21.5.13

Día 73

Regreso al DF con muchas ideas que papalotean en mi cabeza. Sentimientos encontrados y ganas de hacer muchas cosas. Los viajes revitalizan las rutinas y pernean las estructuras que antes parecían inamovibles. 

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Es curioso como se puede percibir la ciudad una vez que la dejaste. Las avenidas que son familiares esconden el sesgo de la familiaridad. El barrio se esconde tras las capas de la memoria. La casa no huele igual. Dejó de oler a mí.  Sólo hace falta volverla a habitar. Volver a caminar por las calles para hacer evidente que he regresado a la ciudad aunque yo ya no sea la misma que me fui.

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La virtualidad congela las sensaciones entre los amantes que se prometen amor a la distancia. Congela la sonrisas, los gestos, las caricias. La virtualidad exacerba el deseo, la tentación, el deseo de estar cerca. Cómo hacían los amantes que debían esperar meses o años para tener noticias de su amada/o?Acaso no los carcomía la desesperanza, el desasosiego, la melancolía? La virtualidad puede suplir esos momentos pero nunca será igual a tener cerca, oler, sentir, a la persona amada.

20.5.13

Día 72

Viajar por las carreteras de EUA es todo un espectáculo. La cultura del concreto es sorprendente. La neurosis de la velocidad asusta. La adrenalina de la sobrevivencia ayuda a enfrentar el reto. Anchas carreteras cruzadas por uno o dos puentes que rebasan alturas de la escala humana. El contraste con mi ciudad es enorme. Es ahí donde uno se percata de la distancia entre un país y otro, sin privilegiar a ninguno. O quizá solo evidencia la pequeñez de todos.

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Gran descubrimiento el Downtown de LA. Actividades culturales a diestra y siniestra, feria de libro, exposiciones de arte, librería de viejos en lo que antes era un banco, hipsters jóvenes y no tan jóvenes caminando afablemente por la calle. Olor a mota constante. Cafés de barrio por doquier. Comunidades migrantes que han dejado de ser minoría en un país de migrantes (valga la redundancia). Edificios de gran escala de vidrio que contrastan con una arquitectura de matices barrocos. Un tinte de fantasía que se respira en el resto del país. ME gusta lo que ví en LA. Quiero volver.

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He de reconocer que en estas seis semanas estuve expuesta en varios momentos a una gran felicidad y gozo interior. Ha sido una experiencia reconfortante dejar que la frontera me cruzara. Qué cambió? Deje de verla como un objeto de estudio; es decir, no esperar nada. Simplemente hacer vida fronteriza y dejar que la frontera hablara por sí sola. El resultado: cuestionar mi propia identidad. Un ejercicio enriquecedor en todos sus registros. Volveré o quizá no. Quiero ir a otra frontera, ya no le debo nada a ésta ni ella me debe nada a mí. Estamos a mano.

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Qué te puede deparar entrar a una librería de viejos? Un laberinto en el viaje del tiempo con boleto de salida. Sólo se requiere tener ganas de emprender el vuelo.

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Los pájaros
el vuelo
el aire
la transgresión
el renacer
eso fue la frontera
en esta ocasión













Día 71

De TJ a LA

Salir de Tj por San Ysidro
agarrar la 5
cambiar en la 405
y llegar a la 110
para entrar a LA.


TJ y LA son ciudades concéntricas,
no en el espacio ni el tiempo,
en los registros de su vivencia.


El diámetro es el freeway
mole de concreto
requiem de la arquitectura colosal
una oda al país de la grandilocuencia

TJ es la ciudad de los que están de paso,
LA la ciudad de destino,
ambas envueltas
por un halo de wanna be.

En TJ la esperanza
está a flor de piel
en LA la realidad
causa estragos.

Todo sea por "vivir mejor".

De TJ a LA una diferencia concatenada,
una ilusión desasosegada.

De TJ a LA una huella de continuidad
que algunos se aprecian en negar
otros con humildad afirman su identidad.

Salir de TJ
para llegar a LA
causa adicción.






Día 70

Terapia de contraste

Imaginemos que la mente es un músculo que se desgarra por hacer ejercicio sin calentar. Un desgarre mental enquistado por años que consiste en racionalizar todo, tener la verdad y querer controlar el mínimo detalle, conductas obsesivas que se recrudecen con el paso del tiempo.

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Cuando el desgarre mental empieza a dar problemas de sociabilización o para relacionarse con otras personas entonces buscamos ayuda. No es la regla, algunos viven con atrofia mental toda la vida. No se puede curar al que no quiere ser curado.

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Mi experiencia es basta en terapias de diferente índole: conductista, gestalt, lacaniana, sistémica, la última fue humanista. Obviamente también he transitado por la búsqueda espiritual: catolicismo, hinduismo, budismo. Y por las terapias esotéricas: lectura de cartas, de manos, reiki, entre otra gama de posibilidades que se ofertan en el mercado new age. Todas o ninguna con un resultado favorable porque a la primera de cambios las fui abandonando. Abría la caja de Pandora y  salía corriendo sin bajar la tapa. No fue hasta que decidí hacer vida fronteriza que los desgarres mentales empezaron a causar dolor que evidenció la atrofia de tantos años de condescendencia.

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Cruzar la frontera, cambiar de registro, hablar en otra lengua, pagar en otra moneda, manejar en otro país, reconocer al otro, confrontar al sistema, exponerme a la migra, entre otras situaciones que se viven en la frontera han provocado una crisis de identidad. Me pregunto por primera vez quién soy? Qué quiero? A dónde voy? No tengo respuesta, sólo se que la terapia de contraste funcionó.

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No soy terapeuta pero hago ejercicio y entiendo que lo mejor para un desgarre o una contractura es la terapia de contraste: compresas de agua caliente y hielo, alternando cada determinado tiempo. El calor oxigena, el frío desinflama. En la frontera pasa algo similar, la constante exposición a la vulnerabilidad provocada por el cambio de registros ha contribuido a deconstruir los desgarres mentales que empezaban a enquistarse en actitudes y conductas obsesivas.


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El diagnostico de mi desgarre mental consiste en afirmar que la rutina inhibe la creatividad; el no reconocer al otro/a exacerba la falacia de tener la verdad; y el hecho de evitar exponerse al riesgo genera insatisfacción.

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El tratamiento consiste en terapia de contraste, dejar que la frontera te cruce, cambiar constantemente de registro, de país, de lengua hasta que llegue el punto en que dudes de tu identidad. En ese momento empieza la sanación. Solo hay que tener cuidad de no volverse loca. Si se lleva al extremo los resultados puedes ser otros.

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Contraindicaciones: no se siga el tratamiento si no está consciente de su atrofia mental.


17.5.13

Día 69

Pagar en dos monedas. La moneda que me da la nacionalidad y la que rige la economía mundial. El taxista dice que hace unos años el peso ni existía, puro dólar. Sólo se pagaba en dólares. Ahora no vale nada. Para mí si vale. En casa me dijeron que debía ahorrar o comprar dólares. No tengo ahorros y sólo unos cuantos dólares. La gente no repara en ello, a ellos les pagan en dólares y viven en dólares. Yo vivo en pesos. A mi me dijeron que el dólar se ahorra. No me acostumbro a pagar en dos monedas.

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Otras cosas nunca me las dijeron, yo me las fui creyendo. No hablar, no recordar, no sentir, no exigir. Ser fiel incluso con los recuerdos. Callar los deseos. Olvidar los fantasmas. Negar los pensamientos. Crecí pensando que solo se debe amar a una persona. En mi caso he amado solo a una persona a la vez y le he sido infiel a todas.

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Si la viera no estaría con ella me dijo Gabriel cuando lo llevé al metro. Por qué le pregunte. Es chimuela y mayor que yo. Nos conocimos en el metro, también vende periódicos. En su condición, pensé, quizá haría lo mismo. Por qué estás con ella entonces, le pregunté. Me necesita y yo a ella.

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He quitado la paja. Me he quedado desnuda. Me la he vuelto a poner infinidad de veces. Apenas encuentro mi centro, me regocijo en él, pero me es imposible asirlo, poseerlo. Cuando racionalizo que estoy ahí, en ese lugar gozoso, de libertad, de felicidad sublime, se evapora. No he aprendido a solo sentirlo. por lo menos ya sé que está en mí.