25.3.25

Pedagogía de los afectos

Aprendí actos de magia

No fue difícil darme cuenta que para existir

para ser vista

tenía que desaparecer

o por lo menos disimular que no me daba cuenta

que mi presencia incomodaba

Preferí ocultar lo que pensaba

lo que sentía

lo que deseaba

Me hice de amigos a quienes rápidamente

aprendí a copiarles el lenguaje

una sintaxis básica del estar presente

Quise parecerme a ellos

me esmeré en su cuidado

aprendí a no recibir nada

a darme por completo

Quizá si me escamoteaba

no se daban cuenta

de que algo estaba mal en mí

o eso me hicieron creer

Escamotear-me permitió sobrevivir

hasta que ya no fue posible ocultarme más

Con los años he dejado atrás amistades, parejas, familia

lo mismo que las expectativas 

de querer coincidir

Trastorno de aislamiento social

La clínica está acostumbrada a nombrar lo que incomoda

lo que no se ajusta a la norma

Hace falta una pedagogía del padecer

una pedagogía de los afectos

La memoria es un juego giratorio

La memoria es un juego giratorio

de un día para otro, con un olor, una sensación

o la secuencia final de una episodio de serie

recuerdas aquello que habías dado como verdadero:

romperte el tobillo en un juego giratorio

Las fotografías no mienten 

el tobillo está roto 

y la pierna enyesada

Cuatro años de edad como máximo

indica la fotografía con mi abuela y mi madre 

que sobre el mar de Tampico me cargan de muertiro para no mojar el yeso

Un yeso que cubre la pierna derecha por completo

y proporcionalmente es la mitad de mi estatura

Un recuerdo feliz hasta que la memoria me hace dudar

del momento en el que me lo rompí

Metí la pierna en un juego giratorio para intentar pararlo

el tobillo se partió en dos

No fue en la guardería como me dijeron

sino en el parque de la colonia

alguien no quiso bajarme a tiempo

se divertía con mi temor 

temor a la velocidad

temor al vertigo

temor a la vulnerabilidad

El temor que me ha acompañado toda la vida

La memoria es un juego giratorio

He repasado el recuerdo cientos de veces a lo largo de mi vida

Nunca fue tan nítido como ahora

la niña está sola

no hay un adulto cerca

la historia de mi vida

el abandono, la anomia, la invisibilidad

la verdad que me contaron también es mentira

como muchas otras en mi vida

La memoria es un juego giratorio

como es la propia vida

21.3.25

Siendo apenas una niña ya era rara

Entiendo el temor que les causaba mi mirada

Siendo apenas una niña ya era rara

De ojos grandes, expresivos que buscaban siempre una respuesta

La gente se sorprendía al ver por debajo del fleco esa mirada

que decía sin decir lo mucho que el mundo me apasionaba

La gente también se sorprendía cuando hablaba

tiene un micrófono incorporado, decían a manera de broma

nunca de burla

Siendo apenas niña ya era rara

Entiendo el temor que les causaba

por ello prefirieron adiestrarme 

a dejar que siendo apenas una niña brillara

No supieron qué hacer conmigo

con mi lucidez, con mi alegría, con mi inteligencia

mucho menos con mi ser rara 

La gente se sorprendía cuando siendo niña me veía jugar entre puros niños

Ahí empezaron las burlas, el descrédito, su temor de que fuera rara

o quizá lesbiana

Entiendo el temor que les causaba

y por ello prefirieron callar, ignorar, invisibilizar que fuera rara

De adulta sigo siendo rara

la gente normalmente me observa con incredulidad

a veces también con desprecio

para ellos soy rara

Entiendo el temor que les causa que de adulta siga siendo rara



19.10.24

Qué decir de cuando se llega a los 50 años

Hoy cumplo 50 años y aunque no lo creí en su momento, los 50 son los nuevos 30. Si hace 20 años no pensaba en llegar a esta edad, ahora tampoco pienso en que el pasado fue mejor. Cumplir años es superarse día día, una superación dialéctica, donde a veces avanzas un paso y retrocedes tres, hasta que te das cuenta que aquello con lo que creciste toda tu vida no es real. Te dicen que hay que buscar el amor, la felicidad, el éxito. Con los años sabes que nunca se encuentra porque nada de eso se busca, en todo caso lo procuras. Aunque parecen oraciones hechas, lugares común, eso que luego cuestiono del coaching, pues sí, ahora que cumplo 50 sé que hay muchas frases hechas que cobran sentido con el tiempo, con la edad. Una de esas, un gran aprendizaje de hecho, es que "el tiempo lo cura todo", o casi todo. Cura la tristeza, el dolor, el trauma, pero no lo cura por ósmosis, sino que, y aquí viene la parte a veces no tan divertida, hay que comprometerse y mucho. Comprometerse con conocerte a ti misma, otra frase trillada, conocer lo que duele y nombrarlo; conocer, experimentar, sentir lo que da alegría y nombrarlo; saber pedir perdón, reconocer los errores, que son muchos a lo largo de la vida, reconciliarse con la frustración, con la expectativa, con la muerte de un ser querido incluso; saber que lo que haces, dices, piensas te afecta y afecta al entorno. Con los años aprendes a cuidar las palabras para no herir-te, aprendes a escoger las batallas y a no quedarte callada, pero sobre todo aprendes a dejar ir conocidos, colegas, familia, lugares, trabajos. Soltar los silencios que incomodan, los juicios de valor y las críticas que lastiman. 

Con mis 50 años recién cumplidos abrazo a mis otras yo que he sido en cada década, a cada una de ellas las honro, las amo, las veo en la película de mi memoria y no cambio nada. Puedo decir sin temor a equivocarme que he hecho con estos 50 años lo que he querido y más de lo que he deseado, quizá, precisamente, porque nunca desee nada, nunca me imaginé llegar a esta edad, solo me dediqué a vivir al día, a viajar, a conocer el mundo, a leer, a escribir, a amar, a nadar, a jugar, a compartir. También sé que no llego sola, son muchas las personas que me han acompañado y a todas ellas les agradezco nunca soltarme, ofrecerme un lugar en su corazón, en su vida, en su estar en el mundo. 

Medio siglo se dice fácil, pero en el medio siglo de hace cien años pasaron dos guerras mundiales. A veces perdemos noción de lo que es la vida y estar vivos, por eso hago este ejercicio de escritura a manera de corte de caja. En medio siglo les cientos de libros, escribes miles de palabras, nadas n cantidad de kilómetros, duermes cantidad de horas, trabajas muchas más, respiras millones de veces, se regenera la piel, las neuronas y el alma n cantidad de veces. Con cada arruga, con cada cana, con cada lágrima derramada, con cada cicatriz, se engrosan los afectos, ya sea para que te vuelvas más o menos sensible. La sensibilidad que te permite observar las hojas que caen en otoño, escuchar el agua correr con la lluvia, reconocer la alegría del perro cuando llegas a casa y disfrutar del café en la cama. Con medio siglo detrás tienes una historia que contar, tienes una vida hecha y tienes un futuro por delante. Hoy cumplo 50 años y puedo decir, sin temor a equivocarme, que soy una mujer plena, realizada y amada. 

24.8.24

Agrado

A mi hermano le gustaba agradar

lo conseguía con su sonrisa 

Con su carisma 

Nada que ver con Agrado

El personaje de Almodovar en Todo sobre mi madre

Cuando mi hermano me preguntó por un nombre para su hotel

No dudé en decir Agrado

El nombre propio que resignificaba

La reminiscencia de nuestra estancia en Barcelona 

La dignificación de nuestro trasvestismo migrante

El agenciamiento político que vino con nuestra libertad fuera de la casa familiar 

El reconocimiento a nuestra homosexualidad 

Una recordatorio de la responsabilidad de llevar al otro

Al huésped, al solitario, al que está por venir 

Como alguien más lo hizo con nosotros 

Con su muerte, la de mi hermano,

a diferencia de lo que le sucede a Agrado,

el personaje de Almodovar,

Agrado dejó de ser un nombre propio para convertirse en un nombre común