Hace unos días me quejaba del dolor de los brazos y las piernas, del cansancio del entrenamiento. Casi quince días en esta nueva faena y ya siento que lo estoy logrando. Cuanto ocio el mío que me deja llevar la cuenta de mis fechorías, de mis hipocondrías, de mis desvelos y mis añoranzas. Así somos los afortunados. Hedonistas.
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