10.12.07

La ilusión se difumina cuando la realidad me alcanza



Llega la navidad y con ella mi familia. Seis años han pasado para que nos volvamos a juntar mis tres herman@s y yo en casa de mis padres, claro está que ahora la familia ha crecido y tengo un sobrino más que la última vez, dando un gran total de cuatro (lo más seguro es que no haya más, pero no me puedo adelantarme a los hechos). No puedo decir que no me da gusto, pero siento que no es el mejor momento para mí porque me encuentro demasiado vulnerable por el asunto "tesis", o, mejor dicho, estoy en un momento de cansancio ensombrecedor que no me deja disfrutar nada más que no sea estar sentada frente a la computadora escribiendo y leyendo. Parece un poco sado, incluso el pensamiento en sí lo es, o quizá sea una bonita forma de evadirme de la responsabilidad familiar.
Como sea, da igual, pues el resultado final de las fiestas decembrinas ya sé cuál será: la dinámica que ha prevalecido en mi familia durante mucho tiempo o, por lo menos, la única que yo aprendí a jugar. Es decir, hacer como que estoy pero no estoy y retirarme en el momento en que el cansancio o el aburrimiento me venza. No suena nada alentador, pero por ahora no lo puedo evitar e incluso me pregunto si en realidad ha servido de algo tanto dinero y tiempo invertido en la terapia. Eso tampoco lo puedo negar ni asegurar, lo cierto es que es la primera vez que lo admito, quizá, como dicen los alcohólicos, darme cuenta de la situación es el primer paso para provocar un cambio en la forma de relacionarme con la sociedad en general, no sólo con mi familia. Asunto del que ahora mismo no me apetece reflexionar, porque eso sólo con el tiempo. Estoy convencida que la sabiduría llega con los años y no puedo decir que estoy en pañales, pero me falta camino por andar y, como bien dice el dicho, más sabe el diablo por viejo que por sabio.
A final de cuentas, la situación se reduce a que la ilusión que tenía antes de empezar el mes se ha difuminado y, en vez de disfrutarlo, lo estoy padeciendo porque no sé cómo hacerle para poder estar en dos lugares al mismo tiempo: en mi casa trabajando sin pensar en mi familia, o en casa de mis padres sin pensar en el trabajo. Seguramente es algo pasajero, sobre todo si pienso que nada dura cien años y esta tesis no es la excepción, como tampoco lo serán los proyectos que emprenda después de esto pues parte de mi naturaleza consiste en estar en un constante cambio. Más bien, debo asumir que por ahora no soy una persona muy "familiar". Lo que no es igual a que no ame a mi familia, simple y sencillamente no me apetece pasar muchas horas conviviendo con ellos por un asunto de reciprocidad, o quizá de ensimismamiento, pero es parte de la dinámica de trabajo que desde hace cinco años me he impuesto, por lo que estoy sometida a mucha presión y a un constante pensamiento lógico que me dificulta cambiar el chip de forma inmediata. De cualquier forma, no puedo más que desearle a todos felices fiestas en compañía de su familia.

2 comentarios:

  1. Rox:

    Eres muy buena escritora, de eso no hay duda. Gracias por mostrar lo interno de ti, por que es algo lejano a la imagen que muestras físicamente. No sé qué tanto pienses que te han ayudado los procesos por los que estás pasando, sin embargo hay que tener mucho amor ó miedo para atreverse a ayudarse uno mismo. Desconozco cuál fue tu caso, pero de algo que estoy segura y es que hay gente que puede -si tú quieres- reír o llorar contigo.
    No tengas miedo a ser Feliz!!! Sólo inténtalo.
    Alégrate lo más que puedas está Navidad. No importa que sean segundos, minutos o horas las que puedas estar... disfruta al máximo
    T.Q. Un mega Abrazo... y un buen inicio de Año 2008.

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