6.2.16

#240

Fueron días de reseca emocional. Una sentimiento desconocido. Un ego apabullado que se rehusaba a reconocer su propio fraude. Fue como un desprendimiento, un duelo, una invitación a recolocar las prioridades. Dos dias encerrada lidiando con esa fuerza interna que se negaba a aceptar la pérdida, la pérdida del yo. Algo se rompió por dentro, una coraza más, una de tantas. Al día siguiente hice yoga, sudé como nunca y dormí profundamente, todo el día y toda la noche. Un sueño pesado y profundo. Estaba enferma, enferma de ego. Un ego rencoroso. 

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