17.3.08

Nada que declarar

Los días se escurren entre los dedos de mis manos esperando alguna noticia tuya, sé que no llamarás, pero no por eso puedo dejar de extrañarte en la noche cuando dormida busco tu cuerpo para cobijarme en él. Hoy fui al teatro y te extrañé más, la butaca de mi derecha estaba vacía, como aguardando tu llegada, nunca apareciste, sólo conversé contigo al final, como lo hacíamos al salir de cualquier función. Caminamos del brazo hasta el carro y te dije adiós. No tengo nada que declarar porque nuevamente empiezo a andar el camino que me dé paz para poder aprender a estar sin ti.

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