14.9.14

Andar a paso lento

Ayer fui al campo, a la casa de campo que desde hace muchos años, casi toda mi vida, tienen mis papás en un rincón desolado en el Estado de México. Fue el pretexto para tomar aire fresco, para estar con ellos, para andar a su paso, para distraerme de mi propia inercia. También fue el pretexto para escuchar aquello índescible que no tiene nada de reprochable. Su historia la sabrán contar mejor las interesadas o quizá sea sólo una ficción más.
Me quedo con esta imagen: las dos tendidas bajo la sombra del árbol, madre e hija, hablando. Un hablar pausado, a veces entrecortado, a veces ansioso. Un hablar liberador del alma. No hay historia, nunca la hubo. Sólo existió un gran deseo de hacer las cosas bien. Como si el bien se pudiera evaluar. O quizá la intención. O quizá el resultado. Aunque casi creo que un resultado no se mide igual, no representa la misma satisfacción para quienes están involucrados.
Me quedo con aquello que sólo me libera, que abraza a mi niña interna que por años buscó este espacio, este momento de equilibrio. Un momento donde la tensión se disipa y sólo quedan madre e hija hablando "de sus cosas". Esas cosas que sólo importan a ellas pero que pueden ser irrelevantes para el resto. Ayer, como nunca, me sentí conectada filialmente a mi madre. Una madre que siempre ha estado, pero que hice a un lado por mi absurda rebeldía.

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Otra imagen: los tres a la mesa, un plato de frijoles, dos platos de arroz. Los tres comiendo a cucharadas arroz con frijoles. Silencios largos. De esos que alimentan el alma. Pensé en Oriente. Pensé que momentos como éste no tienen que ver con una cultura en particular, sino con una intimidad compartida. Los tres metiamos nuestra cuchara a los frijoles como si lo hubiéramos hecho siempre. Esas cosas no se aprenden, se sienten.

18.8.14

"Vas a quedar con el ojo cuadrado"

Fuimos al Muac. En teoría a distraer a mi sobrino y los sorprendidos fuimos nosotros. Vimos la exposición al ritmo de un niño de 10 años, que vive a la velocidad del internet, y que difícilmente se detiene a experimentar, porque nació conectado a la consola. La primera exposición la recorrimos sin problemas y a paso lento; la segunda, un caos. La historia de su familia, de sus abuelos, narrada mediante expresiones artísticas de diversa índole que marcaron las décadas cincuenta y sesenta del siglo pasado. Tres generaciones observando lo que estaba a nuestro alcance: Para mis padres, recuerdos de su juventud; para mí, los movimientos sociales; para mi sobrino, desconcierto. No entendía por qué lo habíamos llevado ahí. Al salir nos formamos en la máquina de fotos, ilusión de los cuatro. Un día perfecto, pensé. No había visto a mis padres con esa inquietud traviesa de verse "con el ojo cuadrado". A mí sobrino, sin embargo, le pareció un tanto bobo. Tres generaciones fotografiadas con un retoque que te hace un ojo de forma cuadrada. Publicidad del museo. Nos tardamos y mi sobrino se desesperaba aún más. Pasamos, fui sentando a cada uno en el banco y vi sus rostros, la intimidad de quién se expone al ridículo, los tres me sorprendieron, los tres disfrutaron el juego. Salimos del museo "con el ojo cuadrado" y el espíritu rebosante.

23.7.14

#Gaza

He escrito cantidad de tuiters referentes a #Gaza pero todavía no entiendo por qué es necesaria tanta violencia y destrucción en el mundo...
He llenado mi vista de imágenes de niños muertos en #Gaza y todavía no entiendo por qué no hemos podido detener esta masacre...
He seguido en las redes sociales a cantidad de palestinos e israelíes para entender lo que pasa en #Gaza pero ellos tampoco lo entienden. Ambición de muchos.
He tratado de hacer una analogía para entender lo que pasa en #Gaza pero en nuestra sociedad la destrucción se ha vuelto espectáculo.
Quisiera entender lo que nos sucede como humanidad y sólo encuentro indiferencia hacia el otro/otra.
Las redes sociales están plagadas de epitafios de los muertos de #Gaza pero eso no me permite entender por qué nos seguimos matando entre nosotros.

11.7.14

Vivir a prisa?

Estoy por cumplir cuarenta y en repetidas ocasiones me pregunto si no he vivido a prisa. Hace diez años tuve un accidente, unos días antes de cumplir años. Me rompí la nariz y otros huesos de la cara. De lo que me acuerdo gratamente es de la morfina. no sólo es un paliativo para el dolor, también es un psicotropico. Como dicen, vi la luz del túnel en la plancha. El primer pensamiento, o pregunta, fue si me podía morir en paz. En tres minutos hice un recuento de mi vida con el aura de la luz emblemática de lo que debe ser la paz interior (inducida por la droga). Diez años después me he preguntado cantidad de veces lo mismo y la respuesta sigue siendo igual. Sólo que ahora pienso que quizá he vivido de prisa. Estoy por cumplir cuarenta y mi anhelo es empezar a disfrutar cada momento. Un lujo en este mundo y en esta ciudad.

Empecé esta nueva empresa recolectando afiches del año de mi nacimiento: 1974.


10.7.14

Sobre el mundial 2014

Se acaba el mundial y cada vez me gusta menos. Ayer me quedé dormida durante ese horrible partido donde ninguna de las dos escuadras se atrevió a descuidar su portería. Reflejo de la sociedad en donde la consigna es resguardar aquello que se supone es nuestro: la nacionalidad, la ciudadanía, la camiseta (obvio de un país). El fútbol sin duda es reflejo de las sociedades. En México siempre nos quedamos con el "ya merito". Lo de Brasil fue impresionante. Aquello que los medios y el gobierno trataron de ocultar, su elefante blanco producto de la corrupción, se desmoronó al ausentarse su "estrella" en el campo. También se desmoronó su presidenta y su sociedad. Qué les va a prometer ahora que se acercan las elecciones y no hay dinero, sólo deuda, ni mundial ni un equipo nacional? Alemania también sorprendió pero por lo voraz. No tuvo misericordia, no perdonó ningún error del oponente. Arrazó con el orgullo de un estadio lleno de brasileños que incrédulos veían como gol tras gol aumentaba el marcador. Si bien es cierto que en el juego no se perdona, también creo que los alemanes demostraron un espíritu sistemático, disciplinado, ordenado que me asusta. Espero que con este triunfo no se levanten los ánimos de por si exacerbados de la ultraderecha. La final es el domingo y le voy a Alemania, no soy latinoamericanista ni eurocentrica, simplemente me aburre el juego de los argentinos. Tampoco creo que América deba ser para los americanos porque ninguno de quienes defendemos América estamos representados por el fútbol y, en mi caso, ni me interesa. Sólo espero que sea un partido con demostración de oficio y no a balón parado.
Nos vemos dentro de cuatro años (aunque reniegue de ello).