25.6.13

Día 108

Los procesos creativos son procesos de aislamiento, de introspección, y disciplina. Cada quien inventa su metodología para crear, para escribir, para decir eso que creemos es tan importante para la humanidad, aunque en realidad sabemos que solo nos leerán un puñado de personas. Los necios escribimos por necesidad, por placer, por sentirnos vivos. En los procesos creativos no debería existir la frustración a menos que la intención sea distinta a la epistémica. No vamos a descubrir el hilo negro, solo vamos a deshacer los nudos que hemos hecho. Territorialización y desterritorialización del conocimiento, de los saberes, de los procesos creativos. Para escribir se necesitan condiciones, tiempo y disposición.  Condiciones económicas, tiempo libre y disposición para hacerlo. Un guiño con un saber, un pensamiento propio que leemos en otro, nos hace seguir el camino. Hojas de escritura en una sola sesión, aunque después venga la edición, hacen de la actividad creativa un aventura indescriptible. Ver un libro terminado a la distancia, leerlo, releerlo, desconocer a esa persona que lo escribió no por lo que dijo sino por cómo lo dijo hacen de la escritura un proceso gozoso de desdoblamiento del ser. El proceso creativo es ególatra, narcisista, pero no porque busquemos el reconocimiento o el éxito, sino porque nos enamoramos de esa persona que escribe, que somos nosotros mismos.

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