15.6.13

Día 98

Cuántas personalidades podemos tener? Cuántas conocemos o nos conocen o aprendemos o desarrollamos? Algunas nos gustan más que otras quizá porque es la más cool o la más erudita o la más compasiva. A la vieja loca que habita en la azotea de la cabeza la desconozco, la niego, la reprimo, pero deambula todo el tiempo. Observa, gruñe, llora, grita. La vieja loca traduce lo que le acomoda. No tiene miramientos ni compasión. A veces quiero desterrarla, sobre todo cuando se apodera de mí como un exorcismo cegador. Me asusta. Me asusto. En un segundo un hoyo negro donde todo puede pasar, pero que seguramente no querré recordar ni asumir ni explicar. Llegado ese punto es mejor a la vieja loca que también soy yo.

Día 97

Rocé mis labios con el dedo gordo de la mano. Regresión. Volví a sentir placer. Un placer infantil. Un placer prohibido. No me había pasado antes. No es la misma sensación de rozar los labios con otros labios u otros dedos. Esta vez fue una regresión a ese lugar de confort infantil. Un lugar donde por muchos años, y a pesar de varios intentos de mis padres para impedirme chupar el dedo, encontré seguridad. De un día a otro lo dejé de hacer sin motivos ni explicaciones. Sólo quedaron las secuelas: dedos largos y aplanados en ambas manos. Las secuelas de la ansiedad, del miedo, de ja inseguridad, posiblemente de la separación o del abandono. Esa fijación infantil oral seguramente la suplí con otras fijaciones, obsesiones o inseguridades. Indagar me resulta ocioso. Me sorprende que mi cuerpo tenga esa memoria. Un recuerdo que la razón de negó a aceptar.

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Cuerpo desnudo
Radiografía de la memoria
Posición fetal
En cuatro extremidades

Masaje

Caderas deslocadas
Rodillas juntas y rotadas
Espalda ancha
Omoplatos constreñidos

Masaje

Dicen que el cuerpo 
tiene memoria
Dicen que se debe
liberar energía  
Dicen que el cuerpo
reconoce las heridas

Masaje

Bombardeo de imágenes
Una película silenciosa
Recuerdos distantes
Reencuentros 

13.6.13

Día 96

Una amiga de la India que conocí en Tijuana me envió un poema. Un poema escrito en sus cuatro lenguas. Cuántas lenguas tenemos? Cuántas formas de leernos, de describirnos, de escribirnos? Lo que lamento es no poder leerla en las cuatro. Me gustaría ser poliglota pero hasta ahora solo domino mi lengua materna, las impostadas me resuenan en la cabeza. El poema habla de las lenguas que uno aprende, que nos identifican, con las que nos identificamos por los lugares a los que vamos, en los que estamos, en los lugares de afección y aflicción. Derrida tiene un texto maravillo sobre la lengua materna, sobre esa lengua que nos condiciona pero que no es nuestra esencia. Dice que solo tenemos una lengua y esa lengua no es la nuestra. Quizá por el discurso en sí tampoco nos pertenece, solo nos construye o lo construimos socialmente. El poema termina "en esta esquina hablo muchos idiomas". En la esquina de México es verdad que se hablan muchos idiomas, muchas lenguas, casi todas están de paso.

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A
G
O
B
I
O
me llené de trabajo
trabajo voluntario
trabajo creativo
trabajo a fin de cuentas

A
G
O
B
I
O
es curioso que quien escribe
ahora debe pagar para que lo publiquen
es curioso que quien escribe
quiera pagar para ser leído

A
G
O
B
I
O
es curioso
no tengo carro
ni casa
ni deudas
pero estoy pensando
en pedir al banco
para pagar mis libros
vale la pena?

A
G
O
B
I
O
la dicha
la creación
la libertad
también agobian.

Día 95

sobre los amantes
se ha escrito mucho
Sabines lo hizo
con astucia 

los amantes de Sabines
se hicieron populares
como deben ser
los encuentros 
entre amantes

No hay cliches 
en los encuentros efímeros
da igual si es un hotel
de paso
o la cama de diario

Los amantes se funden
cuando se encuentran
o cuando se reencuentran
Se aman 
o se desean

Sobro los amantes
se ha escrito mucho
y aun así
nada es suficiente
para aseverar
la intensidad
de quienes se aman
o dicen amarse.

Día 94

Escribo con retraso y retardo
La ciudad me complica
La rutina se difumina
Escribo con prisa
Sin pensar
Sin sentir
que no es igual
a sin sentido

La ciudad me come
el tiempo me paraliza
los días se diluyen
La ciudad no es compasiva

Escribo con retraso
la ciudad no da tregua
sorbo cafe con apuro
salgo corriendo
escribo a cuenta gotas

Pienso por la mañana
en la agenda del día
no tengo
aun así no me alcanza
el tiempo

sorbo un cafe
ya está frío
escribo con retardo
la ciudad no descansa.