Escribir, unos días con más entusiasmo que otros, pero siempre con disciplina y constancia. La clave del éxito...
En otro momento ya afirmé que la escritura no sólo es parte de una terapia, razón por la cual tengo este blog, sino también es un remanso de paz que me ayuda a aplacar a mi mente inquieta-hiperactiva que de alguna forma debe vaciarse. Como no hablo mucho, mas observo y escucho con atención, la escritura se ha convertido en el "punto de fuga".
Cuántas historias enredadas en mi cabeza habitan? A veces pienso que en algún momento explotará como olla express.
Miedo a la locura? He conocido gente que está a milímetros de pirarse pero al final un hilo invisible las hace quedarse aquí, en esta versión de nuestra realidad. También he sentido que yo podría ser una de esas personas que deciden ya no estar. Admito que me da miedo, pero a veces más miedo me da perderme a mí misma.
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Quiero ser congruente y respetar mis decisiones. Ya no puedo seguir jugando a estirar la liga. No me reconforta la incertidumbre. No quiero perder mi estabilidad. Si he de ser egoísta lo seré por convicción y si el costo que debo pagar es la soledad lo asumo como un cheque en blanco.
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Una amiga escribió un post que decidía que poca gente es feliz con su trabajo. Yo soy una de ellas. Amo lo que hago. No sólo soy feliz como profesora sino que también soy feliz siendo fronteriza de mente y espíritu; de cuerpo y de alma. Soy una mujer fronteriza cruzada por lo intertextual, atravesada por las metaficciones. Soy una mujer fronteriza que ha encontrado en las fronteras un forma de ser. Las fronteras me significan aquello de lo que yo misma no puedo huir: los límites. Soy una frontera hecha mujer.
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