30.5.13

Día 82

Terapia. Terapia. Terapia. Como si todo se resolviera con terapia. Qué hace la gente que no puede pagar una terapia? Que hace la gente que no tiene tiempo para hacer ejercicio? Será que la depresión, la tristeza, la desesperanza es un mal que aqueja a la clase media burguesa que le sobra el tiempo para pensar en las varias terapias que debe tomar para tratar de ser feliz y le falta el dinero para saciar sus enfermedades mentales con el hábito de ir de compras?Terapia. Terapia. Terapia. He dejado de creer. Ya no me interesa ni el budismo ni el reiki ni la natación y mucho menos la terapia. 

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He decidido volverme cínica 
Llevarlo al pie de la letra
Como casi todo lo que he hecho
Con rigor, disciplina y exigencia
La fórmula siempre me ha funcionado
Tanto para conseguir mis objetivos
Como para alejarme de la gente.
Es por ello que ahora emplearé 
Esa misma estrategia para ser cínica.

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La peor condición de la especie humana es sentir celos. Celar a la gente es caer en un hoyo negro que abruma el espíritu, que niega el amor, que recrudece las heridas. No conforme, siempre queda la resaca de la culpa. El enojo. Un lo siento que no es falso pero sí mentiroso porque el acto mismo de celar se vuelve una constante cuando has decido fugarte por esa vía. Sólo resta esperar el momento en que no tendrás a quien celar. Se habrán ido todos por cansancio, por despecho, por enojo. Para eso están las terapias dicen los que saben. Pero el acto mismo de celar implica voluntad y quien la tenga se consumirá en su propia fantasía esquizoide de regodearse en su propia inseguridad matizada de control, posesión y aprehensión. Bendita la condición humana. 

29.5.13

Día 81

trámites varios que DETESTO hacer:

Cancelar cualquier servicio, llámese póliza de seguro; servicio de cable, internet o telefonía y tarjetas de crédito. 

Hoy fue uno de esos días en que se me juntó uno de cada uno. Es una carrera de obstáculos y de mucha paciencia. Definitivamente hoy no logré conservar la calma. En el último trámite terminé diciéndole al operador que me definiera la palabra REQUISiTO. Enloquecí. 

Me sorprenden dos cosas de estos trámites:
En primer lugar, la cantidad de trabas para lograr el objetivo de cancelar el servicio empezando por la contestadora que te ofrece un menú de diferentes opciones, ninguna que te direccione a la opción de CANCELACIÓN. Hemos de pasar por distintos filtros, dar claves, números de tarjeta o de póliza, una y otra vez, hasta que un "ejecutivo" te contesta. No sin antes "permanecer en la línea" escuchando la 5a de Beethoven porque "todos los ejecutivos están ocupados". Una vez que logramos hablar con una persona y no con la máquina debemos repetir toda la información y más para que corroboren que somos nosotros "el titular" que desea cancelar el servicio. En el mejor de los casos te dicen el proceso a seguir, en el peor te direccionan a otra área especializada en cancelaciones. 
En segundo lugar, ya que nos direccionaron al área de quejas y cancelaciones, la ultima y más hostil de la lista, el ejecutivo tiene la prebenda de disuadirnos de abandonar la compañía ofreciendo "mejores" paquetes o promociones. Empieza la letanía preguntándonos los motivos por los cuales queremos cancelar. Después de lidiar con dos compañías era obvio que en la tercera perdería la cordura y no necesariamente por falta de claridad en mis decisiones financieras, sino porque no hay situación que me descoloque más que un ejecutivo que trate de disuadirme repitiendo varias veces "le venimos ofreciendo". En ese momento perdí mi último gramo de paciencia. Señores o señoras encargadas de la capacitación de los ejecutivos, por favor tengan cuidado con el verbo "venir", si tienen dudas de cuando se usa piensen en el acto sexual y conjuguen.

Pd. Les recuerdo hace falta cultura del consumidor. Solicitar más y mejores servicios es un derecho (además de que no nos lo regalan. Cancelar es un derecho, no un pecado. 

Día 80

La dispersión del DF:

Los sitios familiares
inhiben el espíritu creativo.
También los afectivos

Una gran cruda 
pienso en escribir 
me quedo en cama
a tu lado
contemplando las ramas
las sombras
las luces de las torretas
si es de noche.

En el día
cuando nos amanece
contemplamos
oscultamos 
nuestros cuerpos
cómplices de deseos
de fantasías

La partida es complicada
Me quedo en cama
quiero escribir 
Me gana el hambre
También la dispersión

Han pasado horas
Pienso en escribir
Salgo a caminar
El DF me impide escribir.


27.5.13

Día 79

Realidad:

La comodidad del hogar me hace quedarme con el pretexto de la lluvia. Me paraliza. Me impide moverme. Justo lo que no quería. En esta gran ciudad andar de un lugar a otro con lluvia y sin carro, sin tener que hacerlo, se presenta como un reto nuevo. Un reto que debo experimentar porque es parte de la terapia de contraste. Debo evitar en la medida de las posibilidades dejar de moverme. Anquilosarme. Regresar a mi estafo de confort. La vida está en la calle. En casa la reflexión. 

Realidad:

Salí de casa y me dejaron plantada. Siguiente compromiso en dos horas. De Coyoacan a la Roma un trecho por andar. Qué necesidad? Y si regreso a casa, a cobijare, a resguardarme?

Realidad:

La ciudad oprime. Es mejor encontrarle el encanto al desapego. Pare de sufrir.

Día 78

Fin de semana de películas. Temáticas diversas, todas sobre la condición humana, sus carencias y o limitaciones. Es abrumador darme cuenta de lo que somos como especie. Quisiera creer que la ficción supera la realidad pero eso sería engañarme. La duda perenne. Una duda ontológica y quizá metafísica es qué pasa con todos los preceptos religiosos? Han contribuido realmente a la convivencia humana o han exacerbado el discurso de las diferencias bajo la premisa de que o quien es mejor, superior; o quién tiene la razón, la verdad? Crímenes de guerra impunes en nombre de conquistas, guerras, religiones y demás discursos de colonización desde las regiones más olvidadas del hemisferio hasta en los países más ricos. Qué pasa con la condición humana? Por qué somos tan voraces?

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Comida familiar en casa. Reconforta al espíritu sentirme de nuevo en el hogar. La familia es de los grandes inventos de la humanidad, no necesariamente como parte del sistema social jerárquico machista heterosexual, sino como parte de la naturaleza humana del ser social. De ese sujeto ontológico que necesita vivir en sociedad, querer y ser querido, respetado, amado y, casi siempre, reconocido. Un sujeto que necesita saber que pertenece a un núcleo o una tribu o una manada. A veces es necesario saber de dónde vienes para saber a dónde vas y eso te lo da la familia, en muchos casos la biológica, de sangre, en otros las que cada quien va conformando con sus decisiones y elecciones. Comida familiar en el hogar. Por primera vez sentí que soy elocuente con mi familia. Por primera vez experimento mi propio lugar en mu familia biológica. Ha servido la terapia de contraste.