5.6.13

Día 87

Me subí al taxi y le dije al chofer que si me esperaba afuera del mercado de Coyoacan mientras iba por fruta y luego me dejaba en mi casa. El taxista contestó, con tono de ofensa, un rotundo NO. Me quedé estupefacta y no supe qué hacer. Afortunadamente preguntó "si quiere la dejo sólo en el mercado". Pensé unos segundos mientras el semáforo cambiaba de color y le contesté que no, que necesitaba el servicio completo. Me bajé del taxi desconcertada.
Le di unas mordidas más a la manzana que traía en la mano mientras pensaba en las opciones por las cuales el taxista me había dicho que no.
Dejé pasar un par de taxis más y le hice la parada a otro. Subí al carro e hice la misma pregunta. El chofer me dio un no dubitativo. Aproveché su indecisión y me apresuré a decirle, le dejo mi tapete de yoga en comodato. Aceptó. Hasta ese momento no había atinado a entender porqué el otro taxista se había ofendido por mi solicitud. El chofer en curso me dijo que seguido les pasa: "así nos dicen y nunca regresan". Inmediatamente me cayó el veinte. Que difícil es comportarse honestamente en un mundo de injusticias, hasta parece que peco de inocente.

///

Volví a armar mi rutina de hacer ejercicio. Una rutina que me regresa a mi realidad citadina. Ahora con otra mirada. Me sorprendo a veces de mi actitud frente al mundo. Eso es estar de sabático: sin horarios, sin prisa, sin esperar el tiempo libre. Dormir, leer, nadar, comer, beber, escribir. A eso se reduce mi rutina cotidiana. Que felicidad. Definitivamente no es una rutina productiva, pero seguramente a nadie le interesa. Casi siempre pensamos en darles gusto a los otros pero los otros no están pensando en nosotros. Es una ilusión de vivir en sociedad. Así que a disfrutar del sabático. Estoy convencida que si toda la gente económicamente activa tuviera sabáticos este mundo sería más compasivo.

4.6.13

Día 86

No entiendo las necesidades humanas. No entiendo porqué somos tan testarudos. Repetimos los mismos errores una y otra vez. Replicamos las fórmulas de estar sin estar en el mundo, en la vida, en la existencia. Nos contradecimos constantemente bajo el abanderamiento de una falsa libertad. Qué es el respeto? Dejar al otro hacer y ser sin condición alguna. No existe una condición pura. Condición en ambos sentidos: estar en el mundo y oponer al otro resistencia. Creer que podemos ser libres en sociedad es una utopía si se piensa en la libertad como la voluntad creadora. Quizá la libertad está dada pero eso no significa que todos seamos aptos para gozarla. 

///

Pasan los años y dudo más de las relaciones. Los encuentros efímeros me parecen encantadores porque sorprenden cuando la resistencia a creer en algo se revienta. Nos hacen creer y creemos que las relaciones son duraderas. Lo dudo. Las relaciones nos condicionan. 

///

La soledad es un engaño. Nunca se está solo. La soledad es la falsedad del capitalismo tardío. Es un imaginario del beneplácito de la frustración y de la negación de esa forma de vida que nos impone la sociedad a seguir. Y la comunidad? Y la tribu? Y los nómadas? Acaso ellos necesitan estar solos? Qué es estar solo? Qué es la soledad? Aislarnos es justo lo que nos hace indiferentes no sólo de nuestra propia condición sino de los discursos que nos performatean.

2.6.13

Día 85

Hoy amanecí en una casa que no es mi casa pero que es la casa de quien en casa hemos aprendido a estar. Esta es su casa y en esta casa se duerme mientras los pájaros trinan y la gata espera. 

///

Escribir es dibujar las sensaciones, los espasmos de felicidad o de tristeza. Escribir los recuerdos, las imágenes. Escribir es contemplar el tiempo y el espacio en una dimensión que sólo existe en mi mente. Un lugar desconocido incluso para quien escribe.

Día 84

Las hormonas empiezan a causar estragos en mi personalidad. Un día soy una neurótica controladora, aprehensiva, posesiva que además me da pena hasta verme en el espejo del ridículo que estoy haciendo. Al otro me desafano de mis conquistas y de mis miedos del día anterior sin pena y con mucha gloria. Qué cambió? La regla. No la de medir. Sino la que rige mi ciclo hormonal. 28 días. Ahora debo recordar y estar atenta cada 28 días de mi humor. Antes no importaba, sólo había que llevar la cuenta para no manchar el pants blanco de la secundaria. Ahora hay que estar atenta de no volverse loca cada 28 días.

///

Me gusta cuando la gente que va a mi casa se siente como en su casa.

///

La clavadez de los activistas me llena de ilusión pero me agota. Cuántas vicisitudes. Definitivamente hay gente para todo. Lo mío es contemplar.

Día 83

Voy retrasada con la escritura. La ciudad me cuesta. Me distrae. A veces me enfada. Voy retrasada. La ciudad me acorrala.

///

De niña me rompí el tobillo cuando quise detener un juego giratorio. Obviamente el juego no se detuvo pero mi tobillo se fracturó. Arrastré el hieso que cubría mi pierna hasta la altura de la ingle durante unos meses y con afable atención de mi abuela y mi madre hasta pude chapotear en el mar con la pierna bien derechita por la imposibilidad de flexionarla. Cosas que hace una de niña sin temor ni prejuicios. Con la inocencia o la determinación del arrojo, quizá de la sobrevivencia. 

///

Una muñeca de trapo. Dejarse arropar. Hablar con ella. Una muñeca de trapo. Pedir atención. Una muñeca de trapo. Sentir calor. Una muñeca de trapo. Cobijar el alma. Un alma de niña que nunca entendió porqué la alejaron de su muñeca de trapo.