22.10.13

Día 211

La manda no llegará a su fin. La manda de escribir todos los días durante mi sabático se ha visto interrumpida por las decisiones que he tomado en estos últimos días.

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En un plis plas decidí suspender mi sabático y apostarle a la candidatura del colegio. La gané. Se avecinan cambios. Los cambios son para bien, dicen los que saben. Además no vienen solos, es un efecto dominó. Mueves una pieza y las demás también, a veces por inercia, a veces por necesidad o convicción.

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Han sido días de satisfacciones, augurios, presagios. Un proyecto une espíritus: se hacen amigos, cómplices, compañeros de combate. Frente a los ojos de dionisio las personalidades más sublimes desengranan sus convicciones y sus lealtades. Cumplí 39 años. Encontré con quien hacer un hogar. Estamos en busca de una casa. La manda de escribir se ve interrumpida.

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Cierro la página de un ejercicio lúdico de siete meses. Un ejercicio que debo rescatar, editar, publicar. Abro la puerta a otro ejercicio que debe ser igualmente lúdico, de otra forma no tendría caso emprenderlo. Un proyecto complejo, retador, enriquecedor. Un proyecto que me obliga a salir de mi soliloquio y considerar al colectivo.

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Agradezco a quienes han compartido conmigo este ejercicio, a quienes me han inspirado, a quienes me han susurrado al oído sus secretos nocturnos, sus pasiones desbordadas, sus miedos, sus tristezas, sus aspiraciones.

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Imágenes hechas palabras en el curso de lo que para muchos es un lujo, para otros un derecho: ejercer un año sabático. Imágenes que se quedaron en mi mente, en mis recuerdos, en mis viajes. Palabras que no se dijeron más con un silencio, con un te amo, con una separación.

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Tengo nostalgia de este espacio, de este tiempo, de este lugar. También tengo miedo, tengo miedo de nosotras, de lo que somos, de lo que podemos construir o destruir. Por dónde empezar? Recorro los recuerdos que nos dieron forma y no encuentro las respuestas. Quizá no se necesitan. Avancemos. Confiemos.

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Los abrazos de la vida acarician el alma y frente a la adversidad nos regocijan. En estos días pude sentir lo que en 38 años no había logrado: sentir amor como pulsión de vida: jouissance, amor recíproco, amor entre pares, amor entre desiguales, amor como sinónimo del sentimiento más profundo de la creación, de la creatividad, de la existencia misma. Un amor sin condición, un amor honesto, un amor incondicional, un amor de amigos, un amor cómplice, un amor que no espera, solo ama.




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