A mi hermano le gustaba agradar
lo conseguía con su sonrisa
Con su carisma
Nada que ver con Agrado
El personaje de Almodovar en Todo sobre mi madre
Cuando mi hermano me preguntó por un nombre para su hotel
No dudé en decir Agrado
El nombre propio que resignificaba
La reminiscencia de nuestra estancia en Barcelona
La dignificación de nuestro trasvestismo migrante
El agenciamiento político que vino con nuestra libertad fuera de la casa familiar
El reconocimiento a nuestra homosexualidad
Una recordatorio de la responsabilidad de llevar al otro
Al huésped, al solitario, al que está por venir
Como alguien más lo hizo con nosotros
Con su muerte, la de mi hermano,
a diferencia de lo que le sucede a Agrado,
el personaje de Almodovar,
Agrado dejó de ser un nombre propio para convertirse en un nombre común