20.5.14

Los pasos

Ayer caminaba por la calle y escuché el taconear de quien venía detrás de mí. Hombre o mujer pensé. Hombre. Aceleré mis pasos para escuchar con atención. Mujer. Clap clap clap clap. Hombre. Clap clap clap clap. Hombre joven malhumorado. Llegué al semáforo. Di la vuelta y lo vi de reojo. Gané. 
Los pasos dan testimonio del acontecimiento dice Derrida cuando habla de las fronteras como Aporias. Ayer también expliqué en clase la aporía como una transgresión de la frontera de la verdad. 
Los pasos / el pasar dice más de lo que estamos acostumbrados a escuchar y casi nada tiene que ver con la verdad.

14.5.14

El ego, la envidia y la pereza

I El ego

Suben al estrado del poder quienes afirman con devoción que el autoritarismo de los otros ha impedido el avance del proyecto educativo.
 Quienes se ufanan de la victoria de ser serviles acompañantes de un nuevo rector en un trayecto por recorrer denostan desde su ignorancia a la comunidad que antes los ha visto actuar con ego y sin compasión. 
Suben al estrado del poder quienes opacan con diatribas retóricas un noble proyecto y a una comunidad ansiosa de salir adelante de los conflictos de sus seudo dirigentes.

II La envidia

Estos seudo dirigentes que se ufanan de sus artes políticas son simples politiqueros que sin gracia y con envidia usan las huestes estudiantiles para recuperar su energía perdida. 
La inteligencia, como la sabiduría son un don, la envidia es lugar común. 
Con arrebatos panfletarios de demagogia teórica sólo encubren su falta de capacidad para construir comunidad porque no alcanzan a reconocer que alguien distinto a ellos pueda tener buenas intenciones. 
El León creé que todos son de su condición.

III La pereza

Lo que no saben es que el discurso panfletario que se hace desde la comodidad del hogar no es suficiente para acallar las voces de los insurrectos, también hay que trabajar jornadas largas a las que quizá no estén acostumbrados. Ojalá esos que ahora se ufanan de su victoria (sin haber hecho nada más que difamar al otro) ocupen esa silla que seguramente les quedará grande y prefieran volver a escribir sin dar la cara en la comodidad de sus casas.

13.5.14

La muerte

Si fuera noviembre sería una calavera, pero es mayo y hoy se murió un amigo de mis padres y no hay rima ni risa ni burla. La muerte aparece de la nada y nos acompaña de la mano. Durante años he pensado en mi muerte, en la muerte de mis seres queridos con angustia. Un pensamiento existencialista. Un pensamiento recurrente y apenas es mayo. Espero que cuando llegue noviembre me ría de la muerte como ella se ha reído de mí por lo menos en mis pensamientos.

QEPD José Armenta.

(Y que descansen también quienes al final de sus días vivieron con él su enfermedad)

14.4.14

Primavera

Es extraño cuando empieza a hacer calor en el df, la gente no sabe vestir, la gente no sabe estar en la calle. Debe ser el asfalto que hace más caliente el ambiente, o quizá la inseguridad para vestir ligera y andar ligera también. Hoy llovió. La gente se viste igual si es verano que si es invierno. En días como hoy quisiera no vivir aquí. Berlín se ha vuelto mi ciudad favorita, más por sus lagos, sus parques, sus cafés en la calle, que por el eufemismo de una ciudad europea. Acá todo es un centro comercial, una plaza, un súper mercado o una tienda departamental. En días como hoy, cuando el calor quema en las casas y el aire fresco sólo se empieza a sentir al caer la tarde quisiera tener una café o un bar al aire libre en la esquina de mi casa en donde pueda ver pasar a la gente o leer un libro o no hacer nada. En días como hoy pienso porqué no nos enseñaron a andar ligeros.

13.4.14

Star-sucks

Dar vueltas en la cama hasta decidir salir de ella. Es domingo, pensaba. Empiezan las vacaciones, un día más sin nadar... No pasa nada. Estoy deprimida me convencía y me arremolinaba en el edredón como si fuera una cadena de acero que con cada vuelta me sujetaba efímera a mi tristeza. Saqué una pierna y en el intento me vi la celulitis... No puede ser. Ahora estoy gorda y deprimida, pensé. Desenredé mi cuerpo y salí en un brinco. Me vi la panza. Estoy gorda, respetí. Me puse el bañador, hice la maleta y salí de casa desganada y malhumorada. Además de deprimida, triste...estaba gorda.
Me tiré a la piscina como una gelatina amorfa y empecé a nadar sin ritmo, sin aire y con hambre. La mente me estaba traicionando, no quería seguir nadando. Me paré un momento. Es domingo pensé. Estoy de vacaciones y tengo hambre. Salí con esfuerzos del agua, me sentía aún más gorda, ahora por no terminar la rutina. Entré al sauna, me recosté. Estoy sola, pensé.
Apurada me vestí. Tenía hambre. El restaurante no me gusta, pero hay un Starbucks en frente. Patético. Domingo de vacaciones y desayunando en un Starbucks. El hambre pudo más y devoré mi panini clásico. Al voltear la mirada para tomar el te helado me sentí aún más patética: "bonito día 🌞" había escrito la cajera. Es domingo, estoy deprimida, triste, gorda y sola.