión los resultados son abrumadores (pero estoy en ello todavía). El punto entonces es ¿por qué estudiar las fronteras? Tuve ese segundo de iluminación pero esta vez no arrojó ningún resultado creativo, como ha sucedido en otros momentos; es decir, la sinapsis no se dio, aunque la idea sigue merodeando la materia gris... Por ello decidí tomarme un respiro y caminar por el raval. Tampoco dio resultado, no tengo respuesta aún, pero sé que cuando la tenga podré resolver parte del enigma de la cuarta dimensión. Ojalá Morfeo sea benévolo conmigo (a falta de otros brazos a que asirme), y me sorprenda con una respuesta al amanecer.

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