5.11.13

El oficio del transeúnte

Andar los caminos truncos de quienes deciden abandonar el desatino de la razón y caminar con tiento el devenir es tan complejo como dilucidar la incógnita del deseo, de la pasión y del amor.
Transitar los sentimientos, las personas, las relaciones con la delicadeza de quienes en complicidad se afanan en asumir un compromiso de vida y con la crudeza de saber que es tan sólo una utopía.
Transeúntes inocentes que se ufanan de una formalidad que no encuentra eco más que en el deseo de pertenecer a lo más sublime de la vida que es la vida en sí. Una vida, un vivir, en compañía pero sin ataduras. Una aporía.
Los amantes se engañan incluso antes de declararse amor, aún así transitar por las avenidas de la soledad es como estacionarse en el acotamiento a descansar. Llega un punto en que el camino de los amantes se bifurca y cada quien decide que rumbo tomará.

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