Termino con este ciclo de sesiones extraterrestres a donde me llevó #ovni2016. Un viaje inconsciente al tercer mundo africano que desconozco en su totalidad y que a su vez puede ser tan cercano a mi tercer mundo mexicano. Ayer Boaventura preguntaba si podíamos, entendí, tender puentes entre continentes, una educación intercultural de compartir saberes. Hasta donde me quedé nadie contestó a la pregunta, sino que la gente del público prefirió hacer otras preguntas. Preguntar desde sus inquietudes y desesperanzas. Uno, que reconoció ser posiblemente políticamente incorrecto en su comentario, intentaba hacer una analogía entre matar y ser matado... Obviamente la gente reaccionó en tono pacifista diciendo que no podíamos andar por el mundo matando como respuesta a las muertes que provocan los gobiernos e instituciones de forma directa o indirecta... Coincido. Aunque el solo hecho de formular la pregunta me pareció surrealista. Seguía hablando la gente del público y a ratos contestaban los que estaban al frente, los expositores. Después de un par de intervenciones más decidí salir, había escuchado demasiado, y de eso que escuché dudo que se puedan tender puentes entre continentes. Lo que hay son mensajeros que van y vienen, traen y llevan la sabiduría. Éstos pueden ser los mismos intelectuales, como Boaventura; pueden ser los artistas; y están los que invisibilizamos al hacerlos visibles: los migrantes y los refugiados. Nosotros somos quienes realmente tendemos los puentes entre nuestras culturas, las de origen y las que adoptamos (no las que nos adoptan).
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