mi corazón se entrega a los vivos.
vuelvo a nacer en pleno otoño,
los treinta y tres no son suficientes,
quiero amar de nuevo.
hoy me desprendo de los muertos,
ya no intento la línea recta del comportamiento,
ahora deseo tomar las curvas
y dejar que mi espíritu flote en la montaña.
mi mente regresa al cuerpo.
al fin aire, no necesito pisar tierra,
y aunque una mentira fuera,
siempre he deseado volar alto.
hoy vuelvo a ser libre,
como la libertad de mi gata,
como la libertad de mi alma,
ambas encerradas en un crisol sin dueño.
Bendita desesperanza que trae la fatalidad
y más bendita aun la hora en que decidí huir de mi propia trampa.
me intriga aún más la aportación de Ingrid, tengo 20 días para resolver estar completo y atinado para conocerla.
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