6.1.16

#216

Estimat / te estimat / amb català 
No existeix el te amo amb català...
Fui a una boda de unos amigos de mi hermano, una boda cvil, como llamamos en México. Al final de que la alcaldesa hiciera lo propio, cada uno leyó algo que le había escrito al otro. Lo de ella fue emotivo, lo de él simpático. Aunque lo que más me llamó la atención fue que en catalán no se dice te amo si no te estimo. El novio lo repitió cantidad de veces. Hasta que terminó de hablar le pregunté a quien estaba más cerca, ¿te estimat es lo más cercano a te amo? Sí, me contestó, nosotros no decimos te amo, eso es en castellano... Algo por dentro me sobrecogió, me parecío (y me sigue pareciendo) tan impersonal decir al ser con el que estás dispuesto a pasar el resto de tus días "te estimat moltíssim" en lugar de "te amo tantísimo". Lugo me dijeron, para tratar de convencerme, en italiano es casi igual, dicen ti voglio, y en inglés lo mismo, el love you se usa indistintamente. De igual, respondí, entiendo que cada lengua tiene lo suyo, pero yo uso estimado para hacer un oficio a quien no conozco de nada y solo como un protocolo de trabajo...  Me haré de una novia catalana para corroborar la hipótesis, mientras tanto prefiero el te amo, aunque no lo diga seguido...

5.1.16

#215

Mientras me bañaba, después de hacer la clase de yoga, esto es importante mencionarlo porque ahí se van fraguando muchos de mis pensamientos inconscientes que le dan rienda suelta a mis deseos, contrario a lo que supongo debe hacer el yoga, es decir, dejar de desear... En fin, mientras me bañaba pude visualizar mi futuro: ser "fichada" por una universidad cualquiera o un organismo internacional cualquiera (entiéndase fichada como fichaje de un futbolista, por ejemplo) con un contrato determinado y un sueldo asegurado por n cantidad de años para investigar, viajar, dirigir tesis, dictaminar libros, publicar, dar conferencias y todo lo demás que hace normalmente un académico, pero sin tener que estar anclada físicamente a una ciudad. Una idea estupenda, pensaba, mientras me imaginaba viajando por el mundo con todos los gastos pagados, lo que a su vez me permitiría tener tiempo para reflexionar y contemplar, hacer tertulias filosóficas y creativas con mis amigos más cercanos, intercambiar experiencias estéticas al cruzar fronteras... Salí de la regadera, me sequé, abrí los ojos y pensé, pero si es un deja vù, es justamente lo que he hecho los últimos diez años de mi vida... ¿Qué más se les puede pedir a los #reyesmagos?!!! Mmmm... Una reina!



3.1.16

#214

5:30 de la madrugada. Misma hora en la que ayer salía de la fiesta. Estoy despierta desde las cuatro. Una forma de insomnio. Se acabaron las fiestas. Los amigos empiezan a regresar a sus casas. De donde también vengo, solo que ahora yo me quedo. Pienso, mientras espero a que amanezca, en inventarme una rutina. Me niego, que siga la fiesta. Pienso, en la continuación de mi soliloquio, que debo dejar de pensar en el futuro, solo el presente y ponerme a trabajar de inmediato. Me distraigo leyendo el Facebook. Hace días que no le encuentro la gracia pero me encuentro un artículo sobre "procrastination". Traducido como dilatar. Empiezo a leerlo, centra la idea principal en el acrónimo DUST. No es lo que a mí me pasa. Lo mío es pereza. Empieza a sentirse el frío. Es curioso porque dentro de las casas el frío se instala en los techos y cae. Cae como una brisa que penetra el cuerpo lentamente hasta que te inmoviliza. Así no puedo trabajar, prefiero seguir en la cama. Hasta que amanezca. 

#213

En la tienda de la esquina le explico al dueño-dependiente en mi mexicano lo que quiero: un "convertidor" de corriente del continente americano al europeo (énfasis en continente, por aquello de que los gringos se han apropiado de "América" como nombre propio). Adaptador de corriente, me corrige. Eso, un adaptador. También quiero un cable de audio para conectar las bocinas a la computadora. Me observa y veo que no entiende lo que le pido, me traduzco: "del portátil al altavoz". Ah!, dice, ese no tengo pero es fácil de conseguir y no es caro. Mientras pago, me sonríe galantemente, y me pregunta de dónde vengo. México, contesto y le devuelvo la sonrisa. ¿Qué haces, vacaciones? Pienso en la respuesta más veloz (estaba desvelada y no tenía fuerzas para explicarle nada). De vacaciones largas, contesto con voz de mujer de mundo, rica y que se puede dar el lujo de tomarse unas "vacaciones largas". Me sorprendo del tono y del gusto que siento al decirlo. ¿Tienes familia aquí? Vuelvo a pensar la respuesta, y en el tono anterior le digo que no, amigos de la vida, solo. Eres como yo, dice. Continúa hablando pero he dejado de escucharlo porque en mi cabeza resuena "amigos de la vida". Salgo del local. 

2.1.16

#212

Hoy inicia formalmente mi periodo sabático restante, según los documentos oficiales, por ello hoy me instalé en lo que será mi hogar de aquí a junio. Al llegar a Barcelona alquilé una habitación por airbnb. Sin duda esas habitaciones, en su mayoría, están pensadas para estancias muy cortas, dos o tres noches, yo me quedé 17 días y los últimos ya me pesaban. La colchoneta, en lugar de colchón, se fue amoldando a mi cuerpo y hundiendo hasta que conforme avanzaban los días podía sentir las tablas de lo que era una cama individual. Si a eso le sumamos el espacio reducido de mi recámara, la más "económica" del piso, dos de tres, y un solo baño para cuatro personas que se conocen de nada pero que comparten el mismo recipiente del cepillo de dientes, y que además se hablan lo mínimo porque no es necesario intimar cuando se está de paso, llegó un punto que prefería andar en la calle todo el día, no en plan sacrificio, afortunadamente estaba la comunidad cercana mexicana-catalana de fiestas varias. Y supongo que ese es el negocio de quienes hacen de su casa un hostal sin necesariamente ser hospitalarios. Lo de sustituir el hotel por airbnb tiene su punto interesante en la economía pero no en la colectividad. Se hacen reglas de convivencia, se establecen límites absurdos, como cerrar las puertas de las habitaciones con llave, y se pierde cualquier oportunidad de convivir con ese otro que está de paso. Por todo lo anterior, creo que lo que inició como una apuesta interesante de competir con los hoteles se ha reducido a un esquema de alquiler caro, de poca calidad y mal regulado. Si ya desde pequeña me gustaban los hoteles, después de esta experiencia, que no es la primera, regresaré al anonimato obligado de éstos. Por lo menos ahí sí puedo andar desnuda entre la habitación y el baño o dejar la puerta abierta en la madrugada para hacer pis.