Mostrando entradas con la etiqueta año sabático. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta año sabático. Mostrar todas las entradas

20.2.16

#251

Púas
Cercas
Zanjas
Límites

Guarde su celular
No tome fotos
No use el flash
Límites

Garita
Autos
Policía
Límites

12 km de frontera
Una división artificial
Una ida sin vuelta
Un deseo censurado

Cuando te lo impiden
Cruzas
Cuando la frontera te divide
Cruzas 

De quien quiera que sea
Ese famoso ideal de bienestar 
Que intentan proteger
Es también una ficción

La frontera es occidental
Como el cuidado de los perros
No es necesario domesticar
Con púas

Se encierra quien 
Dentro queda
El resto 
Rodea la zanja 
Desde el Monte Gurugú


Foto: Roxana Rodríguez 
 

Foto: Roxana Rodríguez 


Foto: Roxana Rodríguez


Foto: Roxana Rodríguez 








#250

Ayer lo volví a intentar. Había decidido quedarme en el hotel mientras los demás trabajaban en la universidad. Ventana a la calle central, en un tercer piso. El sol calentaba por una orilla. Acomodé la mesa-tocador y lo único que me molestaba era el espejo de frente en la que de reojo me veía cada tanto. Abrí el iPad para saber qué lectura continuaba en mi investigación. Roberto Esposito. Bios. Con poco ánimo empecé, aunque fue un día productivo de lectura veloz, ubicando la genealogía, la intención, la diferencia con Derrida y su vínculo con Luhmann, lo que más me gustó fue su relación con Spinoza. Ahí me detuve por última vez. Antes ya lo había hecho un par de veces durante el día. La primera cuando entraron para hacer la habitación. Decidí estirar las piernas y caminar al malecón. Me había acostumbrado a la gente y a sus modos. El día anterior habíamos andado en grupo y era más fácil lidear con los prejuicios. El mar estaba aturdido, oscuro. Hacía viento. Poca gente paseaba. Me senté en una banca a sentir el tiempo. Su tiempo. Sin prisa y con calma. Así mi vida últimamente. De reojo ví a una mujer sentada en la cafetería del malecón. La única que existe al finalizar la rambla y sobre el mar. Una construcción antigua y carcomida por la humedad, con mesas exteriores orientadas a los cuatro puntos cardinales. Mientras me acercaba intercambiamos miradas. Era extranjera, como yo. Pedí permiso para tomar un té de menta fuera. Caminé hacia donde estaba y le dije hola. Tenía ganas de hablarle. Me ganó el color verde profundo de sus ojos, más que la curiosidad de saber qué hacía en Nador. Ciudad fronteriza y no turística. Español, le pregunté con una sonrisa. Francés, contestó también sonriendo. Uf! Inglés, pregunté con última opción. Se giró e hizo un gesto con la mano afirmando que no habría forma de dialogar y volvió la mirada al libro que tenía entre las piernas. Me senté agitada, las preguntas que quería hacerle se quedaron en mi mente y poco a poco fui reacomodando mis pensamientos y mis emociones. Francés!, nunca he querido aprender francés, ni siquiera por mi gran devoción a Derrida (seguro él lo entendería, como ahora entiendo el monolingüismo de la lengua). Contemplé el mar, la gente, el malecón. Me dio el sol en la cara y sentí calma. Silencio. No volvimos a decir nada. Solo nos acompañamos con nuestra presencia en un país donde la vida de la mujer no es pública. Me despedí con una sonrisa y regresé al hotel. Seguí leyendo a Esposito, con poco ánimo y frío. Mi cuerpo había perdido el calor del medio día.


Foto: Roxana Rodríguez 

Foto: Roxana Rodríguez

Foto: Roxana Rodríguez 

17.2.16

#249

Llego al hotel. Es temprano por el cambio horario. Una hora menos. Doy los datos de la reserva. Me dan la llave de la habitación. Subo al tercer piso y al abrirse la puerta del ascensor veo todas las puertas de las habitaciones abiertas. Las van dejando así para que se ventilen hasta que llegue alguien a ocuparlas o se haya secado el piso después de lavarlo. Alfombras por todos lados, lo mismo que espejos y ornamentos varios. Me asomo a la habitación que me asignaron y no me gusta. Bajo por un cambio. Me asignan otra pero todavía no está lista. Espero en el restaurante y como algo. Es temprano. Ponen las noticias de España, una cortesía para la única comensal. Me molesta el discurso pero no quiero parecer grosera (nuevamente). Me quedo con ganas de decirles que soy mexicana y me da igual el discurso sobre el terrorismo, incluso me empieza a disgustar lo tendencioso del mismo. El binomio terrorismo-democracia ya lo he escuchado demasiado últimamente. Prefiero irme. Hago la siesta. Una bonita costumbre en estos lados del mundo. Un calambre en la pierna me despierta. Salgo a caminar por el malecón. Me vuelvo a sentir la otra-otra-otra (otra-nacionalidad, otra-mujer, otra-sola). Nunca me había sentido tan extranjera como en este corto paseo. No solo los hombres, también las mujeres y los niños me observan con curiosidad. No sé si por mi vestimenta, por no llevar velo, por el cabello corto-cano, o por mis lentes ray-ban (de moderna). A ratos me siento incomoda, a ratos intento disfrutar el paisaje. Me quiero perder entre la gente, pero soy definitivamente la otra-otra-otra. Alguien me grita a lo lejos "hoola", volteo y me dice que me acerque. Lo hago y me empieza a interrogar. Está acompañado por una mujer que no le agrada mi presencia. Trato de cortarlo y seguir mi paseo. Insisto en que soy mexicana y no tengo papeles para trabajar en Barcelona. Sí, tengo marido e hijos. Me despido. Sigo andando, cambio el rumbo y me meto en el mercado. Es peor. Soy más evidentemente la otra-otra-otra. Yo que siempre me he considerado del montón. Prefiero volver al hotel, aunque me quedo con ganas de sentarme a tomar un té en las terrazas donde están los hombres. 

14.1.16

#223

Ahora que he decidido despabilar y salir a convivir con la gente, me duele explicarles México. Intento hacerlo lo menos lastimoso posible pero al final tanta realidad es abrumadora: la corrupción, el narcotráfico, la ausencia de un estado derecho, la ausencia de una base social cohesionada que vele por los derechos de la comunidad, la ausencia de partidos políticos que defiendan un proyecto social y público, la violencia introyectada en mi propia experiencia a pesar de mi posición medianamente acomodada en una sociedad desigual. Todo ello se me cruza al momento de explicar México, al final no puedo evitar sentir el sabor amargo de la vuelta. Aunque insista en vivir al día.

5.1.16

#215

Mientras me bañaba, después de hacer la clase de yoga, esto es importante mencionarlo porque ahí se van fraguando muchos de mis pensamientos inconscientes que le dan rienda suelta a mis deseos, contrario a lo que supongo debe hacer el yoga, es decir, dejar de desear... En fin, mientras me bañaba pude visualizar mi futuro: ser "fichada" por una universidad cualquiera o un organismo internacional cualquiera (entiéndase fichada como fichaje de un futbolista, por ejemplo) con un contrato determinado y un sueldo asegurado por n cantidad de años para investigar, viajar, dirigir tesis, dictaminar libros, publicar, dar conferencias y todo lo demás que hace normalmente un académico, pero sin tener que estar anclada físicamente a una ciudad. Una idea estupenda, pensaba, mientras me imaginaba viajando por el mundo con todos los gastos pagados, lo que a su vez me permitiría tener tiempo para reflexionar y contemplar, hacer tertulias filosóficas y creativas con mis amigos más cercanos, intercambiar experiencias estéticas al cruzar fronteras... Salí de la regadera, me sequé, abrí los ojos y pensé, pero si es un deja vù, es justamente lo que he hecho los últimos diez años de mi vida... ¿Qué más se les puede pedir a los #reyesmagos?!!! Mmmm... Una reina!



23.12.15

días de fiesta

Si en México me sentía cada vez más fuera de lugar con las fiestas decembrinas de la tradición judeocristiana, ahora que estoy en Barcelona no las siento. La familia, especialmente mis papás, son el último eslabón del anclaje a eso que no entiendo porqué se debe celebrar, y ahora que no estoy cerca de ellos, pues no me siento en la obligación de celebrar nada. De hecho me gusta no tener que pensar en ello. Demasiado pensar y poco sentir, dice mi terapeuta. Pero no es porque sea una mujer no creyente, sino porque creo en muchas cosas y creo que se debe venerar todo lo que nos hace estar vivos, incluyéndonos a nosotros mismos porque transitar por este camino tiene lo suyo, y no es una afronta sencilla. En fin, desde que llegué hace unos días he huido de las zonas comerciales, aunque con la crisis en España, los comercios todavía no se reponen del todo y es un poco más notoria la necesidad que tienen de vender en estas fechas. Hoy, por ejemplo, recibí una tercera llamada del centro de yoga, al que me asome a preguntar por su tarifas, de la vuelta de la casa donde me estoy quedando para decirme que aproveche las ofertas de diciembre. Eso hace unos años hubiera sido impensable en la ciudad del "tú mismo". Cuando por primera vez me dijeron "tu misma", como respuesta a una pregunta cualquiera como "no volvemos a ver pronto", entendí que aquí se iba a lo suyo, o a lo propio. Ayer (otro ejemplo) caminando por el Born, uno de los barrios más fancy, hasta hace algunos años, nos "invitaban" a entrar a los bares semi vacíos. En otra época, si hubiéramos querido beber algo, tendríamos que haber esperado para entrar a alguno de esos sitios. Supongo que las fiestas cambian año con año, según el ánimo de la gente. Lo que me queda claro es que estos días de fiesta responden, con intenciones fidedignas en muchos casos, a la economía mundial. Esperamos diciembre para cobrar el aguinaldo, para comprar regalos, hacer regalos y recibir regalos. No existe nada menos artificial que esto. Por eso propongo que estos días sean de guardar y si no se puede, pues pensar que son días de juntar, juntar alegrías y no esperanzas.



8.8.13

Día 151

De vuelta a Berlín. Hablamos del accidente de auto que sufrimos hace diez años en la gran ciudad. Así cómo se dan las pláticas que esperan en el tiempo, también en la memoria. Recordamos ese momento en donde desde una camilla a otra nos preguntábamos si estábamos bien la una a la otra. No sabíamos a ciencia cierta lo que nos había pasado. De ese día solo recordaba el frío de la plancha de metal donde estaba recostada haciendo un recuento de mi vida en completa paz y lucidez gracias a la morfina. Pasaron diez años y un silencio inconsciente que hoy encontró salida a la orilla del río. Me abrasaste y sentí alivio. Por fin lo dije, sin cortapisas, con miedo, con la certeza de saberme viva y afortunada. Hoy Berlín me recibe con augurios en la naturaleza. Escuchar atenta al corazón es mi designio.


10.3.13

Día 2

Decidir no es fácil
Quiero abrazar el vuelo
Cantar con la garganta ardiente
Sentir que somos una misma

La cursilería es un gusto por lo simple;
Lo simple no es banal;
Lo banal no siempre es ignorante.

Decidir tendría que ser simple
Quiero abrazarte y fundirme en ti
Cantar con el corazón en la mano
Sentir que somos una misma

La felicidad es una ilusión;
La ilusión es fe;
La fe escasea en estos tiempos.

Decidir es nuestro destino
Quieto abrazar la vida
Cantar con el colibrí en la flor
Sentir que somos una misma

El amor?
Pregunta en vela quien ha forjado
la pasión sobre la devoción.

9.3.13

Día 1

Insomnio
Emociones encontradas
Contigo siempre ha sido así
Pasamos de lo más sublime
a lo más primitivo de las pasiones

//

Dussel como rector
Auditorio lleno
Cuatro tesis sobre la educación
Sobre la educación en la uacm
Un rector itinerante
Un rector que se le puede ir
la vida en ello.

///

Hoy despierto pensando en nosotras
Me vuelvo a hacer bolas
No sé qué rumbo tomar
Te extraño

////

También pienso en los estudiantes:
Qué implica un título de licenciatura firmado por uno de los mejores
filósofos de América latina?

[Sin duda no es igual a un título firmado
por el rey de España...]

También pienso en la uacm:
Qué implicaciones tiene
para la universidad pública
la imagen de un rector itinerante
como Dussel?

//

Empieza mi sabático
Dejaré reposar las incógnitas
Me limitaré a contemplar
Quizá el tiempo me ayude a tener claridad.




8.3.13

Año Sabático

Aunque mañana inicia formalmente mi año sabático, hoy preparo el terreno para esta tarea que me impuesto a manera de manda: La tarea consiste en hacer un diario (escribir todos los días en este blog) sobre la experiencia sabática.
Para los que no están familiarizados con lo que es un año sabático les comento que es un derecho laboral que podemos ejercer lxs profesores de tiempo completo que tenemos un contrato laboral en alguna universidad (casi siempre pública) después de seis años ininterrumpidos de trabajo. El año sabático de hecho es un término que se encuentra en la Biblia, pero ahora no encuentro la referencia...la busco ahora que esté de sabático...
La intención de escribir este blog tiene como objetivo terapéutico vivir el aquí y ahora, sin prisa y con calma; disfrutar cada instante de estos 365 días que me dedicaré en cuerpo y alma a hacer lo que emplace: leer, escribir, dormir, contemplar, nadar, viajar...
He de reconocer que el año sabático es un "bien de lujo" (y en extinción) no solo en este país sino en esta sociedad. Reconozco que soy muy afortunada y agradezco la existencia de la UACM en esta ciudad, en este país. Agradezco a mis estudiantes que me han enseñado tanto en estos años de convivencia, y agradezco a la comunidad que desde hace más de seis meses lucha por defender este proyecto educativo de vanguardia que ha sido bastante golpeado por la exrectora Esther Orozco, por los medios de comunicación, por los políticos y por la sociedad en general. Deseo con todo mi corazón universitario que la UACM pronto recupere el camino y la comunidad unida pueda salir adelante.