25.5.13

Día 77

Me gusta ver la lluvia. El olor a tierra mojada es un augurio de bonanza en una ciudad que creció sobre lagunas y ríos pero que poco a poco se ha ido secando por la mancha de asfalto. Que sería de esta ciudad si hubiéramos conservado las trajineras, los acueductos, las áreas verdes que dividían lo que antes eran pueblos y ahora barrios o colonias. Por qué a pesar de nuestra cultura ancestral tenemos tan mal gusto para hacer ciudades? O será que los ancestros no tienen nada que ver con la ambición de muchos? Esa es la condición humana...

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Hay días y días en que veo a los indígenas en la calle y me pregunto por qué no aprendimos nada de ellos y ellas, por qué no los dejamos hablar su lengua, por qué no supimos convivir juntos, por qué los hemos hecho menos durante tantos siglos, por qué abandonan sus lugares de origen, por qué los utilizamos sólo como trabajadores domésticos... Que hubiera sido de este país si el español no fuera la lengua oficial? Esas grandes ideas de revolucionar, de evolucionar, de pensar en el progreso imitando a los otros, a los europeos, a los que nos castraron, a los que no nos dejaron ser otros, ser nosotros. Si nos escucháramos entre nosotros, si entendiéramos quién es el otro, quizá podríamos reivindicarnos a nosotros mismos ante quienes también han sido castrados por nosotros. Esos otros que son los indígenas y que somos nosotros podremos alguna vez reconciliaremos. Bien dice Derrida tengo una lengua y esa no es la mía... Escuchemos / escuchemonos.

24.5.13

Día 76

Hay de días a días. Unos que gozo inmensamente por una sonrisa, una caricia, un encuentro o cualquier detalle que no pasa desapercibido. Hay otros, los más, que el rigor, el orden, la exigencia dominan sobre mi propio estafo de ánimo. Hoy fue uno de los primeros, aún así no pude evitar sentir desilusión, tristeza, desesperanza. 

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Ver una película reconforta el corazón, sobre todo si es con animales. Porque pensamos que los animales nos necesitan, quizá nosotros los necesitemos más que a ellos.

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Ser seres de sociedad es una decisión o es naturaleza?

Día 75

Me gustan los procesos creativos de escritura. Es como sentarse a meditar. Sesiones largas de parir ideas, al principio atropelladas hasta que consolido la idea completa con imágenes cronológicas que aluden a la temporalidad de una narración. Escribir es como meditar. Se necesita más que concentración, disposición para alcanzar ese momento de iluminación que hipnotiza. Un momento que puede durar una jornada completa hasta que la maqueta está trazada. Una jornada donde comer no es necesario, incluso puede resultar contraproducente. En estos momentos de hipnosis creativa es mejor no distraerse para evitar perder el hilo de la narración. Escribir es como meditar, sólo necesitas decidir sentarte para que las ideas fluyan, al principio a cuentagotas, al final, a pesar del casación, un ensayo, un cuento, el bosquejo de algo que en breve debe salir a la luz. Por hoy lo dejo reposar, mañana le haré las correcciones.

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Pisar tierra
Disfrutar el hogar
Cocinar
Escribir
Crear
Me gusta el sabático.

22.5.13

Día 74

La ciudad embrutece, absorbe, aniquila lentamente como una droga que te hace estar alerta desde el momento que sales a la calle. La adrenalina sube por la cabeza y te coloca en un estado de ansiedad que nos hace accionar, actuar, movernos. La ciudad es un monstruo y hay que salir de ella de vez en cuando para no perdernos en el laberinto de la hiper-realidad.

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Encuentro de amigas regocija el corazón. Al pasar o a pesar de los años seguimos siendo las mismas. Nos buscamos, nos dejamos, nos volvemos encontrar. Una tarde aireada de primavera en Coyoacan es testigo de nuestras confidencia, de nuestros lamentos, de nuestras culpas, como lo hicimos hace 10 años o más. Qué ha cambiado? Quizá nosotras, nos hemos hecho adultas, cautelosas, miedosas, pero también hemos aprendido a dialogar con nuestras carencias y a tenernos paciencia. Cuán necesario es saber que nos tenemos un a la otra aunque nos dejemos de ver o de hablar por largo tiempo.

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Recostada en la cama con tal televisor prendido. Me siento extraña. He perdido algo en el camino. Me siento ligera. Cuántos viajes más debo hacer para que la terapia de contraste me cure del todo? Quizá deba viajar toda la vida.

21.5.13

Día 73

Regreso al DF con muchas ideas que papalotean en mi cabeza. Sentimientos encontrados y ganas de hacer muchas cosas. Los viajes revitalizan las rutinas y pernean las estructuras que antes parecían inamovibles. 

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Es curioso como se puede percibir la ciudad una vez que la dejaste. Las avenidas que son familiares esconden el sesgo de la familiaridad. El barrio se esconde tras las capas de la memoria. La casa no huele igual. Dejó de oler a mí.  Sólo hace falta volverla a habitar. Volver a caminar por las calles para hacer evidente que he regresado a la ciudad aunque yo ya no sea la misma que me fui.

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La virtualidad congela las sensaciones entre los amantes que se prometen amor a la distancia. Congela la sonrisas, los gestos, las caricias. La virtualidad exacerba el deseo, la tentación, el deseo de estar cerca. Cómo hacían los amantes que debían esperar meses o años para tener noticias de su amada/o?Acaso no los carcomía la desesperanza, el desasosiego, la melancolía? La virtualidad puede suplir esos momentos pero nunca será igual a tener cerca, oler, sentir, a la persona amada.