21.12.13

Decisiones

Los demonios de la libertad me acechan nuevamente. La seducción papalotea como un juego peligroso y sugerente. Incrédula asumí el deber ser como parte de mi originalidad. Falso. El deber ser sólo me permite vivir en sociedad y reconocer la alteridad. Sin ese candado moral sería una promiscua libertina combativa. Por el contrario, he decidido ser políticamente correcta.

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