13.6.08

desde mi ventana

Clementeco es mi callejón, San Pablo Tepetlapa mi barrio y Coyoacán el centro de reunión por mucho tiempo. Llevo un par de años viviendo en el 9-3, y he de confesar que me encanta mi barrio: la tortillería en la esquina del callejón saliendo a mano derecha, la carnicería a lado; caminando por la izquierda está la "tiendita", la cremería, la vidriería, la papelería y una estética. Por las noches algunas señoras abren sus portones y las calles se transforman en un corredor gastronómico: quesadillas, sopes, tacos en todas su modalidades, pozole, tostadas, entre otras delicias que se puedan degustar en cualquier temporada del año.
Lo mejor del hogar es disfrutar de las risas de los chiquillos que no dejan de jugar hasta que los mandan a dormir; sentir el amanecer desde mi balcón, los rayos de sol que se asoman y se pierden entre los cables de luz; y observar desde la ventana del estudio los tendederos de mis vecinas (tender la ropa en mi barrio sigue siendo una labor de mujeres). Nunca pensé decir esto pero cuando nuestras miradas se encuentran, ellas tendiendo la ropa y yo escribiendo en la computadora, existe cierto grado de complicidad, ninguna de nostras quisiera intercambiar de roles, mas sentimos la satisfacción de estar haciendo lo que nos corresponde, y no podemos evitar hacer como que no nos vemos aunque sabemos que estamos aquí.
Son las seis de la tarde y desde mi ventana veo el ocaso, queda poca ropa en los mecates, pronto subirá alguna de ellas a quitar las prendas restantes antes de que empiece a llover.

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